10 diciembre, 2015

nos volveremos a ver

MIÉRCOLES, 9 DE DICIEMBRE DE 2015
http://hombremuerdeperro.blogspot.com.ar/2015/12/nos-volveremos-ver_9.html

Porque cuando llegó desde una nada que era un montón, no la vimos venir, y no entendimos cómo una mujer así podía ser Presidenta.
Eramos tontitos, cancheritos, las mujeres en la cocina, y lavando los platos.
Las mujeres lavando ropa, cobrando menos, siendo menos que nosotros los machitos.


Y sin embargo se plantó con todos, contra todos, desde el lugar que le dimos y nos pidió, sin pedirnos nada a cambio más que seguir adelante, caminando, trabajando, militando, sin aflojar, sin bajar los brazos salvo para levantar un balde, vaciar una zanja, cavar una y tratar de transformar los días, transformar la patria, transformar lo que haya que transformar.

Y nos trajo amor.
Nos trajo amor a manos llenas.
Nos trajo una bandera gigante que besamos para siempre.
Nos trajo al cielo.
Nos trajo un himno a los gritos.
Nos trajo la pasión de la patria, de la manito negra de Zamba, manchada de chipá.
Nos trajo a San Martín, empujó a Sarmiento, corrió a piedrazos a Colón y Juana, la Juana, levanta su espalda en alto para mirar al devenir de una patria que elige vivir o morir, reír o llorar, pero siempre elegir.
Nos trajo al sueño, nos trajo a lo imposible.

Nos trajo a Néstor.
Nos trajo a nosotros.

Nos trajo de la mano desde lo más alto a lo más bajo y nos llevó hasta el cielo en un grito tremendo, como una tormenta de furia mojada por cada lluvia que nos tocó capear.
Nos trajo lo que no pensamos ni esperamos, y aguantó con nosotros.

Aguantó cuando el mundo le dijo que había que pagar lo que otros se robaron.
Aguantó cuando todo salió mal y sus propios funcionarios se mandaron las peores atrocidades.
Aguantó con toda la prensa en contra, con todos los periodistas que ahora van a tener que agarrar una pala y buscarse un laburo honesto porque no van a tener al puchingball político que fue, que fuimos.
Aguantó cuando le tiraron encima a los buitres caníbales que siempre quieren un poquito más del puchero del pobre.
Aguantó cuando Néstor se encendió en la eternidad y ella se quedó acá, sin dejarnos solos ni solas, sin abandonar ni un día, sin irse, sin esconderse, al frente, y entonces nos pusimos los pantalones largos y vimos a hombres y a mujeres que son abuelos, decirle otra vez "madre" a una persona que no los parió.
Aguantó contra los problemas internos que nosotros mismos creamos, desde adentro o desde cerca de adentro.

Aguantó que digan lo que tengan ganas basados en lo que se les ocurra, cada periodista que ahora va a tener que buscar trabajo, cualquier cosa de su hijo, de su hija, de su esposo eterno, de su perro, de su nieto, de su nieta, de su hermana, de su cuñada, de sus amigos, de su madre, de su vida misma.
Aguantó tapas de diarios todos los días, aguantó ofensas, y demoliciones que a cualquier humano los hubiera convertido en un aliento de furia o un pañuelo lleno de lágrimas.

Pero ella aguantó.
Y aguantamos con ella.

Ella fue la que nos condujo, ella es la que nos conduce.
Ella fue el fuego, y ella será el carbón.
Ella fue la sonrisa, y ella será la orden.
Ella fue la Jefa, y ella será la Jefa.
Ella fue una mujer, y ella será una leyenda.
Ella fue un misterio, y ella será una certeza.
Ella fue un proyecto, y ella será el futuro.
Por todo lo hecho.

Ella es.

Por cada viaje de una persona, en avión, a besar a su familia y dormir una siesta después de un asado.
Por cada provechito de un bebé que tomó la leche asignada universalmente por ser hijo.
Por cada memoria y foto sacada tipo selfie frente a los dinosaurios de la feria subida a Facebook.
Por cada persona a la que una mujer le romperá el corazón de grande y que nació por la fertilización asistida.
Por cada historia de amor eterno que se dio en una noche militante (como la mía, Jefa, gracias por mi familia).
Por cada gol gritado en la villa de los pibes y las pibas.
Por cada lágrima de orgullo de saber que nuestra nafta es nuestra.
Por cada jubilado que le regaló a su nietita una Hello Kitty un poco más grande un fin de semana donde no se celebraba nada.
Por cada abuela que conoció otro país (como mi vieja).
Por todas las estudiantes que se recibieron y que pensaron que jamás lo iban a hacer.
Por cada persona que creyó en un Estado y luego no nos eligió porque entendieron que querían otro tipo de Estado.
Por cada laburante que supo que no subía nada más que la ganancia de su Jefe, sino también la posibilidad de tener una tele mejor.

Por todo.
Por todo.

Por todo.


Por cada vida que volvió a ser vida, que conoció su pasado, que supo que su sangre era la más noble, la sangre de un patriota y ahora sabe que los 30.000 fueron muchos más, porque los 30.000 somos todos y todas y somos millones que nunca, nunca, nunca, nunca, nunca vamos a morir porque el sol es inmortal.

Por Cristina.
Viva Cristina.

Viva Cristina por ser tan mujer.
Viva por tener esos ovarios.
Viva por ser yegua.
Viva por estar viva.

Viva por construirnos.
Viva por cuidarnos.
Viva por enseñarnos.
Por nosotros.

Viva por amarnos.
Viva también por equivocarse cuando se equivocó, para esto también estamos aquí.
Viva por su vida.
Viva por su amor.
Por los otros.

Viva por su historia.
Viva por algún día haber dicho y evaluado que podía ser lo que fue y será.
Viva por su cabeza dura.
Viva por su pena.
Viva por su corazón.
Por todos y todas.

Cristina es la que se le murió su amor y no se tomó licencia.
Cristina es la que fue operada del cerebro.
Cristina es la que fue operada de la garganta.
Cristina es la que fue operada por los medios.
Cristina es la que fue operada por los servicios.
Cristina es la que nos señaló el camino.
Cristina es la mujer que no esperamos.
Cristina es la mujer que no pensamos.
Cristina es la que nos convirtió en todo ésto.
Cristina nos hizo separarnos de los malos y unirnos con los buenos, y eso, se lo voy a agradecer para siempre, porque la grieta existe desde que un mono le pegó en la cabeza con un hueso a otro mono para robarle un cacho de carne.
Cristina nos hizo.

La Jefa.
La Jefa fue el objeto de devoción de todos nosotros porque siempre demostraba cuánto más adelante que nosotros estaba.
La Jefa fue el objeto del odio de los periodistas que ahora van a tener que buscar un trabajo, porque la odiaron tanto, porque era mujer, porque era Presidente, porque la popular la ama, porque los barrios la adoran, porque entra en el futuro por la puerta enorme de la memoria y el agradecimiento, por la democracia sin cadena, por la patria gigante, porque hizo del pasado de muchos un futuro de muchos más.

Porque es la pasión.
Porque es el fuego.
Porque es el amor.

Porque es la Patria.

Porque es la Señora Política.
Porque es la paz.
Porque es la unión de los buenos contra los malos.
Porque es el tiempo.
Porque es la década de gloria.
Porque es la bandera, de la patria mía, del pueblo nacida.
Porque es Cristina.

Y porque va a volver.
Porque va a volver.

Porque va a volver, aún sin irse nunca.

Cristina es lo que es, porque fue lo que fue y será lo que será.
Nosotros somos Cristina, nosotros vamos a seguir siendo ella, por millones.
Y no van a alcanzar las manos para tocarla, los besos para tirarle, los recuerdos para extrañarla, las historias que vivimos, las historias que vendrán, y todo lo malo y lindo de la vida.
Cristina es nuestra historia.

Gracias, amor gigante.
Gracias.

Y una cosa más.
No te caigas.
No te dobles.
No te vayas.
No te mueras.
No te calles.
No te guardes.
No te pongas triste.
No llores.
No estés mal.
No estés sola.
No dejes de amarnos.

No envejezcas.
No te enfermes.
No pienses cosas feas.
No nos sueltes.
No mires películas aburridas.
No pierdas el tiempo.
No comas cosas que hacen mal.
No te enojes.
No te pongas nerviosa.
No te dejes engañar.
No te asustes.
Abrigate.
Andá al médico.
No leas cosas feas.

Seguí siendo linda.
Seguí siendo buena.
Seguí siendo madre.
Seguí siendo abuela.
Seguí siendo coqueta.

Seguí siendo Jefa.
Seguí siendo tan Cristina como se puede ser, como lo hiciste, como lo sos.

Te queremos y te queremos de verdad.
Para siempre y hasta el cielo.

No te vamos a olvidar nunca más.
Nos volveremos a ver.

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