Por Juan Gelman
El poema fue escrito en 1977 por una prisionera de la ESMA y dice así: Quiero saber cómo se ve el mundo, me olvidé de su forma, de su insaciable boca, de sus destructoras manos, me olvidé de la noche y el día, me olvidé de las calles recorridas. Quiero saber cómo es el mundo, no recuerdo los rostros, ni los árboles, ni las luces, ni las fábricas, ni las plazas, ni el dolor de afuera, ni la risa de entonces. Quiero saber cómo se ve el mundo, hace tanto que no estoy, hace tanto que mis pies no se cansan por los recorridos, hace tanto que mis ojos no se queman con la luz, hace tanto que sueño la inasible situación de la libertad, hace tanto, pero tanto, no tengo mi natural alimento de vida, de amor, de presente, y estoy, a pesar de todo esto, a pesar de no creerlo, estoy juntando unas palabras, unas infieles palabras, que me dejen recordar cómo podría verse el mundo. Estos versos conmovedores pertenecen a quien en vida se llamó Ana María Ponce. Un grupo de t...