07 diciembre, 2018

Paris Era una fiesta.

La ciudad se aprontaba para las celebraciones de fin de año y se engalanaba para recibir a sus visitantes y de pronto estalló la protesta de los ciudadanos indignados por el severo ajuste del gobierno de Macron.
De allí en más la represión, el desorden, las cancelaciones de miles de turistas, hidrantes y gases en Champs Elysées y desesperación de ambos lados, los que no pueden vivir y el gobierno que no sabe cómo salir del entuerto.



El ajuste aceptado con calma en países del tercer mundo amansados por los grandes grupos de comunicación de masas no ha sido tolerado por los franceses con solo contar los pocos billetes en sus bolsillos. 
La simpleza de la practicidad.

IXX, dic18

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