Blanco sobre negro por Mabaires blog
"Es decir, si le ponen un auto al que vive lejos, o está impedido de llegar por su condición física, para que vaya a votar es pobre, su voto no debe ser tenido en cuenta.
Si el acarreado a votar [(Fayt por ejemplo)] cobra 216.000 pesos mensuales, y no paga impuestos, es válido su voto."
http://mabaires.blogspot.com.ar/2015/09/blanco-sobre-negro.html?view=sidebar
Hay que decirlo clarito y sin eufemismos: vienen por todo y por todos.
Ya no disimulan.
El fallo de los jueces de Tucumán Ebe López Piossek y Salvador Ruiz, deja al descubierto por dónde están tramando el Golpe de Estado.
Vienen a cargarse las instituciones.
Ellos escribieron, sin tapujos que los pobres no deberían votar porque son arreados y porque no saben ya que carecen de valores cívicos.
La patada al tobillo de la Democracia fue legitimada tácitamente desde la Corte Suprema de la Nación, al publicar por primera vez un fallo de una Cámara provincial.
http://www.cij.gov.ar/nota-17982-Declaran-la-nulidad-de-las-elecciones-realizadas-en-Tucum-n-el-pasado-23-de-agosto.html
Fallo producido además por una Sala, la I, de la Cámara en lo Contencioso Administrativo; que avasalla y bastardea nada menos que a la Junta Electoral de Tucumán, que está compuesta, entre otros, por el presidente de la Corte Suprema Tucumana, el dr Antonio Gandur.
El Presidente de la Corte Suprema de la Nación, Ricardo Lorenzetti, auto re elegido con un acta inválida (es decir fraudulenta) nueve meses antes, y que haciendo gala de un desparpajo inconmensurable, volvió a hacer el procedimiento, esta vez acarreando, literalmente, al minusválido Dr Carlos Santiago Fayt de 97 años para que convalide con su voto presencial su re re elección; acaba de publicar en la página de prensa de la Corte, el vergonzoso fallo en el que dicen que los pobres son arreados a votar y por eso no debería ser válida la votación.
Es decir, si le ponen un auto al que vive lejos, o está impedido de llegar por su condición física, para que vaya a votar es pobre, su voto no debe ser tenido en cuenta.
Si el acarreado a votar cobra 216.000 pesos mensuales, y no paga impuestos, es válido su voto.
La convicción del pobre es desestimada por su condición social, mientras que la convicción del que tiene una cuenta bancaria, aún cuando la arterosclerosis no le permita razonar con lucidez, jamás se cuestionará.
La tácita convalidación con la que el Supremo Cortesano hace gala de su excelsa ambigüedad y crapulencia al publicarla sin comentarios, es que se cargaron a la Democracia y a la Corte Suprema Tucumana de un saque.
Porque el fallo que Ebe López Piossek y Salvador Ruiz firmaron, cuestiona a la Junta Electoral que acababa de cerrar el escrutinio definitivo dando por ganador a Manzur y diciendo que NO hubo fraude.
Y cuestionar a la Junta Electoral, es cuestionar a Antonio Gandur, su presidente. Que firmó las actas validando el escrutinio, al igual que lo hicieron los fiscales de José Cano y los de los demás participantes de la elección.
Y Antonio Gandur, es el presidente de la Corte Suprema de Tucumán. La misma que deberá fallar si las elecciones del 23 de agosto son válidas o no.
Por lo que, de llegar la apelación a esa instancia, deberá excusarse.
Si se acepta, queda cuestionada su idoneidad como presidente de la Junta Electoral. Y alguien que no puede llevar a cabo con idoneidad, un acto a realizarse cada cuatro años, queda deslegitimado como presidente de la Corte. Es decir, olvidate de que pueda ser re elegido (como Lorenzetti).
El fallo es por sí mismo una afrenta a quienes están en una instancia superior a la de los dos jueces: la Corte Suprema provincial.
La lucha por el poder nunca se fue de Tribunales.
La Dictadura cívico militar, como todas las dictaduras anteriores, se replegó a la base operativa de Tribunales donde ya estaba avalando el genocidio, los saqueos y la expoliación del territorio.
La prueba más concreta de esto, la podemos ver hoy, en Tucumán.
La jueza Ebe López de Piossek, que firmó este mamarrachesco fallo, es la misma que avaló antes la cautelar solicitada para impedir que los chicos de entre 16 y 18 años votaran.
El piberío ya había votado en las Primaras Abiertas Simultáneas y Obligatorias.
Es decir, la jueza , empezó por negarles su derecho a votar a ellos.
Como son chicos, a ningún adulto leguleyo le importó demasiado. Ni siquiera pareció importarle a los candidatos.
No hicieron alharaca. No levantaron la perdiz. No armaron el suficiente barullo como para exponer a la bestial jueza que cercenaba su derecho a una parte de la población.
Hoy la jueza avanza un poco más. Ahora dice que los pobres no deben votar. Y va más lejos,dice que no deben votar porque no saben.
Y a los candidatos parece que tampoco les importa mucho. Y hablo de TODO el arco político tucumano.Ya que su mayor preocupación parece ser cómo resolver el tema de la elección antes del 24 de octubre.
La estupidez rayana en la complicidad del gobernador Alperovich, que lejos de soliviantarse por semejante afrenta a la sociedad como es que con un sello de goma bastardeen a la población, eligió decir "no hay manera de hacer las elecciones antes de 40 días"; es por lo menos, preocupante.
No apelar la medida que estos jueces impusieron en medio del escrutinio definitivo para no dar a conocer los resultados, fue casi suicida. Porque fue reconocerles el derecho a estos dos desarrapados bandoleros, como autoridad por sobre la Junta Electoral.
La imbecilidad manifiesta, la poca cintura, la falta de asesoramiento jurídico, o la dejadez, ponen hoy al pueblo tucumano ante la disyuntiva de acatar una orden espuria e ilegal para solucionar rápidamente esta cuestión, o aceptar una intervención federal en 40 días.
Además, arrastra a toda la Nación tras su designio, ya que si acepta, estaría confirmando que Tucumán no garantiza una elección transparente por lo que el resultado de las elecciones a Presidente a realizarse el 25 de octubre, tampoco lo sería.
Y veo tal pachorra entre los allegados al candidato Daniel Scioli, que en apariencia ganaría las elecciones, como en los demás candidatos, que se supone deberían estar como locos; lo que demuestra que, en realidad, son parte del armado deslegitimador.
(Sí, ya sé... te preguntás igual que yo, si son o se hacen. No quiero aventurarme a dar una respuesta. Prefiero creer en la buena voluntad, pensar que sólo son incapaces y mantenerme alerta.)
El golpe judicial está en marcha.
Un fallo basado en recortes periodísticos y un programa de televisión pone en jaque a la Democracia en Argentina.
Las pruebas del supuesto fraude se complementan con los dichos por un amigo del denunciante, y porque se borraron dos videos del lugar donde se guardaban las urnas en la Junta Electoral. Lugar, donde casualmente, trabaja en el área de informática el hijo del juez Salvador Ruiz que firmó el fallo.
El hijo del juez, por sus conocimientos en ingeniería e informática, sabe cómo, con un imán de neodimio, podría destruirse el disco del servidor donde se guarda la información de las cámaras de seguridad, por ejemplo. Ni siquiera le hace falta tocar nada.
La jueza Ebe López Piossek tiene además un sobrino que pertenece al armado político que presentó la denuncia:
Lo dicen los afiches, no lo digo yo.
Es decir, que la jueza debió excusarse.
O ser recusada ni bien aceptó la cautelar para que no voten los pibes.
Como nadie lo hizo, la jueza siguió avanzando.
La jueza Ebe López Piossek tiene experiencia en segregar quiénes deben gozar de los derechos de ciudadanía y quiénes no.
Cuando inició su carrera judicial, lo hizo de la mano del Capitán José Roberto Abbas, que ostentaba el cargo de Fiscal de Estado en Tucumán en la intervención con la que el gral Domingo Bussi inauguraba el período más negro en la historia argentina a fines de 1975.
El relato que hacen los que sobrevivieron luego de ser detenidos por las listas que salían de la "Fiscalía de Estado" que dirigía Abbas no dejan lugar a dudas:
El ex diputado nacional peronista Antonio Isaac Guerrero, detalló en el juicio por la Megacausa Villa Urquiza, llevado a cabo en Tucumán:
“El 14 de abril me trasladaron a Villa Urquiza. Fui alojado en el pabellón E. El capitán (José Roberto) Abbas, era fiscal de Estado, nos visitó y nos dio un discurso. Nos dijo que estábamos allí por ser comunistas. En su segunda visita, nos comunicó que no éramos más presos políticos, sino comunes y que nos distribuirían entre ellos. Juri se opuso y lo mandaron a los ‘chanchos’ (celdas de aislamiento y castigo). Después nos asignaron trabajos. Juri fue a la cortada de ladrillos y yo, a la escobería y a la biblioteca”, describió.
Precisó que, cuando desocuparon los calabozos, empleados sellaron las ventanas. “Llegaron entre 150 y 200 presos al pabellón. Nosotros, desde un balcón los veíamos. Estaban en un estado calamitoso, maltratados”, lamentó. Detalló que “balconeando” pudo presenciar cómo se tiraba agua en los pasillos y se hacía correr por allí a los alojados en el pabellón “de la muerte” y que si alguno se resbalaba, era atacado por perros entrenados de la Policía provincial."
El capitán Abbas, tenía una asesora legal: Ebe López Piossek.
Ella no pudo desconocer el pase de "presos políticos" a "presos comunes" de los detenidos por la sencilla razón, que los que estaban detenidos como presos políticos no tenían condición legal, y los que eran blanqueados, es decir, aquellos a los que no matarían, eran enviados a cárceles y comisarías "Puestos a Disposición del Poder Ejecutivo Nacional".
La asesora legal López Piossek , no pudo haber desconocido ese pase de prisioneros, simplemente porque al blanquearlos, se tramitaba en la fiscalía su condición y "adquiría" ciertos derechos, como poder recibir visitas o no, y contar con un abogado... lo que no servía de nada, pero simulaban como que sí.
Ella no pudo desconocer la trama de papelería, que por idioscincrasia, dejan siempre los militares a su paso, simplemente porque ella trabajaba allí, y debió tipear, dictar, o llevar a firmar dichos papeles.
Debió recibir, escuchar y tratar con los abogados de los que una vez pasados a disposición del PEN, intentaban que los liberen o los lleven a juicio.
Ella era la asesora legal del Capitán que decidía quién vivía y quién no.
En otras palabras, ella fue parte del proceso de desaparición de personas, de detenciones injustificadas y de muertes.
Y como funcionaria pública, aún suponiendo que no hubiera tenido ante quién denunciar estos terribles hechos previamente, debió hacerlo a partir de 1983.
Suponiendo que no tuviera las garantías para denunciar estos hechos en los primeros años de democracia, la consustanciación de los juicios a los torturadores de los campos de exterminio montados por el Gral Bussi, eran una buena oportunidad para que la jueza López Piossek contara lo que sabía y aportara pruebas.
Al no haberlo hecho, se conviertió en cómplice.
Esta jueza que abrevó del caldero macabro que se gestó en Tucumán y que derramó su pestilencia de muerte por todo el país, no está haciendo algo diferente ahora.
La dictadura se erigía como la salvación, el "Proceso de Reorganización Nacional", los que venían a "volver a organizar" lo desorganizado, venían a "poner orden" sobre lo desordenado.
Ellos venían a iluminar la oscuridad de los que votaban. Los que no sabían votar y habían votado a los que desorganizaron todo.
Y así, pasaban a la oscuridad a los dirigentes sociales, políticos o estudiantiles, para iluminar a los "cabecitas negras" que no sabían votar.
Ellos, los militares, habían sido ungidos por el poder económico, ese poder real, que baleaba peones por hacer ruido al caminar por las piedritas a la hora de la siesta; ese que disponía de la vida de los cañeros con las que enriquecían sus cuentas bancarias a costa de los pulmones ajenos.
Los dictadores militares, eran los que aportaron las balas, la picana, las capuchas. Los dictadores civiles, eran los que brindaban asesoría legal; asesoría legislativa; impunidad desde los Tribunales y desde los medios de comunicación.
Los militares, se volvieron a sus casas cuando la democracia reentró con la fuerza de una guerra sureña y lejana.
Pero Ellos, los dictadores, siguieron ahí, prestándonos la civilidad, dejándonos apenas respirar un poquito de libertad enmascarada entre las canciones o los libros.
Con los años, Ellos, se dieron cuenta que les era más fácil y más barato convencernos que someternos.
Así, el fiscal Julio Strassera se disfrazó de democrático y pronunció un discurso rimbombante robándose las palabras de Sábato " Nunca más"; para esconder su participación en la masacre de San Patricio, donde fueron asesinados los palotinos; o su complicidad en la masacre del Pabellón Séptimo de Villa Devoto.
Los medios de comunicación lo erigieron como el nuevo héroe.
La jueza Ebe López Piossek se blanqueó sacándose la H de su nombre, y siguió lo más campante operando para Ellos desde el Poder Judicial.
Primero como encubridora del brazo militar de la dictadura.
Ahora, ya como jueza, violando las leyes y toda ética para secuestrar a la Democracia.
Siempre les hace falta algún héroe que les responda a sus intereses, para arengar a los que arrean. A esos que por tener una casa o un trabajo estable, jamás serán cuestionados en sus valores cívicos.
La jueza no está haciendo algo diferente a lo que hizo antes, pero los medios de comunicación tampoco. Siguen usando los mismos métodos con los que iban "iluminando" al pueblo para que acepte que "no había otra solución posible".
En los últimos días, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se dieron varias situaciones que a quienes peinamos algunas canas, nos remitieron inmediatamente a 1975: las amenazas de bomba.
En el subte operado por Macri, y tercerizado a su amigo Benito Roggio que se llevó 1700 millones de pesos por no hacer nada:
http://www.infobae.com/2015/09/18/1756257-desalojaron-la-estacion-piedras-la-linea-del-subte-un-paquete-sospechoso
En el Centro Cultural Kirchner :
http://www.clarin.com/ciudad/centro-cultural-kirchner-amenaza-bomba_0_1433856930.html
Entre junio y julio, justo antes de las elecciones PASO, en el Espacio Cultural Nuestros Hijos (ECUNHI) que funciona en la Ex Escuela de Mecánica de la Armada, la oprobiosa ESMA.
http://www.elintransigente.com/argentina/2015/7/10/nueva-amenaza-bomba-esma-329419.html
En septiembre, en un avión de Aerolíneas Argentinas:
http://www.puntal.com.ar/imprimir_noticia_portal.php?id=79361
Y así se replica en el resto del mundo, por ejemplo , la amenaza de bomba a Página 12 en los primeros días de agosto :
http://www.jornada.unam.mx/2015/08/05/mundo/023n1mun
¿No se parece mucho al temor que se creaba desde los medios en 1975?
¿ No es demasiado similar a las amenazas de bomba que se recibían en las escuelas públicas en 1989 cuando el poder económico trataba de voltear a Raúl Alfonsín?
El temor como base para poder quitarte derechos.
Los fallos judiciales viciados de nulidad, pero "como única opción posible".
Los blancos, rubios, con ojos claros, con cuentas bancarias, no fueron cuestionados en el fallo por votar conforme a las promesas de prebendas económicas, por ejemplo.
No se cuestiona el voto del sojero, que vota a Macri porque promete sacarle las retenciones. Ni el del banquero que lo vota para ganar dinero con la devaluación que prometen sus economistas.
Tampoco se cuestiona al votante porteño subsidiado en luz, agua, gas, transporte público y en la cuota de la escuela privada.
Se cuestiona el voto del morocho, que aceptó el kilo de polenta; aún sin saber por quién votó y sin demostrar que su voto fue emitido a favor de quién le ofreció ese alimento.
Y ese argumento queda desestimado por la sencilla razón, de que entre quienes regalaron bolsas con comida, estaban José CANO y sus seguidores. Tal como puede verse en las fotos que circularon en las redes sociales.
Y sin embargo, perdieron. Es decir que quienes recibieron los bolsones de comida de CANO, no lo votaron.
En la siguiente foto se puede ver a Cano con Ernesto Sanz delante de un cartel que dice "Entrega de Bolsones".
La señora de blusa roja, es Sandra Manzone la candidata de Carrió, y una de las que organiza las operaciones mediáticas entre varios periodistas, en Tucumán.
Sanz sacó en las PASO el 3% de los votos. La candidata de Carrió, también perdió.
¿Macri les ganó la interna repartiendo bolsitas amarillas vacías como la que tiene la señora del centro de la foto?
Como se puede deducir de un simple análisis de la realidad, los jueces tucumanos deslegitimaron el voto de los pobres por ser pobres.
Y eso va más allá de un proceso electoral. Es una definición política.
Es ideología pura y dura escrita en letras negras sobre papel blanco.
Es la matriz cultural de los que se creen "blancos" y sienten que deben estar sobre los "negros".
En el siguiente enlace, podés leer un pequeño resumen acerca de cómo actuaban los dictadores en Tucumán, y qué cosas eran las que no podía desconocer Ebe López Piossek
http://www.elortiba.org/notapas1556.html
Y para intentar entender el intríngulis de futuras recusaciones que empantanarán el caso de las elecciones de Tucumán, lo que te dará una pauta de por qué es urgente democratizar el sistema judicial y que no puedan permanecer en sus cargos indefinidamente:
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-282085-2015-09-20.html
Si el acarreado a votar [(Fayt por ejemplo)] cobra 216.000 pesos mensuales, y no paga impuestos, es válido su voto."
http://mabaires.blogspot.com.ar/2015/09/blanco-sobre-negro.html?view=sidebar
Hay que decirlo clarito y sin eufemismos: vienen por todo y por todos.
Ya no disimulan.
El fallo de los jueces de Tucumán Ebe López Piossek y Salvador Ruiz, deja al descubierto por dónde están tramando el Golpe de Estado.
Vienen a cargarse las instituciones.
Ellos escribieron, sin tapujos que los pobres no deberían votar porque son arreados y porque no saben ya que carecen de valores cívicos.
La patada al tobillo de la Democracia fue legitimada tácitamente desde la Corte Suprema de la Nación, al publicar por primera vez un fallo de una Cámara provincial.
http://www.cij.gov.ar/nota-17982-Declaran-la-nulidad-de-las-elecciones-realizadas-en-Tucum-n-el-pasado-23-de-agosto.html
Fallo producido además por una Sala, la I, de la Cámara en lo Contencioso Administrativo; que avasalla y bastardea nada menos que a la Junta Electoral de Tucumán, que está compuesta, entre otros, por el presidente de la Corte Suprema Tucumana, el dr Antonio Gandur.
El Presidente de la Corte Suprema de la Nación, Ricardo Lorenzetti, auto re elegido con un acta inválida (es decir fraudulenta) nueve meses antes, y que haciendo gala de un desparpajo inconmensurable, volvió a hacer el procedimiento, esta vez acarreando, literalmente, al minusválido Dr Carlos Santiago Fayt de 97 años para que convalide con su voto presencial su re re elección; acaba de publicar en la página de prensa de la Corte, el vergonzoso fallo en el que dicen que los pobres son arreados a votar y por eso no debería ser válida la votación.
Es decir, si le ponen un auto al que vive lejos, o está impedido de llegar por su condición física, para que vaya a votar es pobre, su voto no debe ser tenido en cuenta.
Si el acarreado a votar cobra 216.000 pesos mensuales, y no paga impuestos, es válido su voto.
La convicción del pobre es desestimada por su condición social, mientras que la convicción del que tiene una cuenta bancaria, aún cuando la arterosclerosis no le permita razonar con lucidez, jamás se cuestionará.
La tácita convalidación con la que el Supremo Cortesano hace gala de su excelsa ambigüedad y crapulencia al publicarla sin comentarios, es que se cargaron a la Democracia y a la Corte Suprema Tucumana de un saque.
Porque el fallo que Ebe López Piossek y Salvador Ruiz firmaron, cuestiona a la Junta Electoral que acababa de cerrar el escrutinio definitivo dando por ganador a Manzur y diciendo que NO hubo fraude.
Y cuestionar a la Junta Electoral, es cuestionar a Antonio Gandur, su presidente. Que firmó las actas validando el escrutinio, al igual que lo hicieron los fiscales de José Cano y los de los demás participantes de la elección.
Y Antonio Gandur, es el presidente de la Corte Suprema de Tucumán. La misma que deberá fallar si las elecciones del 23 de agosto son válidas o no.
Por lo que, de llegar la apelación a esa instancia, deberá excusarse.
Si se acepta, queda cuestionada su idoneidad como presidente de la Junta Electoral. Y alguien que no puede llevar a cabo con idoneidad, un acto a realizarse cada cuatro años, queda deslegitimado como presidente de la Corte. Es decir, olvidate de que pueda ser re elegido (como Lorenzetti).
El fallo es por sí mismo una afrenta a quienes están en una instancia superior a la de los dos jueces: la Corte Suprema provincial.
La lucha por el poder nunca se fue de Tribunales.
La Dictadura cívico militar, como todas las dictaduras anteriores, se replegó a la base operativa de Tribunales donde ya estaba avalando el genocidio, los saqueos y la expoliación del territorio.
La prueba más concreta de esto, la podemos ver hoy, en Tucumán.
La jueza Ebe López de Piossek, que firmó este mamarrachesco fallo, es la misma que avaló antes la cautelar solicitada para impedir que los chicos de entre 16 y 18 años votaran.
El piberío ya había votado en las Primaras Abiertas Simultáneas y Obligatorias.
Es decir, la jueza , empezó por negarles su derecho a votar a ellos.
Como son chicos, a ningún adulto leguleyo le importó demasiado. Ni siquiera pareció importarle a los candidatos.
No hicieron alharaca. No levantaron la perdiz. No armaron el suficiente barullo como para exponer a la bestial jueza que cercenaba su derecho a una parte de la población.
Hoy la jueza avanza un poco más. Ahora dice que los pobres no deben votar. Y va más lejos,dice que no deben votar porque no saben.
Y a los candidatos parece que tampoco les importa mucho. Y hablo de TODO el arco político tucumano.Ya que su mayor preocupación parece ser cómo resolver el tema de la elección antes del 24 de octubre.
La estupidez rayana en la complicidad del gobernador Alperovich, que lejos de soliviantarse por semejante afrenta a la sociedad como es que con un sello de goma bastardeen a la población, eligió decir "no hay manera de hacer las elecciones antes de 40 días"; es por lo menos, preocupante.
No apelar la medida que estos jueces impusieron en medio del escrutinio definitivo para no dar a conocer los resultados, fue casi suicida. Porque fue reconocerles el derecho a estos dos desarrapados bandoleros, como autoridad por sobre la Junta Electoral.
La imbecilidad manifiesta, la poca cintura, la falta de asesoramiento jurídico, o la dejadez, ponen hoy al pueblo tucumano ante la disyuntiva de acatar una orden espuria e ilegal para solucionar rápidamente esta cuestión, o aceptar una intervención federal en 40 días.
Además, arrastra a toda la Nación tras su designio, ya que si acepta, estaría confirmando que Tucumán no garantiza una elección transparente por lo que el resultado de las elecciones a Presidente a realizarse el 25 de octubre, tampoco lo sería.
Y veo tal pachorra entre los allegados al candidato Daniel Scioli, que en apariencia ganaría las elecciones, como en los demás candidatos, que se supone deberían estar como locos; lo que demuestra que, en realidad, son parte del armado deslegitimador.
(Sí, ya sé... te preguntás igual que yo, si son o se hacen. No quiero aventurarme a dar una respuesta. Prefiero creer en la buena voluntad, pensar que sólo son incapaces y mantenerme alerta.)
El golpe judicial está en marcha.
Un fallo basado en recortes periodísticos y un programa de televisión pone en jaque a la Democracia en Argentina.
Las pruebas del supuesto fraude se complementan con los dichos por un amigo del denunciante, y porque se borraron dos videos del lugar donde se guardaban las urnas en la Junta Electoral. Lugar, donde casualmente, trabaja en el área de informática el hijo del juez Salvador Ruiz que firmó el fallo.
El hijo del juez, por sus conocimientos en ingeniería e informática, sabe cómo, con un imán de neodimio, podría destruirse el disco del servidor donde se guarda la información de las cámaras de seguridad, por ejemplo. Ni siquiera le hace falta tocar nada.
La jueza Ebe López Piossek tiene además un sobrino que pertenece al armado político que presentó la denuncia:
Lo dicen los afiches, no lo digo yo.
Es decir, que la jueza debió excusarse.
O ser recusada ni bien aceptó la cautelar para que no voten los pibes.
Como nadie lo hizo, la jueza siguió avanzando.
La jueza Ebe López Piossek tiene experiencia en segregar quiénes deben gozar de los derechos de ciudadanía y quiénes no.
Cuando inició su carrera judicial, lo hizo de la mano del Capitán José Roberto Abbas, que ostentaba el cargo de Fiscal de Estado en Tucumán en la intervención con la que el gral Domingo Bussi inauguraba el período más negro en la historia argentina a fines de 1975.
El relato que hacen los que sobrevivieron luego de ser detenidos por las listas que salían de la "Fiscalía de Estado" que dirigía Abbas no dejan lugar a dudas:
El ex diputado nacional peronista Antonio Isaac Guerrero, detalló en el juicio por la Megacausa Villa Urquiza, llevado a cabo en Tucumán:
“El 14 de abril me trasladaron a Villa Urquiza. Fui alojado en el pabellón E. El capitán (José Roberto) Abbas, era fiscal de Estado, nos visitó y nos dio un discurso. Nos dijo que estábamos allí por ser comunistas. En su segunda visita, nos comunicó que no éramos más presos políticos, sino comunes y que nos distribuirían entre ellos. Juri se opuso y lo mandaron a los ‘chanchos’ (celdas de aislamiento y castigo). Después nos asignaron trabajos. Juri fue a la cortada de ladrillos y yo, a la escobería y a la biblioteca”, describió.
Precisó que, cuando desocuparon los calabozos, empleados sellaron las ventanas. “Llegaron entre 150 y 200 presos al pabellón. Nosotros, desde un balcón los veíamos. Estaban en un estado calamitoso, maltratados”, lamentó. Detalló que “balconeando” pudo presenciar cómo se tiraba agua en los pasillos y se hacía correr por allí a los alojados en el pabellón “de la muerte” y que si alguno se resbalaba, era atacado por perros entrenados de la Policía provincial."
El capitán Abbas, tenía una asesora legal: Ebe López Piossek.
Ella no pudo desconocer el pase de "presos políticos" a "presos comunes" de los detenidos por la sencilla razón, que los que estaban detenidos como presos políticos no tenían condición legal, y los que eran blanqueados, es decir, aquellos a los que no matarían, eran enviados a cárceles y comisarías "Puestos a Disposición del Poder Ejecutivo Nacional".
La asesora legal López Piossek , no pudo haber desconocido ese pase de prisioneros, simplemente porque al blanquearlos, se tramitaba en la fiscalía su condición y "adquiría" ciertos derechos, como poder recibir visitas o no, y contar con un abogado... lo que no servía de nada, pero simulaban como que sí.
Ella no pudo desconocer la trama de papelería, que por idioscincrasia, dejan siempre los militares a su paso, simplemente porque ella trabajaba allí, y debió tipear, dictar, o llevar a firmar dichos papeles.
Debió recibir, escuchar y tratar con los abogados de los que una vez pasados a disposición del PEN, intentaban que los liberen o los lleven a juicio.
Ella era la asesora legal del Capitán que decidía quién vivía y quién no.
En otras palabras, ella fue parte del proceso de desaparición de personas, de detenciones injustificadas y de muertes.
Y como funcionaria pública, aún suponiendo que no hubiera tenido ante quién denunciar estos terribles hechos previamente, debió hacerlo a partir de 1983.
Suponiendo que no tuviera las garantías para denunciar estos hechos en los primeros años de democracia, la consustanciación de los juicios a los torturadores de los campos de exterminio montados por el Gral Bussi, eran una buena oportunidad para que la jueza López Piossek contara lo que sabía y aportara pruebas.
Al no haberlo hecho, se conviertió en cómplice.
Esta jueza que abrevó del caldero macabro que se gestó en Tucumán y que derramó su pestilencia de muerte por todo el país, no está haciendo algo diferente ahora.
La dictadura se erigía como la salvación, el "Proceso de Reorganización Nacional", los que venían a "volver a organizar" lo desorganizado, venían a "poner orden" sobre lo desordenado.
Ellos venían a iluminar la oscuridad de los que votaban. Los que no sabían votar y habían votado a los que desorganizaron todo.
Y así, pasaban a la oscuridad a los dirigentes sociales, políticos o estudiantiles, para iluminar a los "cabecitas negras" que no sabían votar.
Ellos, los militares, habían sido ungidos por el poder económico, ese poder real, que baleaba peones por hacer ruido al caminar por las piedritas a la hora de la siesta; ese que disponía de la vida de los cañeros con las que enriquecían sus cuentas bancarias a costa de los pulmones ajenos.
Los dictadores militares, eran los que aportaron las balas, la picana, las capuchas. Los dictadores civiles, eran los que brindaban asesoría legal; asesoría legislativa; impunidad desde los Tribunales y desde los medios de comunicación.
Los militares, se volvieron a sus casas cuando la democracia reentró con la fuerza de una guerra sureña y lejana.
Pero Ellos, los dictadores, siguieron ahí, prestándonos la civilidad, dejándonos apenas respirar un poquito de libertad enmascarada entre las canciones o los libros.
Con los años, Ellos, se dieron cuenta que les era más fácil y más barato convencernos que someternos.
Así, el fiscal Julio Strassera se disfrazó de democrático y pronunció un discurso rimbombante robándose las palabras de Sábato " Nunca más"; para esconder su participación en la masacre de San Patricio, donde fueron asesinados los palotinos; o su complicidad en la masacre del Pabellón Séptimo de Villa Devoto.
Los medios de comunicación lo erigieron como el nuevo héroe.
La jueza Ebe López Piossek se blanqueó sacándose la H de su nombre, y siguió lo más campante operando para Ellos desde el Poder Judicial.
Primero como encubridora del brazo militar de la dictadura.
Ahora, ya como jueza, violando las leyes y toda ética para secuestrar a la Democracia.
Siempre les hace falta algún héroe que les responda a sus intereses, para arengar a los que arrean. A esos que por tener una casa o un trabajo estable, jamás serán cuestionados en sus valores cívicos.
La jueza no está haciendo algo diferente a lo que hizo antes, pero los medios de comunicación tampoco. Siguen usando los mismos métodos con los que iban "iluminando" al pueblo para que acepte que "no había otra solución posible".
En los últimos días, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se dieron varias situaciones que a quienes peinamos algunas canas, nos remitieron inmediatamente a 1975: las amenazas de bomba.
En el subte operado por Macri, y tercerizado a su amigo Benito Roggio que se llevó 1700 millones de pesos por no hacer nada:
http://www.infobae.com/2015/09/18/1756257-desalojaron-la-estacion-piedras-la-linea-del-subte-un-paquete-sospechoso
En el Centro Cultural Kirchner :
http://www.clarin.com/ciudad/centro-cultural-kirchner-amenaza-bomba_0_1433856930.html
Entre junio y julio, justo antes de las elecciones PASO, en el Espacio Cultural Nuestros Hijos (ECUNHI) que funciona en la Ex Escuela de Mecánica de la Armada, la oprobiosa ESMA.
http://www.elintransigente.com/argentina/2015/7/10/nueva-amenaza-bomba-esma-329419.html
En septiembre, en un avión de Aerolíneas Argentinas:
http://www.puntal.com.ar/imprimir_noticia_portal.php?id=79361
Y así se replica en el resto del mundo, por ejemplo , la amenaza de bomba a Página 12 en los primeros días de agosto :
http://www.jornada.unam.mx/2015/08/05/mundo/023n1mun
¿No se parece mucho al temor que se creaba desde los medios en 1975?
¿ No es demasiado similar a las amenazas de bomba que se recibían en las escuelas públicas en 1989 cuando el poder económico trataba de voltear a Raúl Alfonsín?
El temor como base para poder quitarte derechos.
Los fallos judiciales viciados de nulidad, pero "como única opción posible".
Los blancos, rubios, con ojos claros, con cuentas bancarias, no fueron cuestionados en el fallo por votar conforme a las promesas de prebendas económicas, por ejemplo.
No se cuestiona el voto del sojero, que vota a Macri porque promete sacarle las retenciones. Ni el del banquero que lo vota para ganar dinero con la devaluación que prometen sus economistas.
Tampoco se cuestiona al votante porteño subsidiado en luz, agua, gas, transporte público y en la cuota de la escuela privada.
Se cuestiona el voto del morocho, que aceptó el kilo de polenta; aún sin saber por quién votó y sin demostrar que su voto fue emitido a favor de quién le ofreció ese alimento.
Y ese argumento queda desestimado por la sencilla razón, de que entre quienes regalaron bolsas con comida, estaban José CANO y sus seguidores. Tal como puede verse en las fotos que circularon en las redes sociales.
Y sin embargo, perdieron. Es decir que quienes recibieron los bolsones de comida de CANO, no lo votaron.
En la siguiente foto se puede ver a Cano con Ernesto Sanz delante de un cartel que dice "Entrega de Bolsones".
La señora de blusa roja, es Sandra Manzone la candidata de Carrió, y una de las que organiza las operaciones mediáticas entre varios periodistas, en Tucumán.
Sanz sacó en las PASO el 3% de los votos. La candidata de Carrió, también perdió.
¿Macri les ganó la interna repartiendo bolsitas amarillas vacías como la que tiene la señora del centro de la foto?
Como se puede deducir de un simple análisis de la realidad, los jueces tucumanos deslegitimaron el voto de los pobres por ser pobres.
Y eso va más allá de un proceso electoral. Es una definición política.
Es ideología pura y dura escrita en letras negras sobre papel blanco.
Es la matriz cultural de los que se creen "blancos" y sienten que deben estar sobre los "negros".
En el siguiente enlace, podés leer un pequeño resumen acerca de cómo actuaban los dictadores en Tucumán, y qué cosas eran las que no podía desconocer Ebe López Piossek
http://www.elortiba.org/notapas1556.html
Y para intentar entender el intríngulis de futuras recusaciones que empantanarán el caso de las elecciones de Tucumán, lo que te dará una pauta de por qué es urgente democratizar el sistema judicial y que no puedan permanecer en sus cargos indefinidamente:
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-282085-2015-09-20.html
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