Varias realidades
De andar por las calles, solo con pasear y mirar uno puede tener una idea de la realidad que nos circunda. Por las calles de Barracas, Constitución, Pompeya, Liniers u Once a Belgrano, Palermo, Barrio Norte se puede ver si se quiere, como conviven las diferentes realidades. Allí donde se acumulan cajas del comercio del día, se aglomeran por la noche lo cartoneros rapiñando todo lo que se pueda reutilizar o vender. Mientras que en las zonas de restaurantes, cuando se va retirando los comenzales se acercan a comer las sobras los más desesperados, ya sin vergüenza, sin dignidad, ni bajan la vista cuando alguien pasa, simplemente se abstraen en seleccionar lo que parece digerible y lo que guardarán para llevar.
En otros lugares, donde haya un poco de cobijo, bajo un puente, en algún umbral, se atrincheran quienes buscan refugio. Con trapos, cartones, lo que sea, armarán sus madrigueras donde amontonarse, hundidos en la estopa mugrienta con niños y perros en una masa opaca y oscura. Allí despiertan a cualquier hora y con la mirada perdida aguardan alguna señal para su próxima acción.
Es curioso pero en los accesos y por los recorridos de la gente bien, donde suelen transitar con sus coches importados la vista está despejada. No se verán cartoneros, indigentes o viviendas improvisadas en las zonas paquetas, no se ensucia el paisaje de los que justamente tienen en sus manos la posibilidad ed cambiar la situación, simplemente dejan de verla. Se protejen de esas visiones corruptas de seres humanos en desintegración; se van cuando pueden y dejan la ciudad para los que no tienen más remedio que vivir aquí todos los días.
Curioso. Unos no pueden hacer nada, otros no quieren hacer nada y los demas: ¿qué hacemos?
Texto: IXX
En otros lugares, donde haya un poco de cobijo, bajo un puente, en algún umbral, se atrincheran quienes buscan refugio. Con trapos, cartones, lo que sea, armarán sus madrigueras donde amontonarse, hundidos en la estopa mugrienta con niños y perros en una masa opaca y oscura. Allí despiertan a cualquier hora y con la mirada perdida aguardan alguna señal para su próxima acción.
Es curioso pero en los accesos y por los recorridos de la gente bien, donde suelen transitar con sus coches importados la vista está despejada. No se verán cartoneros, indigentes o viviendas improvisadas en las zonas paquetas, no se ensucia el paisaje de los que justamente tienen en sus manos la posibilidad ed cambiar la situación, simplemente dejan de verla. Se protejen de esas visiones corruptas de seres humanos en desintegración; se van cuando pueden y dejan la ciudad para los que no tienen más remedio que vivir aquí todos los días.
Curioso. Unos no pueden hacer nada, otros no quieren hacer nada y los demas: ¿qué hacemos?
Texto: IXX
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