Una nueva noche fría por: Callejeros



Voces, sólo voces, como ecos;
como atroces chistes sin gracia.
Hace mucho tiempo escucho voces y ni una palabra.
Y mis ojos maltratados se refugian en la nada
y se cansan de ver un montón de caras y ni una mirada.
Una nueva noche fría en el barrio,
los tranzas se llenan los bolsillos.
Las calles son nuestras, aunque el tiempo diga lo contrario.
Y los sueños no soñados,
ya se amargan la garganta y se callan.
Y eso, casi siempre (o siempre), les encanta.
Van quedando pocas sonrisas,
prisioneros de esta cárcel de tiza.
Se apagó el sentido,
se encendió un silencio de misa.
Menos horas en la vida, más respuestas a una causa perdida:
de porqué los sentimientos, vuelven con el día.
Solo, como un pájaro que vuela en la noche
(libre de vos...pero no de mí)
Vacío, como el sueño de una gorra.
Lleno de nada, sin saber donde ir.
Duro como un muerto en su tumba que murió de miedo,
por el valor de vivir.
Las nubes no son de algodones y las depresiones son maldiciones.
Te va distrayendo, te enrosca,
te lleva y te come.
Te lastima y no perdona y en algún lugar te roba la cara,
la sonrisa, la esperanza, la fé en las personas.

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Este año 2014 se cumplirán diez años de la tragedia de Cromañón.
Una verdadera desgracia que no encuentra explicaciones en una sociedad a la que le cuesta mucho (demasiado), asumir sus errores. Que encontró en la culpabilización una manera de expiar sus propias culpas, la culpa de ser desprolija, desordenada y discontínua, de vivir informalmente y a los saltos, esos saltos que nos llevaron a la crisis de 2001 y que forzó a la autodeterminación a tantos argentinos, desde el trueque a los conciertos. Nos habíamos acostumbrado a la falta de estado y hasta lo habíamos repudiado, "que se vayan todos" era el grito de los tiempos que corrían allá a principios del siglo XX que no nos encontró unidos sino desparramados y desesperanzados.
Cromañon nos dió la oportunidad de redimirnos y las condenas de Callejeros, Chabán, algún que otro funcionario y la caída del Jefe de Gobierno nos sirvieron de paliativo.
Aún nos falta sin embargo un análisis profundo, de las causas estructurales que desembocaron en aquel fatídico incendio. A mi entender, no se han cambiado las condiciones, el país se mueve con un 40 % de economía informal, miles de comercios incumplen las normativas de seguridad, la coima sigue en vigencia, los amiguismos, las patotas, los acomodos, lejos de ser potestad exclusiva de los políticos son parte de nuestra idiosincrasia a todo nivel. Miles de personal mueren al año por negligencias en el tránsito, miles de personas duermen en las calles de la ciudad más grande y moderna del país.

Callejeros ha sido nuestro chivo expiatorio y merece que al menos el fin de una gran banda de rock nos sirva para pensar un poquito y prevenir los cientos de pequeños cromañones que vivimos a diario.

IXX-2014

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