08 agosto, 2019

Posverdad y Fake news

"La posverdad, término que se asocia a las fake news, se utiliza para definir al mundo del revés de la política..."

Las Fake News en Tiempos de la Posverdad

NOTA: se recomienda leer el artículo completo en su fuente citada al pie.
Por
Red Digital
10/23/2018


por Mario Ramón Duarte (*).

Fake news es un término que traducido al español significa falsas noticias, más precisamente un producto pseudo periodístico difundido a través de portales de noticias, medios escritos, radio, televisión y principalmente en redes sociales.

Estas últimas, lugar por donde se canalizan la mayoría de éstas, en tiempos de la nueva era tecnológica y cuyo principal objetivo es la desinformación deliberada o el engaño, armas de destrucción masiva que sirvieron en estos últimos años, a diversos partidos políticos, entre otros, para llegar al poder y realizar unos de los peores daños que se puede ocasionar a un estado con políticas nefastas, subordinantes y colonialistas.

Las mismas se emiten con la intención y el fin de inducir al error, manipular decisiones personales, desprestigiar o enaltecer una institución, entidad o persona, según sea el caso, a los efectos de obtener ganancias económicas o rédito político.

Este último mecanismo, en honor a la verdad, fue utilizado como prima facie en los países latinoamericanos, contra quienes fueron damnificados por políticas netamente contrarias a los intereses del conjunto de la sociedad, principalmente los más vulnerables (ancianos, discapacitados y niños) y la clase trabajadora.

Sumado a ello, los aparatos económicos mundiales utilizaron este modus operandi, para, una vez sorteado el acto eleccionario, ejercer el poder a gusto y piacere ante los ojos de la ciudadanía en general.

Las fake news tienen relación con la propaganda y la posverdad o mentira emotiva, neologismo que puso de moda el "estilo Trump" en EEUU. De hecho el 2017 fue el año de las fake news, debido a que estas se extendieron por todo el mundo, provocando no pocas situaciones de riesgo en países y empresas; difundidas y amplificadas a través de redes sociales principalmente, se convirtieron y se convierten en la actualidad a un ritmo vertiginoso, en fenómenos virales, poniendo en riesgo aspectos tan importantes como la seguridad de la ciudad y de la ciudadanía, a lo cual se suman las políticas públicas y cuestiones de gran escala en el ámbito financiero o de soberanía estatal.

La posverdad, término que se asocia a las fake news, se utiliza para definir al mundo del revés de la política, y por ende ésta palabra (posverdad) ha sido utilizada para tratar de explicar el instinto y la sensación anti establishment que catapultó a la presidencia a Donald Trump e hizo triunfar al Brexit en el Reino Unido poniendo en jaque a la Unión Europea.

A continuación, una breve reseña de un estudio realizado por la Universidad Complutense de Madrid, donde pone como ejemplo a España y señala que el 86% de los españoles tiene dificultad para distinguir entre noticias reales e informaciones falsas, en tanto que el 60% de ellos aseguraba que era capaz de hacerlo.

A raíz de ello, se elaboró un decálogo a los efectos de que sirva como herramienta para poder reconocer las noticias auténticas, entre ellas:


-La desconfianza de los títulos cuando son muy llamativos, examinar siempre la URL,

– investigación de la fuente de la noticia,

– prestar atención al formato,

– atención a las fotos,

– revisar las fechas,

– verificar hechos,

– interconsulta de noticias,

– diferenciar la noticia del humor, y

– ser netamente crítico de ellas.


Actualmente Brasil es el país más afectado por este fenómeno de las fake news en tiempos de la postverdad; y éste se profundiza con la contienda electoral que está llegando a su definición en el ballotage del próximo domingo 28 de octubre, donde competirán el candidato ultraderechista Bolsonaro y el del Partido de los Trabajadores Hadad.

Las fake news parece ser facultad exclusiva y excluyente de la derecha en nuestra región, como un artilugio que representa la decadencia de los verdaderos valores de la democracia que deberían imperar, para sacar del letargo y la subordinación en que se hallan subsumidos nuestros países; instrumento utilizado en Argentina, Brasil, Venezuela, Ecuador y Perú, entre otros, para llegar y mantenerse en el poder a cualquier costo, siguiendo la nueva doctrina Monroe que atenta contra los intereses de nuestros países hermanos que bregan por la unidad, donde la Patria Grande sea el fin supremo.

Por eso lejos, de ser un fenómeno aislado, se ha convertido principalmente en una estrategia política, que va en detrimento de las sociedades, puesto que es el pan de cada día en los procesos judiciales y en las campañas electorales presidenciales que buscan enviar un mensaje sesgado a determinado público, y la Argentina no es la excepción.

Abogados, asesores políticos, expresidentes, organismos estatales, entre muchos otros, han protagonizado escándalos debido al uso de información falsa o fotomontajes con el fin de avergonzar, tergiversar o difamar a la competencia.

Algunos países en América Latina destacados en esta práctica han sido Argentina, Brasil, Venezuela, Honduras, El Salvador y Colombia.

Uno de los protagonistas es el estratega político Juan José Rendón, más conocido como "el rey de la propaganda negra", quien ha liderado campañas políticas principalmente en países como Honduras, Venezuela, México, República Dominicana y Colombia, y en Argentina, Jaime Durán Barba, quien además se dio el lujo de definir a los electores argentinos como: "simios con sueños racionales que se movilizan emocialmente…", en su obra bibliográfica el arte de ganar.

Otro ejemplo que recorrió el mundo, fue el escándalo de Cambridge Analityca descubierto en marzo pasado, que también impulsó en todo el mundo un fuerte debate sobre la proliferación de noticias falsas en redes sociales, y así las fake news, los trolls (una de las herramientas preferidas del Gobierno argentino actual) y los bots, se han convertido en los nuevos protagonistas de la agenda política de las campañas electorales, en tiempo de la posverdad, pero en detrimento de la sociedad y sus ciudadanos.

Ahora bien, en contraposición a esta problemática mundial en las que, por supuesto para el principal damnificado es el pueblo, en las últimas elecciones llevadas a cabo en México, el Instituto Nacional Electoral (INE) impulsó un novedoso programa para combatir la proliferación de la desinformación en las redes sociales durante la campaña electoral.

Sobre este tema, cabe destacar que el presidente del INE pasó por Argentina y disertó en la Cámara Nacional Electoral, con el objetivo de trasmitir la experiencia en su país, e impulsar el ejercicio del voto libre e informado.

Parte de ese acuerdo en México, explicóo el titular del INE, se centró en tres ejes para combatir las fake news, en redes sociales:


– convenios con las grandes empresas en la materia Google, Facebook y Twitter,

– una alianza con medios nativos digitales y

– la conversión de la oficina electoral en una agencia de información.


Por último, es dable destacar que para nuestro país, Argentina, sin dudas lo que ocurra por estos días en Brasil será un espejo para prevenir e ir tomando las recomendaciones del especialista mexicano, debido a que en 2.019 estaremos eligiendo, otra vez, un nuevo jefe de estado, que reencauce, los inmensos errores u horrores llevados adelante hasta el día de hoy, ya sea por negligencia o impericia de la administración actual, que no encontró nunca el rumbo económico, y por ende aceleró la inconsistencia social donde millones de argentinos están librados a su suerte, simplemente porque no se cumplió o no se pudo cumplir lo que se pregonó hasta el hartazgo en la campaña presidencial del 2015, al punto tal de destruir la institucionalidad.

Bregamos para que las nuevas tecnologías sirvan para consolidar más los derechos sociales, afianzar la democracia en pro del bien común.


(*) Abogado; Juez Administrativo de Faltas Sauce (Ctes.); Especialista Derecho Faltas y Contravencional; Investigador y consultor seguridad; Miembro Dossier Geopolítico/CEES.


Fuente: Alainet

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