21 agosto, 2015

Periodismo ¿de antes?

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Clarín, por Gabriel Fernández

Juan José Salinas12/08/2015PeriodismoDiario Clarín, Gabriel Fernández, Periodismo

​Hoy estuve en la presentación de “Mentime que me gusta” y me encantó el racconto que hizo Víctor Hugo Morales de las últimas miserabilidades de Magnetto y sus corifeos. Y vengo de ahí y me topo con esta nota. Yo leí mucho Clarín en mi niñez. Me iba a la casa de mi vecina Inés Cabrera -hija del periodista Napoleón Cabrera, crítico musical del diario y desarrollista de paladar negro- y me enfrascaba y leía el diario de pe a pa, incluidas las páginas de turf (aunque nunca pisé un hipódromo, era hincha de Forli, del mismo mopdo que aunque nunca me llevaron a verlo al Luna, era fan del gran Nicolino Locche). Ahí fue, junto a mi gusto por Primera Plana y por el prohibido semanario Marcha que mi padre traía todas las semanas de Montevideo, cuando comenzó a formarse mi vocación periodística. En cuanto a “Cultura y nación”, tengo entendido que el título lo aportó Osvaldo Bayer. JS


Clarín​:​ ​

Memorias diferentes del que fuera un gran diario argentino

Por Gabriel Fernández *

Cuesta transmitir la distancia entre lo que hoy conocemos como Clarín y sus distintos momentos. Este reflexión no pretende historiar; apenas reflexionar desde un asombro que recupera cierta lógica a la hora de evaluar un medio de comunicación.
Hace varios días, en el aire de la Gráfica dialogaba con Julio Fernández Baraibar sobre la cuestión. El compañero memoraba que ese diario, alguna vez no tan lejana, incluyó un suplemento que se llamaba Cultura y Nación. Allí escribieron entre otros Norberto Galasso, Luis Alberto Murray, Oscar Sbarra Mitre, Alejandro Tarruella y muchos más.

Entre las plumas informativas nacionales –con todas las polémicas abiertas que se quiera- han estado Alberto César Morere, Oscar Raúl Cardoso, nuestro actual compañero columnista en la emisora Armando Vidal, por mencionar algunos periodistas. Sin ir más lejos y sin comparar, quien esto redacta ha publicado textos de clara orientación política.

Vale la observación pues más allá de los oscuros años de arranque dictatorial, cuando todas las líneas editoriales se disciplinaron a la dupla Jorge Rafael Videla – José Alfredo Martínez de Hoz, con el tiempo la orientación del “gran diario argentino” resultó variable, pero asentada en dos premisas que dejaban tela para cortar: desarrollismo económico y nacionalismo cultural abierto.

Intentar trazar una línea fija con el objetivo de mostrar que Clarín siempre fue como lo conocemos en la actualidad, puede configurar un error descriptivo apreciable, que opaca las posibilidades de comprensión. Durante varios años, y con todas las trampas y grises que caracterizan la prensa escrita, efectivamente fue algo semejante a un medio valioso.

¿Dónde vamos? Hacia una precisión de interés, que en cierta ocasión volcamos en el texto “Magnetto, el mariscal de la derrota”: el control interno de una cúpula liberal – oportunista, que se llegó a considerar más importante que cualquier presidente y a envanecerse de malear la opinión pública argentina, convirtió a un diario realmente interesante en un pasquín miserable, mentiroso, absurdo.

Decenas de despidos de periodistas bien calificados, la sumisión de la noticia a la operatoria, la espectacularidad sesgada de las denuncias, la unilateralidad de las mismas, la ausencia de fuentes confiables, el forzamiento de la realidad, la difuminación o el ocultamiento de informaciones benévolas para el campo nacional, arrasaron como un tsunami el equilibrio profesional.

Vale recordarlo hoy, cuando a pocos meses de las elecciones presidenciales toda la sociedad aguarda las nuevas falsas denuncias. Y es pertinente, entonces, preguntarse: ¿y los accionistas del Grupo? ¿Qué pensarán de esta debacle en calidad, ventas y ganancias? ¿Qué dirán, puertas adentro, ante un espacio histórico transmutado en órgano ideologizado con un conservatismo que en ocasiones ruboriza a las peores plumas de La Nación?

Que lo sepan los jóvenes periodistas y lectores: en alguna ocasión, este cronista escribió en esas páginas sobre la importancia de considerar al gasto público como inversión social. En otras, Murray realzó la demanda argentina sobre las Islas Malvinas. Y el querido Norberto narró, como nadie, aspectos esenciales de las luchas nacional populares de nuestro pueblo.

Como dice el tango: Ay; mirá lo que quedó.

*Director La Señal Medios / Area Periodística Radio Gráfica / Terapia de Grupo AM 770

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