Bajar la inflación por ajuste, crea una olla a presión (Yaesta blog)
El ingreso de un país se compone de gasto público, consumo, inversión, y el saldo de la balanza comercial.
sábado, agosto 27, 2016
http://yaesta.blogspot.com.ar/2016/08/la-inflacion-por-ajuste-una-olla-presion.html
La inflación responde a sectores que logran poder para tener mejores ingresos de un momento a otro. Eso lleva a disputas sociales y productivas que terminan impactando en los precios. Cualquiera de los elementos del ingreso nacional que aumente generan un mayor ingreso (si no bajan los otros). Si dentro de esos aumentos, se analiza qué sectores, y fracciones de los sectores, se ven favorecidos, y cuáles no, podemos entender cómo funciona la relación entre cantidades y precios, de cuya síntesis surge un nivel de precios y producción.
Cuando el gasto público aumenta en general tiene una característica redistributiva por lo que sube la demanda de productos gracias a un mayor consumo. Lo mismo con la inversión que, al subir la demanda, sube para atenderla y así genera mayor empleo. Al generar más empleo, genera mejor acceso al consumo, y eso por una cuestión de ajustes y mercado, eleva los precios. De no existir inversión también subirían los precios pero todavía con mayor fuerza que si la hubiera.
La inflación está relacionada con el consenso social, si todos estamos de acuerdo que cada sector tiene las cantidades que debe tener, y cada empresario las ganancias que le corresponden entonces no habría inflación ni nueva reapropiación de excedentes, salvo por cuestiones externas como por ejemplo un Brexit, que apreció el dólar.
La Argentina tiene inflación porque tiene mucha desigualdad y no tiene acuerdo en que esto permanezca así. La falta de acuerdo lleva a que los precios aumenten o bien para mejorar las ganancias empresarias, o bien como respuesta a la mejora en los ingresos de los sectores populares.
No creo estar diciendo nada nuevo, pero todo lo dicho hasta acá es para señalar otra idea: si la inflación ahora baja gracias al ajuste, donde los sectores concentrados ganan más que antes (y se concentran más hacía dentro) y los sectores populares y humildes tienen acceso a menos cantidades, se crea una olla a presión: cabe esperar que cuando los sectores populares recobren poder político para lograr mayores ingresos volverá a subir la inflación.
La solución entonces a este dilema, es igual que con la guerra mundial entre EEUU y Rusia: no debe jugarse en ese tablero. La única forma de bajar la inflación es contruyendo consensos entre sectores productores chicos y grandes y con los sectores populares y sujetos de derechos con transferencias del Estado como jubilados, etc. Un país con una política de consenso distributivo genera los anticuerpos contra la inflación. Esto nunca ocurrió en la Argentina. Las disminuciones de la inflación siempre se han dado con hegemonías más basadas en la coerción que en el consenso, o sea con poco de acuerdo. Esto sí debe cambiar si la Argentina quiere alguna vez acabar con la inflación.
Se precisan objetivos productivos, de desarrollo, de industria, vinculados a acuerdos en materia de ingresos que sean coherentes con esos objetivos. Las verdaderas "metas de inflación" deben provenir de la relación entre producción e ingresos, de los niveles de consenso logrados entre sectores, y no de ajustar el torniquete de la economía gracias al renovado poder político de las corporaciones concentradas, como se hace ahora.
en sábado, agosto 27, 2016
sábado, agosto 27, 2016
http://yaesta.blogspot.com.ar/2016/08/la-inflacion-por-ajuste-una-olla-presion.html
La inflación responde a sectores que logran poder para tener mejores ingresos de un momento a otro. Eso lleva a disputas sociales y productivas que terminan impactando en los precios. Cualquiera de los elementos del ingreso nacional que aumente generan un mayor ingreso (si no bajan los otros). Si dentro de esos aumentos, se analiza qué sectores, y fracciones de los sectores, se ven favorecidos, y cuáles no, podemos entender cómo funciona la relación entre cantidades y precios, de cuya síntesis surge un nivel de precios y producción.
Cuando el gasto público aumenta en general tiene una característica redistributiva por lo que sube la demanda de productos gracias a un mayor consumo. Lo mismo con la inversión que, al subir la demanda, sube para atenderla y así genera mayor empleo. Al generar más empleo, genera mejor acceso al consumo, y eso por una cuestión de ajustes y mercado, eleva los precios. De no existir inversión también subirían los precios pero todavía con mayor fuerza que si la hubiera.
La inflación está relacionada con el consenso social, si todos estamos de acuerdo que cada sector tiene las cantidades que debe tener, y cada empresario las ganancias que le corresponden entonces no habría inflación ni nueva reapropiación de excedentes, salvo por cuestiones externas como por ejemplo un Brexit, que apreció el dólar.
La Argentina tiene inflación porque tiene mucha desigualdad y no tiene acuerdo en que esto permanezca así. La falta de acuerdo lleva a que los precios aumenten o bien para mejorar las ganancias empresarias, o bien como respuesta a la mejora en los ingresos de los sectores populares.
No creo estar diciendo nada nuevo, pero todo lo dicho hasta acá es para señalar otra idea: si la inflación ahora baja gracias al ajuste, donde los sectores concentrados ganan más que antes (y se concentran más hacía dentro) y los sectores populares y humildes tienen acceso a menos cantidades, se crea una olla a presión: cabe esperar que cuando los sectores populares recobren poder político para lograr mayores ingresos volverá a subir la inflación.
La solución entonces a este dilema, es igual que con la guerra mundial entre EEUU y Rusia: no debe jugarse en ese tablero. La única forma de bajar la inflación es contruyendo consensos entre sectores productores chicos y grandes y con los sectores populares y sujetos de derechos con transferencias del Estado como jubilados, etc. Un país con una política de consenso distributivo genera los anticuerpos contra la inflación. Esto nunca ocurrió en la Argentina. Las disminuciones de la inflación siempre se han dado con hegemonías más basadas en la coerción que en el consenso, o sea con poco de acuerdo. Esto sí debe cambiar si la Argentina quiere alguna vez acabar con la inflación.
Se precisan objetivos productivos, de desarrollo, de industria, vinculados a acuerdos en materia de ingresos que sean coherentes con esos objetivos. Las verdaderas "metas de inflación" deben provenir de la relación entre producción e ingresos, de los niveles de consenso logrados entre sectores, y no de ajustar el torniquete de la economía gracias al renovado poder político de las corporaciones concentradas, como se hace ahora.
en sábado, agosto 27, 2016
Comentarios
Publicar un comentario