A 35 años del golpe

"...muchos argentinos recibieron el golpe con alivio..." (Reato en La Nacion del 24/3/11)

El golpe de 1976 ha tenido, necesariamente una gran cantidad de complices en todos los niveles, pero me permito hacer una salvedad sobre los ciudadanos de a pie, los simples, los comunes, lo que están muy lejos del poder. Los salvo porque es común que se enteren de las cosas cuando ya son inevitables, si hay una guerra, cuando tienen las bombas encima, si hay inflación, cuando sus bolsillos ya están secos, y así...
En cambio hay otros, muchos, que no solo estan al tanto de los cambios sino que los promueven. En esta categoría entran los empresarios, directivos, financistas, jerarquías eclesiástica y militar, allegados al poder. Todo un abaníco de individualidades y colectivos que están convencidos hacia donde quieren ir y mueven sus influencias de modo que se cumplan sus profecías.

Es sabido que la subversión fue el pretexto para reprimir con la amenaza del peligro rojo y que la economía fue destrozada por los mismos que vendrían a "salvarla" luego. Se trataba del poder, del control absoluto, de mantener un sistema de dominación de casta-clase-raza que había sido enturbiado por los "negros" con sus agrupaciones sociales, sindicatos, colectivizaciones y que hasta recibían inspiración de revolucionarios y religiosos de base que no hacían más que educarlos en sus derechos, siempre pisoteados.
Es así que una vez en el poder estas jerarquías plutocráticas patricias persiguen ideologicamente, queman libros, cierran instituciones, prohíben los vínculos más elementales (ni se podía hablar en grupo en la vía pública) e instalan una economía corrupta que entrega el país a los designios extranjeros a través de la deuda externa, aumentan la desocupación y la pobreza, destruyen la educación pública y comienzan un ciclo neoliberal que seguiría vigente hasta el presente.
Aquí vuelvo al comienzo, otra vez la gente común sufre de una economía afirmada de tal manera que cuesta quitársela de encima, máxime si tiene tantos defensores todavía, porque ojo! salvo la apertura que le acerca a la gente simple la oportunidad de esclarecerse, el resto sigue igual, el poder lo tienen los mismos, las leyes han cambiado poco y nada, la pobreza abruma y está siempre al borde de recrudecer. Y los que saben de qué se trata, los mismos de entonces, (no las mismas personas, sino la misma casta-clase) están preocupados porque estamos revisando su pasado y aunque nadie vaya preso se los muestra sin sus máscaras. Ahora es dificil que alguien les crea cuando mienten, es difícil llevar adelante sus negociados de siempre y preservar la impunidad que históricamente se han autoconferido. Ahora la gente común pregunta: ¿y vos que estabas haciendo? ¿y ahora qué hacés? y todos sabemos que aunque nos quieren meter a todos en la misma bolsa con el nuevo discurso de que el golpe lo hicimos todos, no se lo vamos a creer.
...
Yo era un estudiante que comenzaba el secundario, becado en un colegio privado, y que charlaba al sol con sus compañeros aquel 24 de marzo de 1976 cuando ellos comentaban que había cambiado el gobierno. No entendía qué significaba, de qué estaban hablando, solo muchos años después pude contextualizar esa charla.
Cuando escuché hablar por primera vez de desaparecidos creí que se referían a soldados de Malvinas (la guerra era muy reciente) y en verdad no me avergüenzo, tuve que aprender muchas cosas a los tumbos pero aquí estoy.
Muchos como yo se enfrentan a la realidad e intentan superarse pero no merecen (no merecemos) que los aprovechadores y abusadores ahora temerosos intenten equipararsenos para intentar salvarse. Sus culpas son inmensas y sus decisiones fueron absolutamente concientes y eso no tiene perdón.
Yo no olvido, no perdono.

25 de marzo de 1976, el diario Clarín en su editorial:

"Aunque resulta innecesario justificar las motivaciones de la acción militar del 24 de marzo -porque nada fue más evidente que la incapacidad del anterior gobierno para modificar el rumbo que nos conoducía a todos al desastre- ha sido oportuno que el país escuchara las explicaciones de su nuevo presidente. Ellas ratificaron el hecho conocido de que las Fuerzas Armadas no han interrumpido el proceso que se venía desarrollando, sio cuando tuvieron el convencimiento de que se hallaban agotados todos los recursos susceptibles de operar la indispensable rectificación".


La Nación, por su parte, festejaba así:

"La crisis ha culminado. No hay sorpresa en la Nación ante la caída de un gobierno que estaba muerto mucho antes de su eliminación por vía de un cambio como el que se ha operado. En lugar de aquella sorpresa, hay una enorme expectación. Todos sabemos que se necesitan planes sólidos para facilitar la rehabilitación material y moral de una comunidad herida por demasiados fracasos y dominada por un escepticismo contaminante. Precisamente por la magnitud de la tarea por emprender, la primera condición es que se afiance en las Fuerzas Armadas la cohesión con la cual han actuado hasta aquì. Hay un país que tiene valiosas reservas de confianza, pero también hay un terrorismo que acecha".

Fuente: el martiyo (blog)

I.X.X (2011)

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