12 diciembre, 2021

Impuestos: ¿la Argentina un edén impositivo para los más ricos? (ambito.com)

27 Noviembre 2021
Mientras el IVA es el principal aportante a los recursos del Estado (30%), el impuesto a los bienes personales (directo y progresivo) sólo recaudó un 0,6% y el inmobiliario apenas 0,37%. la imperiosa necesidad de una reforma tributaria progresiva.
Se recomienda leer la nota completa en su fuente: ambito.com

Impuestos: ¿la Argentina un edén impositivo para los más ricos?

Por Julián Corvaglia
Decir hoy que hay que subir impuestos en Argentina es ir contra la corriente. En la mayoría de los medios masivos de comunicación se repite hasta el hartazgo el mito de que vivimos en un infierno tributario. Al comparar datos con otros países sobre la estructura tributaria se ve que es otra la realidad.

¿Por qué nuestro sistema impositivo es regresivo? Mientras el IVA (Impuesto sobre el Valor Agregado), indirecto, es el principal aportante a los recursos del Estado argentino (con 30,5% del total en 2019), el mismo año el impuesto a los bienes personales (directo y progresivo) sólo recaudó un 0,6%. Sobre éste impuesto, cuya alícuota bajó Macri y subió Alberto Fernández, el diputado oficialista Itaí Hagman afirmó recientemente que los autos se toman a valor de mercado y los inmuebles a valor fiscal, por lo que se puede dar el caso de que alguien con dos autos pagué más que alguien con varias propiedades.

En Canadá la recaudación del impuesto a las ganancias de personas físicas equivale a un 12,2 % del PBI. En los países nórdicos europeos, los de mayor calidad de vida e igualdad social del mundo, la cifra es mayor. En Argentina en 2019 la cifra llegó al 7 % del Producto Bruto Interno. Cuadro comparativo con otros 9 países:



Cuadro 1

En los países de la OCDE, conocido como “el club de los países ricos” el impuesto a las ganancias lo pagan más las personas físicas que las empresas; cerca del 75% del impuesto es aportado por las personas humanas. En Argentina el 58,8% lo pagan las empresas. ¿Por qué es peor el sistema argentino? Porque las empresas trasladan los impuestos a los costos y termina siendo pagado por los consumidores, y alimentando la alta inflación.

El abogado y politólogo José Nun (ex secretario de Cultura de Néstor Kirchner) en 2018 sostenía que hay que subir la presión impositiva, pero no a la clase media ni a las empresas, sino a las grandes fortunas personales. Consideraba que actualizando el valor fiscal de las propiedades inmobiliarias, restableciendo el impuesto a la herencia, creando un impuesto al patrimonio neto que exceda los 2 millones de dólares y poniendo un impuesto a los bienes suntuarios en un par de años el déficit fiscal desaparecería.

¿Se puede bajar la presión sobre las empresas (sobre todo las pymes) y sobre el consumo, y subirla a la vez sobre las personas con mayor poder adquisitivo? Sí. Ahondaremos ahora en dos de las ideas de Nun:

1) subir los impuestos inmobiliarios,

2) restablecer el impuesto a la herencia (que eliminó la última dictadura militar en 1976)

Inmobiliarios sub-valuados

En Argentina la recaudación del impuesto inmobiliario representó en 2015 apenas el 0,41% del PBI. En Estados Unidos y Canadá el impuesto inmobiliario el mismo año significó en torno al 3% del PBI. En Francia fue 2,6%; en Estados Unidos fue el 2,5% y en Uruguay fue el 0,92 %. El promedio de la OCDE (que reúne a casi todos los países más desarrollados) es 1,7% del PBI.



Cuadro 2

Ya en 2014 un documento del CIPPEC (centro de estudios independiente) mencionaba que la recaudación del impuesto sobre la propiedad en Argentina se fue reduciendo casi 50% durante los últimos 10, y recordaba que este impuesto es considerado uno de los menos distorsivos, menos procíclicos y potencialmente más progresivos.

Hace dos años la CEPAL (La Comisión Económica para América Latina y el Caribe) organismo dependiente de la ONU) estimó que con un sistema de valuaciones más actualizado los países latinoamericanos podrían generar ingresos extras de hasta el 2% del PIB. El hecho de que la propiedad rural esté inadecuadamente gravada es muy relevante para América Latina ya que muchos países cuentan con un gran sector de productos básicos primarios y ganaderos.

Para dimensionar el nivel de sub-valuación fiscal de la tierra basta nombrar el ejemplo de la provincia de Buenos Aires. Según datos del especialista e investigador Martín Mangas (profesor de la Universidad Nacional de General Sarmiento) en términos recaudatorios, todos los vehículos (automotores, yates, embarcaciones, aeronaves) patentados en la provincia de Buenos Aires (que suman más de 6 millones de unidades) recaudan el 9% del total de ingresos fiscales bonaerenses, mientras que toda la tierra rural bonaerense (que se agrupa aproximadamente en 300 mil partidas rurales) recauda el 3%".



PBA http://argentinainvestiga.edu.ar/

La recaudación del impuesto inmobiliario en Argentina pasó de representar un 0,63% del PBI entre 1993-2001 a un 0,37% entre 2008-2016, y mientras el valor de las propiedades mostró un comportamiento inverso. Por ejemplo, el valor de la tierra rural aumentó más del quíntuple que la recaudación por el impuesto inmobiliario que grava.

Impuesto federal a la herencia (o sucesiones)

Warren Buffet, millonario estadounidense que en 2017 ocupó la tercera posición en la lista de Forbes de personas más ricas del mundo, entrevistado por el New York Times en 2001, dijo que "sin el impuesto a la herencia habrá una aristocracia de la riqueza, lo que significa que la capacidad de controlar los recursos de la nación se transmite en función de la herencia en lugar del mérito".

En el mismo sentido, Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía, sostiene que "sin un impuesto sobre sucesiones, estamos creando una nueva plutocracia, que se caracteriza por unas dinastías que se autoperpetúan. El impuesto está concebido para limitar el alcance de la desigualdad heredada para crear un terreno de juego ligeramente más nivelado".

En EE. UU el impuesto a la herencia está vigente desde 1916. Y hay muchos países desarrollados que tienen vigente un impuesto a la herencia y bastante alto:

En Japón 55%, Corea del Sur 50%, Francia 45% Reino Unido y Estados Unidos 40%.

En América Latina los países con impuesto a la herencia vigente son: Ecuador (tasa de 35%); y Chile y Venezuela (25%) y Brasil (8%).

En Argentina sólo existe en la provincia de Buenos Aires y es bajo (5% aproximadamente).

Sociólogo y politólogo. Profesor universitario. TW: @JulianCorvaglia




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ADDENDA
Sobre el impuesto a la herencia.


https://www.centrocultural.coop/revista/910/impuesto-la-herencia-una-herramienta-distributiva

[...] 
Pasado y presente del Impuesto a la Herencia en Argentina1
Como ya se ha mencionado anteriormente, este impuesto es de común aplicación en varios países, entre los cuales se encuentran Estados Unidos, Reino Unido, Japón, España, Francia, Suecia, etc. Sin embargo, no sólo se encuentra en los sistemas tributarios de países desarrollados, sino también en algunos más próximos a nuestra región y con características similares a las de nuestro país, por ejemplo: Brasil, Uruguay y Chile. Asimismo, Argentina ha sabido pertenecer a este grupo de países durante un largo período que finaliza en 1976, cuando el impuesto es derogado definitivamente a partir de una ley impulsada por el Ministro de Economía del gobierno de facto J. Martínez de Hoz.
El primer antecedente de un tributo con características similares a las de un Impuesto a la Herencia data de la época colonial, siendo en 1801 el año en que se establece el “Impuesto Sucesorio”. Sin embargo, el mismo operaba con alícuotas mínimas (entre 1% y 4%) para lo referido a sucesiones entre cónyuges, colaterales o en favor de extraños; a su vez, tenía en cuenta múltiples exenciones, como por ejemplo en los casos donde los perceptores de la herencia eran ascendientes o descendientes en línea recta. Más adelante, en el año 1853 este impuesto es ratificado por las jurisdicciones provinciales y los Territorios Nacionales existentes a la fecha, modificándose en algunos casos su nombre por el de “Impuesto a la Transmisión Gratuita de Bienes” y determinadas características que hacían a su funcionamiento (mínimos no imponibles, alícuotas, exenciones, etc.). Años más tarde, bajo la presidencia de Alvear en 1923, el Impuesto Sucesorio tomó el nombre de “Impuesto a la Herencia” y fue modificado aplicándose sobre las hijuelas, característica que tornó al tributo con mayor capacidad redistributiva. A su vez, se estableció que la recaudación se destinaría al financiamiento de la educación primaria, obligatoria y gratuita.
[...]


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https://www.clarin.com/opinion/discutir-impuesto-herencia_0_HJfH57jc-.html

En lo que atañe a la equidad, hay cierto consenso claro: el impuesto a la herencia es de los más progresivos concebibles. Compensa marginalmente la reproducción inter-generacional de la inequidad; está enderezado a mejorar la igualdad de oportunidades entre un chico que está naciendo hoy en el Elefante Blanco y otro que nace en Puerto Madero.
Sin incurrir en el cinismo diría que se trata de liberalismo sano: ayuda a que las diferencias de sus futuras trayectorias de vida no dependan tanto de la cuna, o la suerte, sino del mérito. La desigualdad está a la orden del día y proyecta su sombra sobre lo mucho que falta del siglo XXI, y las buenas políticas impositivas son una de las mejores herramientas para combatirla. (Vicente Palermo 18/set/17)

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https://www.laarena.com.ar/opinion/2016-12-16-4-7-34-macri-trump-martinez-de-hoz-y-el-blanqueo-de-capitales

Martínez de Hoz, ministro de la dictadura, impulsó la derogación de la ley que gravaba las herencias 48 horas después de la muerte de su padre, el 29 de marzo de 1976, argumentando que así se "fortalecerá la unidad de la familia, espina dorsal del cuerpo social".
La herencia recibida.
En el verano de 1976, "Josecito" -tal como sus allegados llamaban a Martínez de Hoz- participaba de un safari en Africa. El tipo era un cultor de la cacería a cuchillo; es decir, solía degollar a sus presas. En tales circunstancias, supo de su nombramiento como ministro de Economía del régimen dictatorial a punto de instaurarse. Y voló con urgencia a Buenos Aires. Pero su debut en el cargo se vio empañado por una inesperada desdicha: la muerte de su padre.
El viejo José Alfredo -todos los primogénitos de la estirpe se llaman así- exhaló su último suspiro el 26 de marzo de ese año, a solo semanas de cumplir 80 primaveras. Y al día siguiente, fue inhumado en la Recoleta ante una sobria concurrencia en cuya indumentaria prevalecían trajes negros, tapados de piel, uniformes y sotanas. El hondo pesar por semejante pérdida quedó plasmado en la kilométrica lista de condolencias que publicó aquel miércoles el diario La Nación. No era para menos.
Ese hombre de linaje patricio era bisnieto de don José (a secas) Martínez de Hoz -el ganadero esclavista que inició la dinastía-, nieto del fundador de la Sociedad Rural Argentina (SRA) e hijo del José Alfredo que alternó el manejo de aquella central agropecuaria con la presidencia del Banco Provincia. Y él, formado en el prestigioso Eton College, de Londres, era propietario del haras Chapadmalal y administrador de los campos familiares, además de integrar el directorio de La Forestal, entre otras grandes empresas. Al mismo tiempo fue vicepresidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), luego, titular de la Asociación de Criadores Argentinos y, finalmente -al igual que sus antepasados-, presidió la Sociedad Rural Argentina. De su unión con la señora Carola Cárcano, nació en 1925 su único hijo, el futuro ministro.
Este, graduado en derecho con las mejores calificaciones -y con posgrados en Cambridge y Florencia-, se volcó a los negocios familiares, diversificando el rubro terrateniente con empresas eléctricas, de acero, petróleo y seguros. A la vez, incursionó en la función pública como ministro de Economía de Salta durante la Revolución Libertadora y, en 1962, ocupó ese mismo cargo a nivel nacional en la presidencia de José María Guido. Ya a mediados de los '70, fue la cara visible del Consejo Empresario Argentino, desde donde diseñó el plan económico de la dictadura.
Ahora, ante el ataúd de don José Alfredo, un devastado Josecito ideó a modo de homenaje una medida de gobierno que "fortalecerá la unidad de la familia, espina dorsal del cuerpo social". Tales fueron las palabras que utilizó el 29 de marzo de 1976 para fundamentar la derogación de la ley 11.287 -sancionada durante el gobierno de Alvear-, que estipulaba un canon al "enriquecimiento patrimonial gratuito" y destinado al "tesoro escolar". En otras palabras, a solo 48 horas de la muerte de su padre -cuyo testamento fue muy generoso con él-, Martínez de Hoz no dudó en borrar de un plumazo el impuesto a la herencia. El momento, claro, no pudo ser más oportuno. (Ricardo Ragendorfer 16dic16)

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