12 julio, 2016

Pobreza, el modelo mexicano

La pobreza humilla a México. Los indicadores llevan décadas sin ver mejorías y la batalla se hace cada vez más cuesta arriba. (...) En los últimos dos años, informó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), dos millones de mexicanos cayeron en la pobreza.


http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/07/150724_mexico_aumenta_pobreza_combate_jp

¿Por qué México es el único país de América Latina que no reduce la pobreza?

Juan Paullier
BBC Mundo, Ciudad de México (@juanpaullier)
24 julio 2015

El porcentaje de la población mexicana en situación de pobreza pasó del 45,5% en 2012 al 46,2% en 2014. La pobreza humilla a México. Los indicadores llevan décadas sin ver mejorías y la batalla se hace cada vez más cuesta arriba. El gobierno presentó este jueves las primeras mediciones desde la llegada de Enrique Peña Nieto a la presidencia a fines de 2012. En los últimos dos años, informó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), dos millones de mexicanos cayeron en la pobreza. De esta forma el porcentaje de la población en esa situación pasó del 45,5% en 2012 al 46,2% en 2014. Es decir, 55,3 millones de personas son pobres en la segunda mayor economía de América Latina.

La persona que tenga al menos una carencia social y un ingreso menor al valor de la línea de bienestar se considera que está por debajo de la línea de pobreza.
"La reducción efectiva de la pobreza sólo puede lograrse con crecimiento sostenido de la economía y la productividad", le dice a BBC Mundo Gonzalo Hernández, secretario ejecutivo del Coneval.
"Esto ha sido un problema en México, si bien la economía ha crecido, ha resultado insuficiente y no sólo desde la crisis de 2008, estamos hablando de que es un problema en los últimos 30 años", añade.
Una de las razones para este reciente incremento, aseguran las autoridades, es la caída de los ingresos en términos reales del 3,5%.

La medición
El índice de pobreza utilizado por el Coneval es multidimensional.
Mide el ingreso y las carencias sociales, como acceso a servicios de salud, seguridad social, alimentación y servicios básicos en la vivienda, la calidad y el espacio en la vivienda y el rezago educativo. La persona que tenga al menos una carencia social y un ingreso menor al valor de la línea de bienestar se considera que está por debajo de la línea de pobreza.
Las cifras oficiales indican que apenas el 20,5% de la población (24,6 millones de personas) se encuentra en la categoría "no pobre y no vulnerable".
El ingreso es de 2.542 pesos (US$156) para el sector urbano y 1.614 (US$100) para el rural.
En el caso de la pobreza extrema, que se redujo del 9,8% al 9,5% de la población, incluye a quienes tienen un ingreso inferior al de la línea de bienestar mínima (US$77 y US$53, urbano y rural, respectivamente) y además tienen tres o más carencias sociales.
Son 11,4 millones de personas las que se encuentran en esta situación, 100.000 menos que hace dos años.
La Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) destacó en un comunicado esta mejoría: "Muestra que la prioridad que se planteó la política social de ir primero al núcleo duro de la pobreza (...) está dando resultados".

Vulnerabilidad
Las cifras oficiales indican que apenas el 20,5% de la población (24,6 millones de personas) se encuentra en la categoría "no pobre y no vulnerable".
Existen 31,5 millones de personas que promedian casi dos carencias sociales, por lo que se encuentran en estado de vulnerabilidad.
En Chiapas tres de cada cuatro personas son pobres (76,2%) y casi un tercio de la población se encuentra en pobreza extrema.
A nivel de estados, los más pobres siguen siendo los del sur del país.
En Chiapas tres de cada cuatro personas son pobres (76,2%) y casi un tercio de la población se encuentra en pobreza extrema.
Le siguen Oaxaca (66,8%), Guerrero (65,2%) y Puebla (64,5%).
Las entidades con menores porcentajes son: Nuevo León (20,4%), Distrito Federal (28,4%), Baja California (28,6%) y Sonora (29,4%).

Las razones
México, aseguró la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) esta semana, "es el único país latinoamericano que registra una tendencia regresiva en materia de reducción de la pobreza".
El gobierno presentó este jueves las primeras mediciones desde la llegada de Enrique Peña Nieto a la presidencia a fines de 2012.
En su estudio "Diagnóstico de desarrollo regional: México", la organización da cuenta que los niveles de pobreza no han cambiado en los últimos 20 años "debido a la reducida tasa de crecimiento de la economía y la desigual distribución de los ingresos".
Sólo medida por el nivel de ingreso, la pobreza alcanzaba en 1992 al 53,1% de la población, y ahora llega al 53,2%.
Pasó por un pico de 69% en 1996 y llegó a bajar al 42,9% diez años después, pero desde entonces no ha parado de crecer.
Según la OCDE, la pobreza procede en gran parte del amplio sector informal de trabajos de bajos salarios con una reducida productividad, la falta de acceso a la formación y las limitaciones de las redes de seguridad social.

La desigualdad
"Hay un problema estructural que impide que la población tenga una capacidad suficiente de generación de ingresos a pesar de los múltiples programas sociales que se han implementado en las últimas dos décadas", le dice a BBC Mundo el economista Gerardo Esquivel.
El investigador, autor del reciente estudio "Desigualdad extrema en México, concentración del poder económico y político", señala que no sólo las políticas sociales han resultado insuficientes sino que los beneficios del crecimiento no han estado bien distribuidos.
Mientras la cantidad de pobres aumenta, la de millonarios en el país se incrementó un 32% entre 2007 y 2012.
La desigualdad es el cáncer que frena a México, que está dentro del 25% de los países con mayores niveles de desigualdad en el mundo.
Es el país en donde al 1% más rico le corresponde un mayor porcentaje del ingreso total (21%), de acuerdo al estudio de Esquivel.
El Global Wealth Report 2014 determinó que el 10% más rico de México concentra el 64,4% de toda la riqueza del país.
Y mientras la cantidad de pobres aumenta, la de millonarios en el país se incrementó un 32% entre 2007 y 2012.
Para Julio Boltvinik, economista de El Colegio de México, uno de los problemas es la política económica.
"Tenemos un sistema que no cobra impuestos a los ricos, que no usa el gasto público como un estímulo para generar empleo y crecimiento, y que va acompañado de una política cambiaria y monetaria de freno a la economía", señala en conversación con BBC Mundo.
"No hay estímulos para el desarrollo y desde los 80 ya no hay crecimiento inducido desde las empresas y las obras públicas", agrega.
Boltvinik, quien lleva más de tres décadas estudiando la pobreza en el país, presentó esta semana su estudio "Evolución de la pobreza y la estratificación social en México".
Allí asegura que en realidad son 100 millones de mexicanos los que viven en la pobreza pues en su investigación toma en cuenta el ingreso y 17 necesidades básicas.

¿Cómo hacerle frente?
México tiene solidez macroeconómica, la inflación bajo control y sólidas reservas internacionales.
El gobierno se encuentra embarcado en una serie de reformas estructurales, con la energética a la cabeza, con la que busca ser más productivo y atraer inversiones.
Pero México todavía es un país donde casi dos tercios de la población activa trabaja sin derecho a pensión ni seguridad social.
Para la Sedesol el combate a la pobreza pasa por un "mayor crecimiento económico, la generación de empleos, la democratización de la productividad y una mejor distribución del ingreso".
Casi dos tercios de la población activa trabaja sin derecho a pensión ni seguridad social.
El propio organismo señaló que la última medición "confirma los desafíos enormes" que enfrenta el país, aunque hizo hincapié en que el camino es el "adecuado".
La OCDE considera que una de las claves para mejorar la situación es mejorar el cobro de impuestos, tanto a nivel estatal como municipal.
Para ello se deben fortalecer las capacidades técnicas e institucionales, opina la organización.
"La base fiscal es reducida y la estructura de la tributación ha fomenta la informalidad", apunta el documento en el que se señala que es necesaria una política más allá del asistencialismo y diseñar políticas para un crecimiento sostenible.
"México debe empezar a replantear su política social en términos de eliminar programas que no están funcionando", indica Esquivel.
"Y sobre todo", añade" replantear el esquema económico, con un crecimiento más equitativo y distribuir recursos hacia programas más de desarrollo económico".
Las nuevas cifras "tendrían que servir para, más allá de politizar las cosas, ver cuál es la ruta de salida a esta situación de pobreza", le dice a BBC Mundo Rocío Stevens, gerente de campañas de Oxfam México.
Se debe "abrir un debate verdadero sobre cómo mejorar los ingresos de las familias", añade.
Parece haber consenso en el diagnóstico. A más de 50 millones de personas le urgen cambios.

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http://eleconomista.com.mx/foro-economico/2015/07/29/pobres-pais-tan-rico

¿Pobres en un país tan rico?

México no es un país pobre, es un país empobrecido como consecuencia de la corrupción, el favoritismo y
 el compadrazgo.
JUL 29, 2015 | 1:03
Armando Regil Velasco

¿Pobres en un país tan rico? Es la pregunta que nos hacemos miles de mexicanos y muchos más extranjeros, al observar, reconocer y admirar un país extraordinariamente rico y diverso. Hay que empezar haciendo una distinción fundamental: México no es un país pobre, es un país empobrecido.

Los últimos datos que revela el Coneval nos recuerdan la deuda que los mexicanos tenemos con nosotros mismos: el verdadero combate a la pobreza y la desigualdad más allá de discursos populistas, políticas asistencialistas y programas cuyos resultados son insuficientes, o incluso en muchos casos contraproducentes por la dependencia que generan en poblaciones vulnerables hacia el gobierno para servirles como clientelas con fines electorales. Esto no sólo es perverso sino insostenible, es una bomba de tiempo.

El Inegi mide la pobreza con base en dos elementos: la cobertura de servicios básicos (alimentación, salud, educación, vivienda, seguridad social y servicios básicos) y el ingreso de las familias. Entre el 2012 y el 2014, el número absoluto de mexicanos en pobreza aumentó de 53.3 millones a 55.3 millones (un aumento de casi 2 millones de personas). En este periodo, los ingresos de las familias disminuyeron. La pobreza extrema sólo se redujo de 11.5 a 11.4 millones, lo que equivale a 90,000 personas aproximadamente. El número es bajo, considerando el gasto que ejerce la Secretaría de Desarrollo Social en iniciativas como la Cruzada Contra el Hambre.

Es verdad que son más los hogares que cuentan con apoyo alimentario, asistencia escolar, acceso a servicios de salud, drenaje, electricidad y piso firme; sin embargo, el ingreso de las familias ha tenido una evolución desfavorable. La población vulnerable por ingreso aumentó de 7.2 a 8.5 millones de personas y el poder de compra de las familias sigue disminuyendo.

Al afirmar que México no es un país pobre sino empobrecido describimos una condición que resulta de acciones y omisiones de muchos mexicanos. En buena medida, México es un país empobrecido como consecuencia de la corrupción, el favoritismo y el compadrazgo, en donde unos cuantos ven por sí mismos y se tapan entre ellos; esa obsesión de tantos por vivir del presupuesto público repartiendo dinero sin crear condiciones para generar mayor riqueza y verdaderas fuentes de empleo sostenibles a largo plazo que den oportunidad a millones de trabajadores para ser más productivos y eficientes. La corrupción es causa fundamental del empobrecimiento en México. Eso explica por qué somos un país tan rico y tan desigual.

Twitter: @armando_regil

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http://www.dineroenimagen.com/2015-12-14/65946

México sigue siendo un país de muchos pobres

14 DIC, 2015
Luis Enrique Mercado
Perspectivas

LUIS ENRIQUE MERCADO
Los datos de la Encuesta Intercensal que acaba de publicar el Inegi confirman que en México la estrategia económica no está impactando en el bienestar general de la población y que las tendencias buenas y malas mantienen su rumbo.

En términos generales, la población sigue estando dominada por jóvenes, con una ligera tendencia al envejecimiento; se observa un pequeño aumento en la tasa de natalidad; los datos del empleo, siempre tan inexactos, revelan que hay más empleo y mejor remunerado para quienes tienen mejor educación y que, en general, el nivel de bienestar de la población no se ha modificado: hay muchos pobres, uno cuantos ricos y una raquítica clase media.

Se supondría que la política económica de los gobiernos debe tener como propósito elevar el nivel de vida de la población en general, disminuir las desigualdades y apoyar a los más pobres a superar esa situación.

Pues eso no ha pasado: la pobreza ha crecido, el nivel de vida se mantiene sin cambios importantes y la desigualdad ha crecido.

Pareciera que las estrategias económicas del gobierno se centran en extender la cobertura de los programas sociales, en lugar de estimular que las personas salgan adelante por sí mismas.

En la Encuesta Intercensal se observa que en 27 de cada 100 hogares, algunos de sus miembros reciben apoyo de programas de gobierno, como Prospera, Oportunidades, Adultos Mayores y Procampo.

Hay que señalar que los datos indican una mejoría en las condiciones de las viviendas y en las comodidades que sus residentes disfrutan.

En México hay 31 millones de viviendas donde habita la mayoría de la población y, de esa cantidad, 15 millones se han construido en los últimos 25 años, en especial entre 2000 y 2010 en que se edificaron 6.7 millones de viviendas.

No sólo eso, sino que, por ejemplo, es notable la disminución de las viviendas con piso de tierra, de 13 de cada 100 en esta condición en el año 2000, a tres de cada 100 en 2015, y el aumento de 31 a 43 de cada 100 con pisos de mosaico, madera u otros recubrimientos.

También han crecido, a 98 de cada 100, las viviendas con energía eléctrica; a 95 de cada 100 las que tienen agua entubada, a 93 de cada 100 las que tienen drenaje y a casi 80 de cada 100 las que tienen recolección de basura.

Los datos de la Encuesta Intercensal no sólo son interesantes y valiosos por la abundante información sobre la población mexicana y sus cifras económicas, sino que revelan que el reto principal de las políticas públicas sigue siendo la mejoría en el nivel de vida de la población en general y conseguir disminuir la población en estado de pobreza, abriéndole la puerta no sólo a que haya menos personas en pobreza extrema, sino que encuentren la forma de evolucionar a clase media.

Hoy por hoy, los programas sociales del gobierno permiten que los pobres la pasen menos mal, pero no que dejen de ser pobres.

Cuando los gobiernos centren sus políticas públicas en esos objetivos, la población mexicana será de clases medias y no de muchos pobres y unos cuantos ricos.

Hasta el próximo lunes con nuevas… Perspectivas.



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http://www.forbes.com.mx/por-que-somos-un-pais-pobre/

Argentina, desde el punto de vista neoliberal.

¿Por qué somos un país pobre?

Las enormes cargas tributarias apalean la economía argentina. (Foto: Reuters)
Invitado Forbes

Economía y Finanzas 23. julio .2015
Los números pueden ser ocultados pero no la realidad, que indica hoy que Argentina es un país pobre con enormes condiciones para la riqueza pero atado de pies y manos.

Por Maximiliano Bauk

Más que aclarar las razones por las que la pobreza crece en nuestro país, lo que hay que explicar es la ausencia de riqueza, puesto que la pobreza es lo natural, la humanidad nació pobre, pero esta pobreza fue disminuyendo a medida que crecieron las riquezas. Es entonces esencial entender cómo funciona el proceso de creación de éstas.

El mismo comienza con la existencia de necesidades, las cuales son satisfechas por los comerciantes para conseguir, a cambio de su servicio, el sustento para vivir. En este sentido, la división del trabajo permitió que en lugar de que cada familia tuviera que tener su granja para conseguir su alimento, ir en busca de su leña para mantener el hogar caliente, ordeñar su vaca para tener su leche y fabricar su propia ropa, las personas se especializaran en aquello para lo cual tuvieran más facilidad y lograran, así, mayor productividad, y al existir más productos en igual cantidad de trabajo evidentemente crece el capital acumulado y con éste la inversión. Es a partir de esta última que el ciclo comienza nuevamente, pero desde un piso más alto, satisfaciendo nuevas necesidades, con una división del trabajo cada vez más especializada, más productiva, permitiendo mayor acumulación de capital y, otra vez, más inversión. El doctor en economía Sebastián Landoni suele llamar a este proceso “círculo virtuoso”, por los beneficios que trae de manera constante, siempre y cuando sus etapas no sean interrumpidas.

La diferencia entre un país rico y un país pobre radica en los obstáculos que se le pongan al sistema anteriormente descripto, ya que en un país con mayor capital acumulado, las herramientas disponibles gracias al avance tecnológico –permitido por la productividad– multiplican enormemente el producto de cada trabajador haciendo que, por ejemplo, todo un campo sea cosechado en solo un día en Estados Unidos con sus tractores, cuando la misma tarea demora semanas en Etiopía, con sus bueyes.

En la Argentina, este mecanismo encuentra numerosas trabas en aranceles que tiran por la borda todos los esfuerzos por alcanzar un proceso productivo eficiente, haciéndolo inútil, ya que no podrán competir con el precio del producto de otras naciones con menores impuestos e igual eficiencia. Este estorbo a la productividad pone fin al círculo virtuoso, impidiendo la acumulación de capital y luego la inversión. A su vez, el pequeño ahorro que puede existir, pese a las enormes cargas tributarias que apalean la economía local, se ve fuertemente golpeado con la segunda inflación más alta del planeta, lo cual, en conjunto, es una receta perfecta para el desastre.

Todo esto no es una simple teoría, sino que se ve reflejado en los números brindados por la Universidad Católica Argentina, en donde sólo 1 de cada 10 hogares declara capacidad de ahorro, el 28.7% de la población vive por debajo de la línea de pobreza y más del 40% de los jefes de hogar recibe ingresos menores al salario mínimo vigente.

La solución a nuestros problemas no radican en un jefe de gabinete que niegue los índices desfavorables; los números pueden ser ocultados pero no la realidad, y ella nos indica hoy que somos un país pobre con enormes condiciones para la riqueza pero atado de pies y manos, y que si seguimos contrariando la reglas más básicas de la economía, en dos o tres años desearemos contar con los números que hoy nos escandalizan.

Maximiliano Bauk es investigador del área de Estudios Económicos del Centro de Estudios Libre.

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