Las 10 estrategias de la dominación Por Sylvain Timsit
JUEVES, 28 DE MARZO DE 2013
Atribuido erróneamente al lingüista estadounidense Noam Chomsky, anda dando vueltas en la web una lista que sintetiza las estrategias de dominación de los medios de comunicación. Son diez principios puntuales y comprobables que bien podrían funcionar como un decálogo de la dominación de masas. En realidad, el texto corresponde a Sylvain Timsit, un francés que mantiene una página de internet y un blog dedicados a rebatir el pensamiento único que imponen los medios de comunicación hegemónicos. El mismo Chomsky ha reconocido que no es el autor del texto, pero afirma coincidir con algunos de los puntos planteados por el francés. Luis Salas
Las diez estrategias de la dominación
1.La estrategia de la distracción
Es el arma más poderosa de los medios. Mantener al público distraído, entretenido, viéndose el ombligo. El bombardeo de información insignificante e inútil mantiene al espectador lejos de todos aquellos temas que en realidad importan, que en realidad le afectan y que exigen una toma de postura de su parte. Con el público embelesado y entretenido, las élites políticas y económicas hacen lo que les canta.
2.Crear problemas, después ofrecer soluciones
El poder es astuto y arriesgado. Tiene cancha, y puede permitirse lujos que parecerían suicidas. Puede permitirse tranquilamente el crear problemas dentro de sus gobernados –por acción o por omisión – para que luego sean esos mismos gobernados los que le exijan soluciones que lo fortalecerán. Basta pensar la no tan descabellada teoría conspiratoria de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York, que causaron el pánico en la población estadounidense y se tradujeron en el aumento de los controles policiales en todas las instancias de la sociedad.
3.La estrategia de la gradualidad
El que la sigue la consigue, decían los abuelitos. Y no se equivocaban. El poder sabe muy bien que no puede confesar abiertamente todas sus intenciones, por lo que las camufla por medio de reformas graduales sistemáticamente articuladas. Habría que hacer una genealogía de las medidas políticas para ver que todas, desde las más sencillas, llevan a un fin puntual que es la implantación de un cierto modelo. Las privatizaciones de los años 90 en la Argentina tienen su ascendencia en el paulatino vaciamiento del Estado iniciado en las dos últimas dictaduras militares.
4.La estrategia de diferir
Ya todos sabemos que tendremos que pagar cada vez por todo. La inflación es esa suerte de muerte anunciada, que de tanto amenazarnos ya la hemos internalizado. Cuando regresamos de hacer las compras ya sólo nos queda la resignación. Así funciona la estrategia de diferir. Se nos amenaza tanto tiempo con un cierto problema que, para cuando llega, ya lo tenemos asimilado como inevitable y lo aceptamos como una fatalidad ineludible.
5.Dirigirse al público como criaturas de poca edad
Es la consabida estrategia de subestimar a la gente. El discurso supuestamente apolítico de ciertas agrupaciones políticas, que intentan vender una ideología como si se tratase de una ciencia, es parte de este operar. Tratando a la gente como a idiotas lo más probable es que obtengas una respuesta similar, ya que no hay exigencia en digerir ese discurso, no hay un reto intelectual en él.
6.Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión
Existen tres niveles del discurso: el logos, el pathos y el ethos. Del pathos se deriva la palabra patético, por lo que ya sabemos de qué estamos hablando. Jugar con la emoción de la gente ha sido el arma favorita de políticos incapaces de articular dos ideas, pero que, bendecidos por un gran carisma, han logrado escalar alto en la política. Cómo no pensar en el jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el señor Mauricio Macri, hablando de Antonia tras la nacionalización de YPF…
7.Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad
Un pueblo culto está listo para la revolución, decían por ahí. Siendo así, me imagino que nada mejor para mantener el statu quo que un pueblo ignorante. Siendo esta una sociedad en la que gente cada vez lee menos y ve más televisión, es espeluznante prender el aparatito aquel y darse cuenta de lo que se transmite. Basta mirar media hora de televisión en el horario estelar para sacar una radiografía de la sociedad entera.
8.Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad
Este principio se enlaza con el anterior. Los señores de la tele son la mediocridad encarnada, pero con ellos desayunamos, cenamos, almorzamos, pasamos los fines de semana, los feriados, con ellos nos dormimos y con ellos nos despertamos. Son parte de nuestra vida diaria y así se salvan de nuestro juicio que debería ser implacable.
9.Reforzar la auto culpabilidad
El mundo de la tele se muestra como un mundo de ganadores. Ellos son guapos, tienen dinero, fama, lujos… ¿Por qué no puedes ser así? Seguramente será tu culpa, espectador, porque acá, al otro lado de la pantalla todo va bien. No es culpa del sistema en que creciste, tampoco es culpa de la sociedad. No es culpa de la falta de oportunidades ni de la pésima educación que recibiste. El sueldo miserable que ganas, de seguro es culpa tuya por tener un trabajito de morondanga. Acá el que no llora no mama y el que no afana es un gil. El fracaso es tuyo. Todo es culpa tuya, así que con el sistema no te metas, ¿ok?
10.Conocer a los individuos mejor que lo ellos se conocen
La brecha de conocimientos entre la elite y la masa se ha acrecentado en los últimos años, gracias al desarrollo desmedido de la tecnología. Si bien vivimos en la llamada sociedad del conocimiento, lo que recibimos de las esferas elevadas del poder son apenas las migajas de la información que ellos manejan. Con unos medios de comunicación que invaden cada vez más horas de nuestras vidas, pasamos más tiempo con ellos que con nosotros mismos. La introspección no tiene lugar en un mundo donde el entretenimiento viene todo de afuera. Modelan nuestra demanda con su oferta, y así duermen tranquilos con nuestra bendición.
Por Sylvain Timsit
NdE: fuente original de 2002: http://www.syti.net/ES/Manipulations.html
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