La mejor propaganda Por NORBERTO PAGANO
“Ciertos estímulos repetidos con frecuencia pueden crear un hábito o la mera reiteración de una idea puede crear una convicción.”
Según Edward Bernays, la práctica de crear circunstancias e imágenes en las mentes de millones de personas es muy común. Hoy en día, prácticamente no se lleva a cabo ninguna empresa de importancia sin su concurso, con independencia de si la empresa consiste en construir una catedral, financiar una universidad, comercializar una película de cine, poner en circulación una importante emisión de bonos o elegir al presidente. Algunos ya lo entendieron y merced a los discípulos de Bernays, se valieron de la propaganda para embaucar a media sociedad argentina. Es deseable que la experiencia sirva para no repetir errores del pasado que, en la era de las comunicaciones, salta a la vista que se pagan muy caros.
http://www.nuestrasvoces.com.ar/mi-voz/la-mejor-propaganda/
17 de mayo de 2017
“La práctica de crear circunstancias e imágenes en las mentes de millones de personas es muy común. Hoy en día, prácticamente no se lleva a cabo ninguna empresa de importancia sin su concurso, con independencia de si la empresa consiste en construir una catedral, financiar una universidad, comercializar una película de cine, poner en circulación una importante emisión de bonos o elegir al presidente.”
“La manipulación deliberada e inteligente de los hábitos estructurados y de las opiniones de las masas es un elemento importante en las sociedades democráticas. Aquellos que manipulan este oculto mecanismo de la sociedad constituyen un gobierno invisible que es el verdadero poder dirigente de nuestro país. Somos gobernados, nuestras mentes están amoldadas, nuestros gustos formados, nuestras ideas sugeridas, en gran medida por hombres de los que nunca hemos oído hablar.”
Estas dos frases de impactante actualidad podrian ser atribuidas a cualquiera de los manuales de estilo de los diversos “Focus group” con los que la administracion Macri dia a dia genera m{ultiples realidades virtuales, fabrica enemigos, demoniza opositores, etc, etc, etc, pero no. Porque si bien el uso intensivo de la manipulación de la opinión pública que aplica el gobierno resulta un recurso novedoso en la construcción política vernácula, tradicionalmente basada en la territorialidad y la movilización, es imprescindible decir que nada hay nuevo bajo el sol.
Las dos frases citadas pertenecen a Edward Bernays, sobrino de Sigmund Freud y creador de la propaganda allá por la década del 20.
Edward Bernays recopiló sus experiencias en la materia en su libro “PROPAGANDA” publicado en 1928, pero ya desde 1917 trabajo con éxito en casos tales como introducir el hábito de fumar en el público femenino generando en base a un hábil golpe publicitario, consiguió que un grupo de mujeres estratégicamente ubicadas frente a los reporteros gráficos, encendieran cigarrillos en un desfile de modas. La ilusión de que esos cigarrillos eran virtuales “Antorchas de libertad” para un incipiente movimiento feminista. Bernays les había “fabricado” un “triunfo” a medida que las mujeres celebraron como un avance sobre el poder masculino, lo que nunca supieron es que Bernays trabajaba para una tabacalera que a partir de su “desinteresado aporte a la libertad femenina” multiplicó exponencialmente sus ventas.
Como podemos apreciar, nada nuevo bajo el sol. Bernays tambien logró cambiar los hábitos alimenticios de los norteamericanos introduciendo el tocino en el desayuno yanky. Para lograrlo instaló el debate en la opinión pública sobre si era más saludable un desayuno liviano o uno más potente que incluia tocino. Para eso se valió de encuestas de opinión e informes médicos de dudoso origen que hizo circular por los grandes medios de la época. ¿El resultado? El ya famoso y tradicional DESAYUNO AMERICANO. Al igual que en el caso de la tabacalera, Bernays trabajaba para una empresa de productos cárnicos cuyo producto estrella era el tocino.
Bernays lo había hecho de nuevo y lo rubrica con esta frase: «Ciertos estímulos repetidos con frecuencia pueden crear un hábito o la mera reiteración de una idea puede crear una convicción.»
“Ciertos estímulos repetidos con frecuencia pueden crear un hábito o la mera reiteración de una idea puede crear una convicción.”
Para no aburrir al hipotetico lector de estas lineas citaré un caso más de como Bernays logró manipular a la sociedad. Bernays también puso en marcha su poderosa propaganda con fines políticos. Uno de sus encargos más lucrativos (se embolsó unos 100.000 $ al año) consistió convencer a la población americana de la necesidad de que EE.UU interviniera en Guatemala, convirtiéndola por arte de la propaganda en una terrible amenaza comunista, una cabeza de playa de la URSS; inaugurando así el patrón que habría de repetirse en Cuba y, más tarde en Vietnam.
¿Les suena lo de república bananera? Como nos cuenta el estupendo documental de la BBC “The Century of the Self”, la expresión se acuñó para designar a las repúblicas centroamericanas donde la United Fruit Cómpany ponía y quitaba gobernantes según conviniese a sus intereses. En Guatemala, donde controlaba el 70 por ciento del territorio cultivable y disponía de la mano de obra campesina a su antojo, así había venido siendo, hasta que en 1951 Jacobo Arbenz ganó las elecciones democráticas y emprendió un programa de reformas que incluía una reforma agraria. Esto perjudicaba los intereses de la multinacional norteamericana, pero utilizar las tropas de los Estados Unidos para defender los intereses particulares de un grupo de empresarios no era algo que la sociedad norteamericana estuviese dispuesta a tolerar así como así; de modo que contrataron a Bernays para que se encargase del asunto.
Bernays procedió de la manera habitual. Primero se sumergió en el inconsciente colectivo en busca de los resortes que podía manipular, encontrando una extendidísima aversión por el comunismo nacida al calor de la guerra fría que se incrementó exponencialmente al estallar la guerra de Corea. También podía serle útil el miedo atávico e irracional a una posible conspiración comunista que el macartismo había sembrado por todo el país. El objetivo era, pues, presentar a Arbenz como un peligroso comunista que amenazaba a Estados Unidos justo a la vuelta de la esquina. (Cualquier parecido con Venezuela NO ES mera coincidencia)
Para ellos fundó su propia agencia de noticias que constantemente suministraba teletipos a los medios de comunicación, de suerte que un país que apenas si un puñado de americanos sabría situar en el mapa abría todos los días los noticieros y acaparaba los titulares. La reforma agraria dejó suficientes descontentos entre algunos guatemaltecos como para ofrecer testimonios gráficos con los que salpimentar sus crónicas, así como algún que otro incidente con el que pudo poner de manifiesto el caos y la agitación social en que se hallaba sumido el país con la irrupción del comunismo.
Bernays consiguió convencer a la opinión pública norteamericana de que lo que estaba en juego no era las propiedades privadas de unos particulares en un país extranjero, sino la supervivencia del modo de vida norteamericano. Así, el New York Times afirmaba en su edición del 11 de julio de 1954, apenas dos semanas después del producirse el golpe de estado, que «el derrocamiento solo soluciona parte del problema del comunismo. Debemos convencer a los latinoamericanos que nuestro modo de vida es superior al del comunismo».
Bernays consiguió convencer a la opinión pública norteamericana de que lo que estaba en juego no era las propiedades privadas de unos particulares en un país extranjero, sino la supervivencia del modo de vida norteamericano.
Por su parte la revista Newsweek del 26 de julio afirmaba, a propósito de una posible implicancia de los Estados Unidos en el golpe de estado, lo siguiente: «Los Estados Unidos, aparte del trabajo de sabuesos del que la CIA se haya podido o no encargar, se ha mantenido rigurosamente al margen. Los Estados Unidos podrían haber acabado de un plumazo con la situación, de la noche a la mañana si hubiese hecho falta: cesando las importaciones de café, cerrando el grifo del petróleo y la gasolina a Guatemala o, como último recurso, provocando un incidente en la frontera (Atentado de falsa bandera) y enviando a los marines a ayudar a Honduras. Sin embargo, han cumplido la ley al pie de la letra. Ahora el comunismo ha sido eliminado y de la mejor manera posible: por los guatemaltecos»
¿Está claro no? Resulta más que evidente que EXISTE UN GOBIERNO EN LA SOMBRA que con su mano mueve suavemente a la opinión pública para orientarla hacia sus intereses, sean estos comerciales, politicos o ambos, porque en definitiva, siempre andan juntos.
Por último, imagine el lector que si esto fue posible de concretar desde la década del 20 con la escasa tecnología disponible en aquel ahora histórico, lo que representa hoy la propaganda merced a los avances en Psicología, psiquiatría y neurociencia y ni que decir del poder infinito del que disponen a partir del desarrollo de las nuevas plataformas multimodales de comunicación y las redes sociales.
Algunos ya lo entendieron y merced a los discipulos de Bernays, se valieron de la propaganda para embaucar a media sociedad argentina. Es deseable que la experiencia sirva para no repetir errores del pasado que, en la era de las comunicaciones, salta a la vista que se pagan muy caros.
Según Edward Bernays, la práctica de crear circunstancias e imágenes en las mentes de millones de personas es muy común. Hoy en día, prácticamente no se lleva a cabo ninguna empresa de importancia sin su concurso, con independencia de si la empresa consiste en construir una catedral, financiar una universidad, comercializar una película de cine, poner en circulación una importante emisión de bonos o elegir al presidente. Algunos ya lo entendieron y merced a los discípulos de Bernays, se valieron de la propaganda para embaucar a media sociedad argentina. Es deseable que la experiencia sirva para no repetir errores del pasado que, en la era de las comunicaciones, salta a la vista que se pagan muy caros.
http://www.nuestrasvoces.com.ar/mi-voz/la-mejor-propaganda/
17 de mayo de 2017
“La práctica de crear circunstancias e imágenes en las mentes de millones de personas es muy común. Hoy en día, prácticamente no se lleva a cabo ninguna empresa de importancia sin su concurso, con independencia de si la empresa consiste en construir una catedral, financiar una universidad, comercializar una película de cine, poner en circulación una importante emisión de bonos o elegir al presidente.”
“La manipulación deliberada e inteligente de los hábitos estructurados y de las opiniones de las masas es un elemento importante en las sociedades democráticas. Aquellos que manipulan este oculto mecanismo de la sociedad constituyen un gobierno invisible que es el verdadero poder dirigente de nuestro país. Somos gobernados, nuestras mentes están amoldadas, nuestros gustos formados, nuestras ideas sugeridas, en gran medida por hombres de los que nunca hemos oído hablar.”
Estas dos frases de impactante actualidad podrian ser atribuidas a cualquiera de los manuales de estilo de los diversos “Focus group” con los que la administracion Macri dia a dia genera m{ultiples realidades virtuales, fabrica enemigos, demoniza opositores, etc, etc, etc, pero no. Porque si bien el uso intensivo de la manipulación de la opinión pública que aplica el gobierno resulta un recurso novedoso en la construcción política vernácula, tradicionalmente basada en la territorialidad y la movilización, es imprescindible decir que nada hay nuevo bajo el sol.
Las dos frases citadas pertenecen a Edward Bernays, sobrino de Sigmund Freud y creador de la propaganda allá por la década del 20.
Edward Bernays recopiló sus experiencias en la materia en su libro “PROPAGANDA” publicado en 1928, pero ya desde 1917 trabajo con éxito en casos tales como introducir el hábito de fumar en el público femenino generando en base a un hábil golpe publicitario, consiguió que un grupo de mujeres estratégicamente ubicadas frente a los reporteros gráficos, encendieran cigarrillos en un desfile de modas. La ilusión de que esos cigarrillos eran virtuales “Antorchas de libertad” para un incipiente movimiento feminista. Bernays les había “fabricado” un “triunfo” a medida que las mujeres celebraron como un avance sobre el poder masculino, lo que nunca supieron es que Bernays trabajaba para una tabacalera que a partir de su “desinteresado aporte a la libertad femenina” multiplicó exponencialmente sus ventas.
Como podemos apreciar, nada nuevo bajo el sol. Bernays tambien logró cambiar los hábitos alimenticios de los norteamericanos introduciendo el tocino en el desayuno yanky. Para lograrlo instaló el debate en la opinión pública sobre si era más saludable un desayuno liviano o uno más potente que incluia tocino. Para eso se valió de encuestas de opinión e informes médicos de dudoso origen que hizo circular por los grandes medios de la época. ¿El resultado? El ya famoso y tradicional DESAYUNO AMERICANO. Al igual que en el caso de la tabacalera, Bernays trabajaba para una empresa de productos cárnicos cuyo producto estrella era el tocino.
Bernays lo había hecho de nuevo y lo rubrica con esta frase: «Ciertos estímulos repetidos con frecuencia pueden crear un hábito o la mera reiteración de una idea puede crear una convicción.»
“Ciertos estímulos repetidos con frecuencia pueden crear un hábito o la mera reiteración de una idea puede crear una convicción.”
Para no aburrir al hipotetico lector de estas lineas citaré un caso más de como Bernays logró manipular a la sociedad. Bernays también puso en marcha su poderosa propaganda con fines políticos. Uno de sus encargos más lucrativos (se embolsó unos 100.000 $ al año) consistió convencer a la población americana de la necesidad de que EE.UU interviniera en Guatemala, convirtiéndola por arte de la propaganda en una terrible amenaza comunista, una cabeza de playa de la URSS; inaugurando así el patrón que habría de repetirse en Cuba y, más tarde en Vietnam.
¿Les suena lo de república bananera? Como nos cuenta el estupendo documental de la BBC “The Century of the Self”, la expresión se acuñó para designar a las repúblicas centroamericanas donde la United Fruit Cómpany ponía y quitaba gobernantes según conviniese a sus intereses. En Guatemala, donde controlaba el 70 por ciento del territorio cultivable y disponía de la mano de obra campesina a su antojo, así había venido siendo, hasta que en 1951 Jacobo Arbenz ganó las elecciones democráticas y emprendió un programa de reformas que incluía una reforma agraria. Esto perjudicaba los intereses de la multinacional norteamericana, pero utilizar las tropas de los Estados Unidos para defender los intereses particulares de un grupo de empresarios no era algo que la sociedad norteamericana estuviese dispuesta a tolerar así como así; de modo que contrataron a Bernays para que se encargase del asunto.
Bernays procedió de la manera habitual. Primero se sumergió en el inconsciente colectivo en busca de los resortes que podía manipular, encontrando una extendidísima aversión por el comunismo nacida al calor de la guerra fría que se incrementó exponencialmente al estallar la guerra de Corea. También podía serle útil el miedo atávico e irracional a una posible conspiración comunista que el macartismo había sembrado por todo el país. El objetivo era, pues, presentar a Arbenz como un peligroso comunista que amenazaba a Estados Unidos justo a la vuelta de la esquina. (Cualquier parecido con Venezuela NO ES mera coincidencia)
Para ellos fundó su propia agencia de noticias que constantemente suministraba teletipos a los medios de comunicación, de suerte que un país que apenas si un puñado de americanos sabría situar en el mapa abría todos los días los noticieros y acaparaba los titulares. La reforma agraria dejó suficientes descontentos entre algunos guatemaltecos como para ofrecer testimonios gráficos con los que salpimentar sus crónicas, así como algún que otro incidente con el que pudo poner de manifiesto el caos y la agitación social en que se hallaba sumido el país con la irrupción del comunismo.
Bernays consiguió convencer a la opinión pública norteamericana de que lo que estaba en juego no era las propiedades privadas de unos particulares en un país extranjero, sino la supervivencia del modo de vida norteamericano. Así, el New York Times afirmaba en su edición del 11 de julio de 1954, apenas dos semanas después del producirse el golpe de estado, que «el derrocamiento solo soluciona parte del problema del comunismo. Debemos convencer a los latinoamericanos que nuestro modo de vida es superior al del comunismo».
Bernays consiguió convencer a la opinión pública norteamericana de que lo que estaba en juego no era las propiedades privadas de unos particulares en un país extranjero, sino la supervivencia del modo de vida norteamericano.
Por su parte la revista Newsweek del 26 de julio afirmaba, a propósito de una posible implicancia de los Estados Unidos en el golpe de estado, lo siguiente: «Los Estados Unidos, aparte del trabajo de sabuesos del que la CIA se haya podido o no encargar, se ha mantenido rigurosamente al margen. Los Estados Unidos podrían haber acabado de un plumazo con la situación, de la noche a la mañana si hubiese hecho falta: cesando las importaciones de café, cerrando el grifo del petróleo y la gasolina a Guatemala o, como último recurso, provocando un incidente en la frontera (Atentado de falsa bandera) y enviando a los marines a ayudar a Honduras. Sin embargo, han cumplido la ley al pie de la letra. Ahora el comunismo ha sido eliminado y de la mejor manera posible: por los guatemaltecos»
¿Está claro no? Resulta más que evidente que EXISTE UN GOBIERNO EN LA SOMBRA que con su mano mueve suavemente a la opinión pública para orientarla hacia sus intereses, sean estos comerciales, politicos o ambos, porque en definitiva, siempre andan juntos.
Por último, imagine el lector que si esto fue posible de concretar desde la década del 20 con la escasa tecnología disponible en aquel ahora histórico, lo que representa hoy la propaganda merced a los avances en Psicología, psiquiatría y neurociencia y ni que decir del poder infinito del que disponen a partir del desarrollo de las nuevas plataformas multimodales de comunicación y las redes sociales.
Algunos ya lo entendieron y merced a los discipulos de Bernays, se valieron de la propaganda para embaucar a media sociedad argentina. Es deseable que la experiencia sirva para no repetir errores del pasado que, en la era de las comunicaciones, salta a la vista que se pagan muy caros.
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