Factores

Tenemos que reconocer que aún dentro de su postura ideológica férrea el diario de los Mitre aún tiene un dejó de honestidad para analizar ciertas cuestiones que otro medio ya han perdido por lejos y ni siquiera están dispuestos a recuperar pero este matutino sigue ayudando a pensar y reflexionar para tomar las desiciones a conciencia, con el convencimiento que la ideología afrintada seriamente requiere.
Aquí una nota sobre la visita del Papa Francisco a Chile y la supuesta indiferencia de los feligreses.


Ixx, ene2018


Varios factores sellaron la ausencia masiva de feligreses en las citas papales

Grandes espacios vacíos en Iquique Fuente: AFP
Elisabetta Piqué
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18 de enero de 2018  • 19:57
IQUIQUE.-

¿Fallaron los argentinos, que no vinieron en masa, como se había anticipado? ¿Falló la organización, que, por cuestiones de seguridad, fue excesiva e hizo imposible para muchísimos llegar a esas "islas" creadas para los eventos papales? ¿O todo tuvo que ver con esa Iglesia en crisis, afectada por el escándalo de abusos sexuales y por su jerarquía conservadora, alejada de la gente, elitista, la más desprestigiada de América latina, que encontró Francisco en el "hermano" Chile?
Estas preguntas quedaron flotando cuando el Airbus de Francisco despegó rumbo a Perú desde esta ciudad, donde ofició una lindísima misa en un lugar de ensueño, entre el desierto de Atacama y el océano Pacífico, ante apenas 50.000 fieles.
Así como ocurrió en sus otras dos misas masiva -en Santiago y en Temuco-, tampoco aquí aparecieron esas masas de peregrinos que se habían anticipado. El Campus Lobito, explanada inmensa al sur de esta ciudad, estaba preparado para recibir a 400.000 fieles. ¿Qué pasó?
"Teníamos una expectativa de extranjeros por llegar y eso no se ha dado. Estábamos sobrepreparados. La baja de extranjeros es principalmente de argentinos, teníamos una estimación, en Temuco y acá, por informaciones que nos llegaban desde la Argentina y que hablaban de un flujo muy grande, pero fue menor de lo esperado", dijo Javier Peralta, director de la visita en esta ciudad.
Entre las fallas más evidentes se mencionaba el hecho de que se emitieron entradas para las misas, sólo accesibles online. Esto dejó fuera a miles que no tienen aquí Internet o un celular. "No todos los chilenos son rubios, con ojos celestes y del Opus Dei", acusó Luis, un taxista que no dudó en denunciar a los organizadores de haber militarizado los eventos, impidiendo llegar siquiera a saludar al Papa. "Había que tener entradas, invitaciones y accedían sólo los que viven en Providencia", uno de los barrios elegantes de Santiago.
A diferencia de sus otros cinco viajes a América latina (a Brasil; Ecuador, Bolivia y Paraguay; Cuba; México y Colombia), no hubo ambiente en las calles, que brillaron por la escasez impresionante de gente, pese a que el martes se decretó feriado, lo que muchos aprovecharon para irse a la playa. Hasta hubo más clima en Bangladesh, país de mayoría musulmana visitado por el Papa en diciembre pasado.
"No me sorprendió la falta de clima. Chile es un país consumista y lejano a los valores. Por otro lado... aún colonial, con diferencias que asombran", comentó a la nacion Ernestina Vera, socióloga que siguió todo por televisión y que confesó haberse "enamorado" de Francisco, figura hasta ahora sólo conocida por su comentario sobre Barros desde la Plaza de San Pedro y por su supuesto respaldo a la salida al mar de Bolivia, de 2015, que aquí cayeron pésimo. "A la Iglesia chilena que es distante se le alejó la feligresía masiva y si le agregamos el problema de abusos denunciados ahora por señores bien, se explica cómo impactó la visita a nivel masivo", agregó Vera.
Henríquez aludió a esa estructura vertical de los últimos 20 años en la Iglesia Católica chilena que, para muchos, repitió la verticalidad en la organización, que jamas contactó con las bases, con las que no hay feeling y dejó todo en manos del sector más conservador de la Iglesia.
"La organización fue perfecta, pero demasiado estricta, por lo que la gente, el pueblo, no pudo llegar a los eventos. Sólo quien tenía auto pudo llegar", lamentó Matilde Burgos, enviada en el vuelo papal de CNN Chile, que también culpó al descrédito hacia la Iglesia, respetada durante la dictadura al salir a defender los derechos humanos, pero cuya aceptación cayó en picada. "Es una Iglesia que en 20, 30 años se ha ido alejando, más preocupada en la ética sexual que en los problemas de la gente de todos los días", apuntó.ß

















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