Nestor ¿un santo?
No, no era un santo... pero tampoco un demonio. Al cumplirse un mes de la partida de Nestor Kirchner se superponen una gran cantidad de balances, conmemoraciones, recordatorios, homenajes. Desde los militantes que intentan preservar la fuerza de los apoyos recibidos durante los funerales a los críticos que intentan llevar al paroxismo la imagen santificada del expresidente en un intento de desgaste y polarización que urge a ciertos sectores. Justamente los mismos sectores que fogonearon el apoyo masivo a la gestión ante la muerte de Nestor porque a ver si estamos de acuerdo, se nos decía que Kirchner era un genio entre las sombras que planificaba y ejecutaba las políticas más nefastas mientras los otros actores no eran más que veladores desinteresados del bien común. Y tanto se repetía el canto del apocalipsis que la juventud se fue cargando al contrastar la realidad de un país en crecimiento cuando nos decían que se fundía, en paz mientras Europa se sacude, un país donde cualquiera