Estrategia de victimización


lunes, 2 de noviembre de 2015

NOSOTROS, ELLOS Y LOS MIEDOS


Como lo señalan acá Barricada y acá Artemio, desde "Cambiemos" (sus estrategas de campaña, sus dirigentes, sus simples votantes) salen a contragolpear contra la supuesta "campaña sucia" que vendríamos ensayando desde el kirchnerismo, "metiéndoles miedo a los argentinos" sobre las eventuales medidas de un futuro gobierno de Macri.

No exentos de cierta inteligencia, apelan al recurso de banalizar la cuestión con ejemplos ridículos, buscando por la vía de la reducción al absurdo desacreditar el núcleo argumental y -una vez más- desviar el eje de la discusión que se está empezando a plantear; que no es otro que el de los diferentes modelos de país que están en disputa en el balotaje del 22.

Porque ahora resulta que los que siguieron hasta acá pìe juntillas el manual de campaña de Durán Barba (un ejemplo de como funciona, acá) nos quiere hacer creer que develar lo que realmente harían de llegar al gobierno es "campaña sucia", y que les queremos meter miedo a los argentinos, simplemente valiéndonos de lo que ellos mismos dicen que harán.

Cuando quienes les quisieron meter miedo sistemáticamente a los argentinos en todos estos años fueron ellos. ¿O acaso es necesario repasar puntualmente las mil y una profecías apocalípticas sobre sangre, fuego y muerte de Carrió; hoy aliada a Macri, al que antes trató de inútil, corrupto e incompetente?  

Pero si de "meter miedo" o "hacer campaña sucia" se trata, no tomemos en cuenta lo que podamos decir nosotros que harán, sino lo que ellos mismos hicieron en el pasado (en todos estos años, sin remontarnos más lejos), y lo que ellos mismos también están diciendo por estos días que van a hacer; cuando se les escapa. 

Porque resulta que ahora hay que hacer un acto de fe y creerle a Macri que han recapacitado y ven con buenos ojos todo aquéllo a lo que se opusieron con todos los medios a su alcance cuando el gobierno lo planteó; como la recuperación de Aerolíneas Argentinas, YPF o los fondos de las AFJP, pero a poco que uno repase lo que están diciendo por estos días, queda claro que mienten.

Ahí anda si no Octavio Frigerio diciendo que al 51 % de YPF lo pagamos caro y los españoles festejaron (debe ser por eso que a Bruffau lo rajaron de Repsol), y ya blanquearon que el área de Energía de un eventual gobierno de Macri estará a cargo de Aranguren, el ex CEO de la Shell.  

Y por si no fuera poco que Macri calificara como "acto criminal" la estatización de los fondos de las AFJP o hubiera dicho en el 2009 que a Aerolíneas la volvería a privatizar o que el Estado tenía "empresas satelitales que no producen ningún resultado" como ARSAT, sus economistas plantean ahora que hay que vender todas las acciones del Fondo de Garantía de la ANSES en empresas privadas; razón por la cual Cristina -con muy buen criterio- mandó al Congreso la ley para evitarlo sin autorización legal con mayoría calificada.

Ahora resulta que a Macri -que dijo que había que "ir a sentarse con Griesa, y lo que él diga, eso hay que hacer"- y a Pinedo y compañía (que organizaron una colecta para juntar fondos para pagarle cash a los buitres y levantar el embargo de la fragata) hay que creerles cuando dicen que si llegan al gobierno, negociarán con ellos desde una posición de máxima firmeza en la defensa de los intereses nacionales.

Que un gobierno de Macri descuidaría la educación y la salud pública no lo decimos nosotros: lo decían hasta hace unos pocos meses acá en Santa Fe los radicales (hoy aliados al PRO y entusiasmados con ser parte del gobierno), para alertar a los santafesinos sobre los peligros que acarrearía un posible triunfo de Miguel Del Sel ¿No era eso acaso "campaña sucia" y "meterle miedo a la gente"?

Si hoy Corral suena para integrar el gabinete de Macri, y le juntará acá en Santa Fe a Macri en un acto a todos los intendentes, gobernadores y vicegobernadores radicales electos de todo el país (incuyendo a Fascendini, integrante de la fórmula que derrotó a Del Sel) ¿qué cambió, nosotros, el PRO o la UCR?

Pero además para advertir que a Macri no le interesan ni la educación ni la salud pública no hay que mentir o hacer "campaña sucia", ni remontarse a los tiempos de la dictadura o el menemismo: hace apenas unos días el propio Macri se quejó de por que "se creaban tantas universidades", y junto con Rodríguez Larreta justifican el recorte presupuestario al hospital Garrahan en el hecho de que "solo el 17 % de sus pacientes son de la CABA". ¿Tras el triunfo de Vidal habrá cambiado también de opinión en éste punto, y no verá con malos ojos que los que viven en el conurbano bonaerense vayan a atenderse a los hospitales porteños?

El mismo Macri que nos dice en los spots de campaña que "no va a dejar a ningún argentino librado a su suerte", y cuya candidata a vice Gabriela Michetti votó en contra en el 2013 (no hace 40 años atrás) de la ley que prohíbe arancelar bajo cualquier forma los estudios en las universidades públicas siendo diputada, y que ahora como senadora se ausentó del recinto a la hora de votar; luego de haberles anticipado a sus hoy aliados radicales que si se quedaba, votaba en contra. Pasó la semana pasada, no en el gobierno de Menem. 

La misma Michetti acaba de decir (hace menos de una semana, en Canal 13, del grupo Clarín) que hay que eliminar los subsidios a las tarifas de gas, luz y transporte; porque se pagan "importes ridículos".

Que con la promesa de levantar el "cepo" cambiario están planeando una mega-devaluación no es un invento nuestro para "meterle miedo a la gente": lo está diciendo Melconián cuando plantea que el tipo de cambio tiene un retraso de por lo menos el 60 %; y lo dicen Federico Pinedo y Mario Negri (presidentes de los bloques de diputados del PRO y la UCR), cuando en la denuncia contra Vanoli (presidente del Banco Central) por los contratos del dólar a futuro cuestionan que lo venda a $ 10,75 de acá a un año, cuando perfectamente podría hacerlo a 14 o 15 pesos.

Son ellos -los que prometen "estar al lado de cada argentino que los necesiten"- los que hablan de eliminar impuestos y "bajar este disparate de gasto público sin sentido"; omitiendo decir que mas o menos un 65 % de ese gasto se va en jubilaciones, pensiones, asignaciones (incluyendo la AUH) y subsidios a las tarifas de los servicios públicos.  

Banalizar -como intentan hacerlo ahora, con ingenio dispar- lo que es un problema de discusión política en serio es otro intento por ocultarle a los argentinos lo que realmente son tras los globos; y lo que verdaderamente harán de ser gobierno, cuando ya no sean necesarias las promesas bondadosas y compasivas de los spots de campaña. 

Y desarticular esa maniobra no es "meterle miedo a la gente": de eso se encargan ellos, cada vez que abren la boca y se salen del libreto. 

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