Cristina Fernandez gobernó Argentina entre 2008 y 2015 con resultados dispares, hizo muchos enemigos en ese período pero también tuvo el mérito de mantenerse por dos mandatos y con resultados sorprendentes en medio de una crisis global que suele ser (¿adrede?) ignorada y que fuera el marco contextual ineludible de su gestión presionada sin dudas desde el marco internacional de manera brutal.
La crisis de principios de siglo XXI conocida como Gran Recesión se origina en 2008 en los EEUU como resultado de un sistema financiero especulativo que en apariencia sería controlado al año siguiente pero cuyos coletazos se arrastran hasta nuestros días. En medio se produjeron las "primaveras árabes" que proliferaran e ilusionaran a tantos analistas, las revueltas populares de docentes en EEUU, marchas de inmigrantes en Gran Bretaña ¿alguien se animaría a desvincularla del Brexit de 2016? y que hasta hace poco luego del tendal dejado en países arrasados como Grecia, Portugal, Islandia, Italia, España y Europa del Este con suertes y tratamientos dispares que en algunos casos llevan una década tratando de salir con desocupación altísima, endeudamiento, invasiones neoliberales encabezadas por los mismos banqueros que tomaron las deudas y el inexorable empobrecimiento de sus ciudadanos. Todo eso no pasó acá, las políticas anticíclicas, los subsidios, la promoción de la educación, la investigación, el incentivo a las pymes conformaron todo un enorme abanico de medidas que no fueron otra cosa que un paraguas protector bajo el que nuestro peor defecto es haber dejado de crecer a partir de 2012. Todo esto hay que destacarlo pero jamás se debe ignorar el contexto. De esto tratan estas breves líneas: de un gobierno encabezado por una mujer que en el peor momento de las economías del mundo supo cuidar de su país que noes otra cosa que nosotros, su gente.