La sra. Vidal

miércoles, 4 de diciembre de 2019

No me lo discutan más, la mejor gobernadora fue la Sra. Vidal.

Con los años uno comprueba que, en la vida, todo es ilusión. A la gente razonable no le importa tener un techo, comer o estar sana. Lo que importan son los sueños y los anhelos.

Si hay un protagonista de los últimos años, que resume las ilusiones de millones, esa es la Sra. Vidal.

Tomemos, por ejemplo, la obra pública ¿con que sueña la gente? con grandes puentes, con autopistas de 16 carriles, con rutas imponentes que no recorre nadie, con diques, con murallas y túneles gigantes, o con las pirámides de Egipto.


¿Saben? toda fe, toda esperanza, tiene sus detractores, aparecieron tipos, supuestos expertos, de vialidad a refutar la existencia de los puentes y caminos gigantescos, construidos por la Sra.Vidal. Son unos mediocres incurables, están aferrados a los estrechos límites de la experiencia cotidiana, es gente que cree en números ¡números! ¡A quien le importan los números! Lo importante es lo que la gente se imagina, la gente cree haber visto puentes, construcciones majestuosas, las grandes autopistas por donde pasara el hombre nuevo, como diría el Che Guevara.

¿Cómo puede haber personas que, en su cerrazón, no vean las rutas interminables? Que van y vienen incesantemente. Que importa lo que diga vialidad.

Se olvidan del testimonio del pueblo: "yo voy para Villa Tranquila", nos cuenta un paisano, "y veo obras por todos lados, el puente 'García Márquez', recién construido, la carretera de circunvalación 'Nicky Caputo', la ruta 138 que lleva desde 'las Polinas' hasta 'Ciudad Calavera' ¿Cómo es que no las ven?".

Los locos no son los que ven con los ojos del corazón, sino todo lo contrario. Por ejemplo ¿quien puede negar la felicidad en los rostros de los que se beneficiaron con las cloacas que no se hicieron pero que brillan en el espíritu?

Ya lo declaró, en su momento, la Sra. Vidal, la gente no quiere hospitales, era por las acusaciones de los fanáticos ultra K que pretendían que la gobernadora inaugurara 6 hospitales que estaban casi listos. Los hospitales recuerdan a la enfermedad, al sufrimiento y a la muerte ¿Quién quiere ir a un hospital? Nadie, entonces porque el gobierno despilfarraría millones en esos centros del dolor y la enfermedad, es mucho más lógico darle el dinero a las empresas eléctricas para impedir cortes que se producen igual. Es más, parece que cuando más guita ganan, más cortan, son unos vivos bárbaros, además de ser empresas europeas de incuestionable prestigio.

Todas esas obras que nunca se hicieron, van a resultar en un futuro mejor, tal vez no lo vean nuestros hijos o nuestros nietos, pero eso no importa, esas cosas toman tiempo. Me acuerdo de la campaña electoral del 2017, Macri prometía que para el, no se, 2030, íbamos a producir un millón de automóviles que era lo que producíamos en el 2013, del mismo modo, después de un proceso de cambio acelerado, en el año 2047 podríamos alcanzar el nivel de vida del 2015 e inaugurar al menos un par de los 6 hospitales, soñar no cuesta nada.

Otro aspecto que revela la genialidad de la ideología vidalista, es el endeudamiento en dólares. Primero que la deuda no es para cualquiera, solamente países con economía sólida se endeudan, le han prestado plata, con intereses leoninos, a la Sra. Vidal porque su visión esperanzada es una autentica fuente de inspiración. Los prestamos generosos son un premio a un mensaje claro, incluso brutal en su realismo: "Vamos a ir unidos, todos juntos", "a cruzar el río", "a subir al aconcagua" y "se me hunde la canoa".

¿A alguien se le ocurre algo más sensato que endeudarse en dólares para pagar sueldos? Eso es administrar y no andar con tonterías.

Otro mérito innegable de la gobernadora es el combate, abierto y denodado contra las mafias de todo tipo ¿Cuántos bunkers de la droga fueron debidamente arrasados por las fuerzas del orden? Es más, hasta me atrevo a sospechar que no quedó ningún bunker, en ninguna parte. Busquen algún bunker y a ver si encuentran.

La droga prácticamente desapareció, y si no me creen, salgan a la calle y van a ver que no encuentran a nadie drogándose.

Es un glorioso triunfo inexistente, contra un enemigo inexistente, para solucionar un problema inexistente. Pero es una ilusión que entibia nuestros corazoncitos ¿Qué importa que cueste fortunas y que muera un montón de gente sin ningún sentido?

A la mafia de la efedrina y a la Morsa no las vimos nunca más, sin ir más lejos.

http://elhombre3.blogspot.com/2019/12/no-me-lo-discutan-mas-la-mejor.html

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