La angustia del antikirchnerismo por IndiePolitik
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viernes, 29 de mayo de 2015
viernes, 29 de mayo de 2015
La angustia del antikirchnerismo
"Qué suerte haber ido a la plaza el 25; qué suerte que entre mis ganas y mis dudas, mi compañero me alentara y hayan ganado las primeras; qué suerte ver tanta gente feliz, niños, jóvenes, mayores, abuelos, riendo, llorando, agradeciendo, celebrando; qué suerte compartir con gente que no conocía, el mate, el lugarcito para sentarme un ratito, la birra con las pibas, diferentes anécdotas; qué lindo ver el cielo de la plaza colmado de estrellas , y abajo la marea mezclada con el humo de las hamburguesas. Lástima que no había choris; no, eso no había...
Diez horas en la Plaza. Llegué sola y como aún era posible, me ubiqué adelante; prontamente reaccioné y empecé a retroceder, buscando un lugar con menos presión pero fue imposible, todo estaba igual e iba creciendo. Llegaba gente de todos lados, columnas con banderas, familias, personas solas (como yo), y cada cual se las arreglaba para acomodarse como podía, haciendo lugar a los papis que venían con sus carritos de bebé o a quienes venían con sus sillas de ruedas.
Cuando arribaban las columnas embanderadas, no pude dejar de pensar en los 70, pero no, me dije. No, esto es otra cosa; en los 70, las columnas de los espacios diferentes ganaban protagonismo a costa de sangre y fuego. En cambio, hoy conviven, y no digo que sean carmelitas descalzas , obvio que cada quien trata de ocupar el lugar donde hacerse más visible, pero conviven, y esto es maravilloso.
Mientras los observaba, me vino a la mente una reflexión de Marta Maffei, la última vez que vino a General Pico (La Pampa), a la Universidad, por el 2005 más o menos. Ella reflexionaba acerca de los "sindicalistas" diciéndonos : "Ahora tenemos que lidiar con "Los Moyanos". Ustedes ni se imaginan lo que fue lidiar en los 70 con los "Lorenzo Miguel", con armas arriba de la mesa iban a las negociaciones". Y ahí pensé, sí que hemos evolucionado. Claro, en 10 horas, uno tiene tiempo de pensar en tantas cosas.
Y así, entre música, baile, emociones y alegrías, llegó la Presidenta y su mensaje, y hubo de todo, desde parejitas igualitarias que se besaban levantando sus pulgares cuando ella hizo alusión a la obtención de sus derechos, a madres que hicieron lo propio por la Asignación Universal, aquellos por el Procrear, amas de casa por su jubilación. peones rurales por la ley que los ampara, artistas por la misma causa...
Yo celebré solita, cuando hizo un perfecto mea culpa a la hora de hablar de las víctimas del Terrorismo de Estado, y reconocer que, en su partido, así como hubo miles de víctimas y desaparecidos, hubo también otros tantos delatores de sus propios compañeros y de todos aquellos que les resultaran enemigos políticos.
Por hoy, cierro la crónica de un maravilloso día en la Plaza del 25. Demasiado para pensar y reflexionar.
Qué suerte poder haber estado allí sin fanatismo, sin odio, con espíritu crítico y con alegría".
Diez horas en la Plaza. Llegué sola y como aún era posible, me ubiqué adelante; prontamente reaccioné y empecé a retroceder, buscando un lugar con menos presión pero fue imposible, todo estaba igual e iba creciendo. Llegaba gente de todos lados, columnas con banderas, familias, personas solas (como yo), y cada cual se las arreglaba para acomodarse como podía, haciendo lugar a los papis que venían con sus carritos de bebé o a quienes venían con sus sillas de ruedas.
Cuando arribaban las columnas embanderadas, no pude dejar de pensar en los 70, pero no, me dije. No, esto es otra cosa; en los 70, las columnas de los espacios diferentes ganaban protagonismo a costa de sangre y fuego. En cambio, hoy conviven, y no digo que sean carmelitas descalzas , obvio que cada quien trata de ocupar el lugar donde hacerse más visible, pero conviven, y esto es maravilloso.
Mientras los observaba, me vino a la mente una reflexión de Marta Maffei, la última vez que vino a General Pico (La Pampa), a la Universidad, por el 2005 más o menos. Ella reflexionaba acerca de los "sindicalistas" diciéndonos : "Ahora tenemos que lidiar con "Los Moyanos". Ustedes ni se imaginan lo que fue lidiar en los 70 con los "Lorenzo Miguel", con armas arriba de la mesa iban a las negociaciones". Y ahí pensé, sí que hemos evolucionado. Claro, en 10 horas, uno tiene tiempo de pensar en tantas cosas.
Y así, entre música, baile, emociones y alegrías, llegó la Presidenta y su mensaje, y hubo de todo, desde parejitas igualitarias que se besaban levantando sus pulgares cuando ella hizo alusión a la obtención de sus derechos, a madres que hicieron lo propio por la Asignación Universal, aquellos por el Procrear, amas de casa por su jubilación. peones rurales por la ley que los ampara, artistas por la misma causa...
Yo celebré solita, cuando hizo un perfecto mea culpa a la hora de hablar de las víctimas del Terrorismo de Estado, y reconocer que, en su partido, así como hubo miles de víctimas y desaparecidos, hubo también otros tantos delatores de sus propios compañeros y de todos aquellos que les resultaran enemigos políticos.
Por hoy, cierro la crónica de un maravilloso día en la Plaza del 25. Demasiado para pensar y reflexionar.
Qué suerte poder haber estado allí sin fanatismo, sin odio, con espíritu crítico y con alegría".
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