El diagrama de Angus Maddison
Prueba definitiva contra el capitalismo: El diagrama de Angus Maddison
El gráfico de Angus Maddison se
convierte en una prueba de cargo decisiva contra la más perniciosa de las
doctrinas criminales que ha conocido la historia, el capitalismo.
El
capitalismo ha aportado fundamentalmente miseria y desigualdad a este mundo
Por Jesús Aller. En
este gráfico se muestra la evolución porcentual del PBI para los grandes
territorios del planeta entre los años 1 y 2000 según los datos recopilados por
el economista inglés Angus Maddison (1926-2010).
El diagrama de Angus
Maddison
Curvas
de Madisson
El gráfico se presenta aquí con escala temporal lineal, y no logarítmica como suele ser habitual, con el fin de poner de manifiesto de forma más clara el carácter excepcional de lo ocurrido a partir del siglo XVIII. Probablemente no exista una imagen que refleje mejor la catástrofe global que supuso la onda expansiva del capitalismo industrial y la opresión colonial a él ligada. En la figura puede verse que durante muchos siglos las áreas más pujantes fueron Chinay la India. Europa incrementa su importancia a partir del siglo XII, pero con una posición subordinada respecto a los gigantes asiáticos hasta hace muy poco. La India fue la primera víctima de la debacle y comenzó a desplomarse ya en el siglo XVIII, cuando el imperio Mogol, que había traído una relativa prosperidad al país, inició su declive para dar paso progresivamente a un dominio inglés que destruyó su tejido industrial y lo relegó a la producción de materias primas para la metrópoli. La incorporación de la India al capitalismose saldó con hambrunas que dejaron decenas de millones de víctimas en la era victoriana, y el descenso siguió en el siglo XX hasta tocar fondo. Sólo tras la independencia se evidencia una débil recuperación, que no se ha de olvidar que llega de la mano de la inserción en la economía global de grandes masas de población en condiciones de cuasi-esclavitud.
El caso de China es
ligeramente diferente. Allí, la producción logra mantenerse hasta bien entrado
el siglo XIX. En esa época, la dinastía Qing en el poder veía con preocupación
el sistema que los británicos habían encontrado para comerciar en el rico y
enormemente atractivo mercado chino, que no era otro que la introducción en el país del opio que
estaban produciendo en la India, barato y en grandes cantidades. Cuando las
autoridades chinas prohibieron este tráfico, que atentaba gravemente contra la
salud y las condiciones de vida de la población, la respuesta británica fueron
las guerras del opio (1839-42
y 1856-60), que ganadas por ellos supusieron la sumisión colonial de China y el
derrumbe de su economía con un ritmo aún mayor que el de la India. Como no
podía ser de otra manera, la caída de estos dos gigantes propició la
consolidación de Europa como potencia productiva y un ascenso imparable de
los Estados Unidos.
Es interesante
observar cómo tras su mínimo a mediados del siglo XX, India y China emprenden
una subida que es mucho más clara en el caso de China. Como Noam Chomsky recordaba
en una ocasión, India y China aportan, de alguna forma, un experimento de
evolución de dos economías a partir de una base igualmente desastrosa durante
varios decenios y con un modelo de producción capitalista en
un caso y centralizada en el otro. El hecho de que con todos sus errores y
crímenes, el experimento chino se haya saldado con menos muertes por hambre y
con mayores tasas de crecimiento viene a mostrar lo mismo que aprendieron en
los años 90 los ciudadanos de la Unión Soviética con
su triste experiencia, que por malos que fueran los regímenes de socialismo
real, el capitalismo se las arregla casi siempre para ser considerablemente
peor.
Angus Maddison dedicó su vida a escudriñar en los documentos
del pasado las huellas de la actividad económica, y fue capaz de sintetizar sus
estudios en gráficas que muestran la historia del mundo en unas pocas líneas
coloreadas. Estos datos, amplia y reverentemente citados en las publicaciones
del pensamiento único, se quiere que demuestren sólo la superioridad productiva
del capitalismo. Sin embargo, es
importante señalar también que esta supremacía se basa únicamente en la rapiña
y la imposición bélica, santificadas por una monstruosa cobertura ideológica. Cuando somos conscientes de esto,
las curvas de Angus Maddison se convierten en una prueba de cargo decisiva
contra la más perniciosa de las doctrinas criminales que ha conocido la
historia.
Fuente: jesusalle
Agregado por Alonso Quijano on 4 Julio, 2017.
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