En general el debate sobre el modelo macro económico en las instituciones o los grandes medios se desarrolla entre el polo del neokeynasianismo de base socialdemócrata y el polo neoliberal proausteridad. Pero más allá de este imprescindible debate macro existen realidades de importancia creciente que no cuadran fácilmente en este tablero. Me refiero a todo el fenómeno de construcción e innovación socieconómica transformadora que a nivel de cantidad tiene un peso limitado aunque creciente. Es difícil de acotar y medir pero
recientes estimaciones señalan que la economía social y solidaria representa el 7% del PIB de la economía de Barcelona a partir de 4.600 entidades y empresas.
Cualitativamente, sobre todo en ámbitos locales, su peso específico es aún mayor. De hecho varias de las apuestas municipalistas de cambio que gobiernan las han incorporado en sus áreas y programas de promoción económica y desarrollo local.
Una de las necesidades que se está encontrando tanto desde el activismo como desde la administración es relatar este fenómeno no como una suma de procesos aislados sino como un ecosistema de experimentación donde diferentes comunidades o ámbitos, en función de sus bagajes, culturas, posibilidades, prioridades… experimentan y construyen nuevas prácticas socioeconómicas.
En este artículo intentaré hacer una foto superficial de este ecosistema, no tanto desde los conceptos como desde las prácticas. Para elegir cuáles coloco en el mapa observo si tienen un marco conceptual, cierta vocación y articulación de transformación social y sobretodo prácticas y proyectos reales.
Los ejes que utilizo no son los únicos posibles pero son los que me han parecido que podían ilustrar las diferencias en sus prioridades. El eje horizontal marca el compromiso en referencia a minimizar o internalizar el impacto social y ecológico de su actividad productiva. El eje vertical marca el compromiso en referencia a generar estructuras de reparto de poder, valor y rendimiento más distribuidas o democráticas.
Por supuesto como cualquier foto simplifica la realidad y exagera los rasgos. Por tanto miremos de lejos más que de cerca y veamos si al final esta simplificación nos ayuda a dar a conocer este ecosistema.
Economías Colaborativas
Se refiere a todo ese universo de proyectos, empresas, comunidades y plataformas, casi siempre con base digital, que permiten compartir (en inglés sharingeconomy) e intercambiar pero también vender o alquilar objetos, servicios, conocimientos entre iguales pero también entre empresas y consumidores.
Es probablemente una de las economías transformadoras
que más polémica levanta y con más
punch mediático. Resulta bastante complejo acotarla dado que bajo ese paraguas puedes encontrar desde empresas oligopólicas multinacionales (Airbnb, Uber) a proyectos de intercambio barriales pasando por comunidades globales como Wikipedia. Esto es lo que permite su transversalidad en el esquema. Para algunos puede ser una debilidad como economía transformadora, para otros un interés al penetrar en el ámbito de la empresa y emprendimiento convencional. Un muy buen repaso a sus riesgos y sus potencialidades lo podéis encontrar en la revista
Opcions.
Economía Social y Solidaria (ESS)
Su momento fundacional se remonta al Foro Social Global de Portoalegre y su base social es de vocación activista. Eso le permite jugar en la parte más transformadora del cuadrante en ambos ejes. Se encuentra en un momento de expansión como podemos percibir en las ferias anuales tanto en
Barcelona como
Madrid. Sin embargo, su reto es poder llegar a otros sectores sociales y económicos saliendo de círculos más activistas. De hecho tiene gran penetración entre los movimientos sociales o asociativos pero muy limitada en el mundo de la empresa convencional. En España y Catalunya y a nivel internacional ha construido articulaciones federadas como la XES, REAS o RiPESS.
Economía Cooperativa (incluye las sociedades laborales)
Un sector del cooperativismo ha sido el promotor de la ESS pero no todo el cooperativismo se identifica con la ESS. Su ubicación en el esquema se basa en que simplemente por el hecho de ser cooperativas o sociedades laborales el reparto del poder y la propiedad de las empresas son elementos diferenciadores respecto al sector convencional aunque al ser universo muy amplio podemos encontrar prácticas poco diferenciadas. Si nos fijamos en el otro eje probablemente podemos decir que en general cuida más su impacto que la empresa convencional pero hay de todo, de ahí su posición en el eje.
Economías Comunitarias
Huertos comunitarios, grupos de consumo, redes de intercambio, bancos del tiempo, grupos de crianza compartida, etc. Son iniciativas colectivas de innovación social que surgen en barrios y pueblos y que buscan satisfacer necesidades de manera colectiva. Dos rasgos clave suelen ser que se sostienen con base en repartirse tareas y responsabilidades entre los miembros que en profesionalizarse. Por otro lado su dimensión comunitaria y generalmente asamblearia hace que en el eje vertical la coloque como máximo exponente de poder distribuido.
Economía del Bien Común
Dispone de un
balance que inspira en 5 principios el devenir de la empresa. Para algunos sería simplemente una Responsabilidad Social Corporativa más sincera y comprometida (que no es poco), para otros un nuevo paradigma económico transformador para la empresa convencional. Su ubicación en el eje responde a que no pone tanto énfasis en la distribución de la propiedad o el poder aunque sí contempla la democracia interna o la ratio de salarios. Pero su fuerte es el compromiso de impacto social y ecológico por eso ocupa todo el cuadrante superior derecho. Surge muy ligada a
Felber, un economista austriaco, lo que le ha dado cierto personalismo pero a su vez recorrido mediático. Comienza a penetrar en las instituciones, por ejemplo el nuevo conseller de economía del gobierno valenciano,
Rafael Climent, es un defensor de este paradigma.
Economía Social (de inserción sociolaboral)
Muchas veces se utiliza esta etiqueta para referirse a todo el universo de economías transformadoras pero yo en este caso lo utilizo para referirme básicamente a empresas, fundaciones, centros especiales de trabajo…cuyo objetivo principal es la inserción sociolaboral de colectivos en riesgo de exclusión. Es un sector para el cual la administración está más preparada por lo que existen políticas más asentadas. Sus fortalezas son su articulación, su impacto social positivo evidente en ámbitos muy complejos y su recorrido de trabajo conjunto con la administración. Esta última también podría ser una debilidad en términos de dependencia económica. Algunos reflexionan que no sería positivo que las economías transformadoras se quedaran reducidas a un carácter paliativo de determinados colectivos.
Economías feministas
Quizás es el movimiento de economía transformadora de más reciente articulación. Dispone
de un marco de análisis muy potente y tanto en el ámbito académico
como en el movimentista está en plena expansión. Tienen una fuerte relación con la ESS y su rasgo no es tanto que sean proyectos de mujeres como el poner en primer plano la invisibilizada economía de los cuidados y “vidas que merezcan ser vividas”.
Existen otras economías transformadoras que no he colocado porque no tengo claro si en su estado actual responden a los tres criterios que he mencionado:
economía circular, emprendimiento social o verde, economía verde,
economías directas, el
emprendimiento colectivo y transformador…economía ecológica, etc. Pero por suerte la situación está en permanente evolución.
Los retos y las potencialidades que se plantea a la expansión de estas economías son inmensas, la conversación debe continuar...seguimos .
Podéis consultar una versión extensa de este texto
aquí.
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