Venezuela - Argentina. Paralelismos y preocupación en la derecha.

martes, 19 de mayo de 2015

no te puedo creer, gordi

http://joserubensentis.blogspot.com.ar/2015/05/no-te-puede-creer-gordis.html




La nota está lleno de "peros" y "a pesar de.." y finalmente termina aceptando la realidad:"El lunes 8 de junio, un día después de su encuentro con el Papa Francisco, la presidente Cristina Kirchner recibirá, en Roma, una distinción de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura "en reconocimiento de progresos notables y extraordinarios en la lucha contra el hambre" en laArgentina. Se lo darán en persona el director general de la FAO, José Graziano Da Silva, y la Directora Ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos, Ertharin Cousin, en una ceremonia a la que están invitados los gobernantes de un total de 72 países distinguidos. Será durante el 39º período de la FAO".
Cómo puede ser, Gordi?.

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Martes 16 de junio de 2015 | Publicado en edición impresa

Un escandaloso premio para Venezuela

Por Andrés Oppenheimer | LA NACIONSEGUIR
 
MIAMI.- Parece un chiste, pero no lo es: Venezuela, un país con una alarmante escasez de alimentos, donde la gente tiene que hacer largas colas para encontrar leche, harina o carne, acaba de recibir un premio de la Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO) por sus supuestos logros en la lucha contra el hambre.

Cuando leí la noticia, y las declaraciones del presidente venezolano, Nicolás Maduro, vanagloriándose del premio, mi primera reacción fue pensar que lo había inventado. Después de todo, Maduro ha dicho que se comunica con el fallecido presidente Hugo Chávez a través de un pajarito, y afirma que Venezuela -que tiene la inflación más alta del mundo y la economía que menos crece de América latina- es un modelo económico para el resto del mundo.

Pero tras una entrevista telefónica con un funcionario de alto rango de la FAO, me confirmaron que la agencia de la ONU había otorgado el premio a Venezuela y otros 71 países en una ceremonia durante la 39» Conferencia de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, celebrada en Roma la semana pasada.

Maduro, así como Cristina Fernández, otra de las beneficiarias de estos galardones, hicieron una fiesta propagandística de sus premios de la FAO. Los medios de comunicación oficiales de ambos países casi ni mencionaron que la FAO también premió a Brasil, México, Chile, Uruguay, Perú, Nicaragua, Costa Rica, la República Dominicana y varios otros países.

Gran parte del pueblo venezolano no podía con su asombro ante la noticia del premio. Irónicamente, el propio régimen de Maduro reconoce que hay una gran escasez de leche, carne, pollo, café, arroz, aceite, harina y varios otros productos de primera necesidad. Maduro alega que la escasez se debe a una supuesta "guerra económica" de "la oligarquía".

En la Argentina, los medios pro gubernamentales difundieron triunfalmente el discurso de la Presidenta en la ceremonia de la FAO, en el que afirmó -contra toda evidencia- que el país redujo la pobreza a menos del 5%. Su jefe de gabinete, Aníbal Fernández, dijo poco después que la tasa de pobreza de Argentina es menor que la de Alemania. Muchos argentinos no podían creer semejante disparate y se volcaron a las redes sociales con todo tipo de bromas, tales como proponer colectas benéficas para enviar alimentos, medicinas y colchones para los supuestamente "pobres" habitantes de Alemania.

El gobierno argentino es conocido por inventar sus estadísticas económicas, que no son aceptadas por el Fondo Monetario Internacional. Según el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina, el 27,5% de la población es pobre. Comparativamente, menos del 4% de la población alemana es pobre, de acuerdo con economistas internacionales. Además, Alemania define como pobres a quienes tienen ingresos de menos de $ 13.164 dólares al año, mientras que el gobierno argentino considera pobres a los que ganan menos de $ 2258 dólares al año.

Pareciera ser que, en su afán de protagonismo, la FAO le dio premios a todo el mundo, sin importar que algunos fueran países que, como Venezuela y la Argentina, inventan sus estadísticas y han despilfarrado sus recientes bonanzas económicas en fiestas populistas que han destruido sus economías.

En una entrevista telefónica desde Roma, el director de estadísticas de la FAO, Pietro Gennari, me dijo que la FAO otorgó los premios en base a los logros de los países desde 2000 a 2015. Además, en el caso de Venezuela y otros países, los premios se basan en estadísticas de hace dos o tres años, agregó.

"Basamos nuestros cálculos en los datos proporcionados por los países, y por sus oficinas nacionales de estadística", me dijo Gennari. "Estas estimaciones a veces son un poco viejas. No podemos tener en cuenta los últimos acontecimientos en cada país."

Mi opinión: ¿en serio? ¿El organismo de la ONU encargado de la lucha contra el hambre le da un premio a un gobierno caótico y corrupto que genera una escasez generalizada de alimentos y su excusa es que se basa en estadísticas poco confiables de ese gobierno? ¿Y, para colmo, estadísticas viejas?

La FAO (al igual que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que tiene a Cuba, China y Arabia Saudita entre sus miembros) hace difícil tomar en serio a las agencias de la ONU. Dar premios a los gobiernos de Venezuela y Argentina equivale a premiar a los que inventan sus estadísticas, tal como la mayoría de los economistas independientes pueden atestiguar. Lo que hizo la FAO no sólo es irresponsable, es escandaloso: le dio munición propagandística a gobiernos cuyas políticas a la larga generan más pobreza, y más hambre...

http://www.lanacion.com.ar/1802148-un-escandaloso-premio-para-venezuela


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http://www.lanacion.com.ar/1801862-la-venezuela-que-dejo-al-desnudo-felipe

Lunes 15 de junio de 2015 | Publicado en edición impresa
Felipe González en Caracas

La Venezuela que dejó al desnudo Felipe

Por Mario Vargas Llosa |  Para LA NACIONSEGUIR
  
MADRID.- Se equivocan quienes dicen que la visita del ex presidente español Felipe González a Venezuela ha sido un fracaso. Yo diría que, más bien, ha constituido todo un éxito y que en los escasos dos días que permaneció en Caracas prestó un gran servicio a la causa de la libertad.

Es verdad que no consiguió visitar al líder opositor Leopoldo López, preso en la cárcel militar de Ramo Verde, ni tampoco asistir a la vista de su juicio ni a la audiencia en que se iba a decidir si se abría proceso al alcalde de Caracas, Antonio Ledezma (preso desde febrero), pues ambas convocatorias fueron aplazadas por los jueces precisamente para impedir que Felipe González asistiera a ellas.

 
Foto: LA NACION 
Pero esto ha servido para mostrar, de manera flagrante, la nula independencia de que goza la justicia en Venezuela, cuyos tribunales y magistrados son meros instrumentos del presidente, Nicolás Maduro, al que sirven y obedecen como perritos falderos.

De otro lado, lo que sí resultó un absoluto fracaso fueron los intentos del gobierno y de los jerarcas del régimen de movilizar a la opinión pública contra González. En un acto tan ridículo como ilegal, el Parlamento, que preside Diosdado Cabello -acusado por prófugos del chavismo a Estados Unidos de dirigir la mafia del narcotráfico en Venezuela-, declaró al líder socialista español persona non grata, pero todas las manifestaciones callejeras convocadas contra él fueron minúsculas, conformadas sólo por grupos de esbirros del gobierno, en tanto que, en todos los lugares públicos donde González se mostró, fue objeto de aplausos entusiastas y una calurosa bienvenida de un público que agradecía el apoyo que significaba su presencia para quienes luchan por salvar a Venezuela de la dictadura.

Su comportamiento, en ese par de días, fue impecable, exento de toda demagogia o provocación. Se reunió con la Mesa de la Unidad Democrática, que agrupa a las principales fuerzas de la oposición, y las exhortó a olvidar sus pequeñas rencillas y diferencias y mantenerse unidas ante el gran objetivo común de ganar las próximas elecciones y resucitar la democracia venezolana, a la que el chavismo ha ido triturando sistemáticamente hasta reducirla a escombros.

Aunque todas las encuestas dicen ahora que el apoyo a Maduro no sobrepasa un 20% de la población y que el 80% restante está en contra del régimen, el triunfo de la oposición no está garantizado en absoluto, debido a las posibilidades de fraude y a que, en su desesperación por aferrarse al poder, Maduro y los suyos puedan recurrir al baño de sangre colectivo, del que ha habido ya bastantes anticipos desde la matanza de estudiantes el año pasado. Por eso es indispensable, como dijo González, que todas las fuerzas de la oposición se mantengan unidas en la próxima confrontación electoral que el régimen, debido a la presión popular, ha prometido para antes de fin de año.

Pero quizás el efecto más importante de la visita de Felipe González a Venezuela, aparte del coraje personal que significó ir allí a solidarizarse con la oposición democrática sabiendo que sería injuriado por la prensa y los gacetilleros del régimen, es el ejemplo que ha dado a la izquierda latinoamericana y europea. Porque hay entre ella, todavía, y no sólo entre los grupos y grupúsculos más radicales y antisistema, sectores que, pese a todo lo que ha ocurrido en los años de chavismo que padece la tierra de Bolívar, alientan todavía simpatías por este régimen y se resisten a criticarlo y a reconocer lo que es: una creciente dictadura cuya política económica y corrupción generalizada han empobrecido terriblemente al país, que tiene hoy día la inflación más alta del mundo, índices tenebrosos de criminalidad e inseguridad callejera, y donde prácticamente ha desaparecido la libertad de expresión y los atropellos contra los derechos humanos se multiplican cada día.

Es verdad que algunos de los defensores del régimen de Maduro, como los presidentes Rafael Correa, de Ecuador; Evo Morales, de Bolivia; el comandante Ortega, de Nicaragua; Cristina Kirchner, de la Argentina, y Dilma Rousseff, de Brasil, lo hacen con hipocresía y duplicidad, elogiándolo en discursos demagógicos, defendiéndolo en los organismos internacionales, pero evitando sistemáticamente imitarlo en sus propias políticas económicas y sociales, muy conscientes de que estas últimas, si siguieran el modelo chavista, precipitarían a sus países en una catástrofe semejante a la que padece Venezuela.

Aunque en Europa el socialismo ha ido convirtiéndose cada vez más en una socialdemocracia, haciendo suyos los valores liberales tradicionales de tolerancia, coexistencia en la diversidad, respeto a la libertad de opinión y de crítica, elecciones libres, una justicia independiente, y comprendiendo que las nacionalizaciones y el dirigismo económico son incompatibles con el desarrollo y el progreso -véanse los esfuerzos que hace la Francia socialista de Hollande y Valls para impulsar el mercado libre, estimular la empresa privada y abrir cada vez más su economía-, todavía en América latina persisten los mitos colectivistas y estatistas. Lo que Hayek llamaba "el constructivismo", la idea de que una planificación racionalmente formulada podía ser impuesta a una sociedad para imponer una justicia y un progreso material que tendría en el Estado su instrumento central, pese a que la historia reciente muestra en los casos del desplome de la URSS y la conversión de China Popular en un país capitalista (autoritario) el fracaso de ese modelo, todavía en América latina sigue siendo la ideología de muchas fuerzas de izquierda uno de los obstáculos mayores para que el continente, en su conjunto, prospere y se modernice como ha ocurrido, por ejemplo, en el continente asiático.

Felipe González prestó un enorme servicio a España contribuyendo a la modernización del socialismo español, que, antes de él y su equipo, estaba todavía impregnado de marxismo, de "constructivismo" económico y no había asumido resueltamente la cultura democrática. Curiosamente, su adversario de siempre, José María Aznar, hizo algo parecido con la derecha española, a la que impulsó a democratizarse y a modernizarse. Gracias a esa convergencia de ambas fuerzas hacia el centro, España, a una velocidad que nadie hubiera imaginado, pasó de una dictadura anacrónica a ser una democracia moderna y funcional, y un país cuya prosperidad, no hace muchos años, el mundo entero veía con asombro. Conviene recordarlo ahora cuando, debido a la crisis, ha cundido ese parricidio cívico que pretende achacar todo lo que anda mal en el país a aquella transición gracias a la cual España se salvó de vivir el horror que está viviendo Venezuela..

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http://www.lanacion.com.ar/1767080-record-de-pobreza-en-venezuelaclaves-americanas

Martes 10 de febrero de 2015 | Publicado en edición impresa
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Claves americanas
Récord de pobreza en Venezuela
Por Andrés Oppenheimer | LA NACIONSEGUIR

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MIAMI.- La historia reciente de Venezuela debería ser de enseñanza obligatoria en todas las universidades del mundo, como ejemplo de un milagro económico al revés: a pesar de haberse beneficiado del boom petrolero más grande de su historia, el país hoy en día tiene más altos niveles de pobreza que antes.

Un nuevo estudio realizado en conjunto por tres importantes universidades venezolanas -la Universidad Católica Andrés Bello, la Universidad Central de Venezuela y la Universidad Simón Bolívar- muestra que, en 2014, el 48,4% de los hogares venezolanos se encontraba por debajo de la línea de pobreza, frente al 45% de los hogares en 1998, antes de que el difunto presidente Hugo Chávez asumiera el poder y el país se beneficiara de casi una década de aumento en los precios del petróleo.

Luis Pedro España, profesor de la Universidad Católica Andrés Bello y coautor del estudio, me dijo en una entrevista telefónica que la encuesta nacional de 5400 personas fue realizada en octubre de 2014, y utilizó la misma metodología que un estudio similar realizado en 1998 por la oficina de estadísticas del gobierno de entonces.

El nuevo estudio de la pobreza contrasta con las cifras del gobierno del presidente Nicolás Maduro, según las cuales la pobreza ha disminuid o bajo la "revolución socialista" de Chávez.

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) del gobierno de Venezuela, la tasa de pobreza ha caído del 44% de los hogares, en 1998, al 27,3% de los hogares en 2013. Sin embargo, el INE no ha publicado las cifras de 2014.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas (Cepal), que utiliza cifras oficiales de Venezuela, informó recientemente que la pobreza en aquel país -incluyendo la pobreza extrema- se incrementó casi 10 puntos porcentuales durante 2013. Sin embargo, la Cepal tampoco proporcionó cifras para 2014.

Cuando le pregunté a España por la disparidad entre su estudio y las estadísticas oficiales de pobreza, dijo que se ha producido una "brutal caída del poder adquisitivo de los venezolanos en 2014", y que la disparidad radica en gran medida en que las cifras del INE y la Cepal no reflejan las cifras de 2014.

Venezuela, que tras la destrucción de gran parte de su sector privado depende de las exportaciones de petróleo para el 96% de sus ingresos externos, es uno de los países más afectados por el colapso de los precios mundiales del petróleo. Después de pasar de 9 dólares por barril, en 1998, cuando Chávez fue elegido, a un récord de 145 dólares por barril en 2008, los precios del petróleo han caído a cerca de 45 por barril actualmente.

La gestión de Chávez y su sucesor, Maduro, espantó a la inversión nacional y extranjera y dio lugar a una escasez generalizada de leche, papel higiénico y otros productos básicos, junto con una tasa de inflación anual de 64%, la más alta del mundo.

Maduro culpa a una supuesta "guerra económica" de la oligarquía y el imperialismo, y cita como ejemplo las recientes sanciones anunciadas por Washington. Sin embargo, Estados Unidos dice que las sanciones se limitan exclusivamente a la revocación de visas de entrada para funcionarios venezolanos acusados de corrupción o violación de los derechos humanos.

Mi opinión: es difícil recordar otro caso de un país que haya recibido tanto dinero en los últimos años y haya terminado más pobre que antes. Según el Banco Central de Venezuela, el gobierno obtuvo 325.000 millones de dólares de exportaciones de petróleo entre 1998 y 2008, más que el PBI de varios países latinoamericanos juntos.

Pero en lugar de aprovechar los buenos tiempos para invertir en educación, ciencia, tecnología e innovación, o por lo menos crear un colchón financiero para los años de las vacas flacas, Venezuela se embarcó en una fiesta populista de subsidios, corrupción y expropiaciones sin sentido. Es una película que hemos visto una y otra vez en América latina, y que invariablemente termina mal.

Ahora, se ha caído el último argumento del mal llamado "Socialismo del siglo XXI", que es el de haber reducido la pobreza. Como lo muestra el nuevo estudio de las tres universidades, el petropopulismo de Venezuela sólo dio lugar a una ilusión pasajera de justicia social, y dejó al país con más pobres que antes.

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