03 noviembre, 2009

Embelesate ahora que estas vivo!

Es una maravilla escuchar esta canción de Miguel, si es la versión en vivo mejor aún.
La intensidad que le pone Abuelo, el tono de su voz, la manera que nos lleva de un clima a otro es incomparable.

Miguel

Aquí va la letra solamente para apreciar la altura de su poesía, y si te gusta buscá la música que en alguna parte debe estar.

Miguel, presente, siempre
Miguel poeta, Miguel viajero,
pequeño y gigante,
cantaro que mana pájaros al cielo
Intenso y suave
De voz trinando cristal y tiempo
Rebelde, simple,
Estómago y pulmón, alma en vuelo
Miguel en la tierra
Miguel Abuelo

Un artista grandioso, imprescindible.
Esta letra es un pequeño homenaje.
Gracias Miguel!


Letra de la canción

Buen día, día
Intérprete: Miguel Abuelo


Buen día, día. Día, buen día.
Buen día, perro, mujer buen día.
Arbol buen día, señor buen día.
Buen día, hijo, hermano buen día.
Buen día, dia. día, buen día.
Soy todos tus olvidos
y de todos tus olvidos
aparece mi alimento.

Aqui tu libertad,
aqui tu intención
apelmazada de ser pájaro.
Aqui la piedra de tu risa.
Aqui... mi boca arriba y gritando
Buen día, a todo lo que pasa.
Yo soy el que da rota de tu paso olvidado.
Aquel que te camina,
descalzo entre tus pasos.
Nada sé, no. Nada sé...

Buen día, día. día, buen día.
Buen día, sol, soles buen día.
Tontos buen día, señora buen día.
Buen día, aire, luna buen día.
Aqui tu libertad,
aqui tu intención apelmazada de ser pájaro.
Aqui la piedra de tu risa,
aqui mi boca arriba gritando: Buen día,
a todo lo que pasa.

Juntos cavaremos hasta la superficie de mi tierra.
Tu dolor es amor transformándose en mundo
y una caja es mi cuerpo donde el dolor no cesa.
Adentro mío;
Escarba hoy en tu mano tratando de
ubicarte en la cima.
Embelesate ahora que estas vivo.
Este mundo era ya una loqueria.
Vamos...adelante.
Llevaras todo junto,
llanura y vegetal entrelazado.
Agua sobre fuego y fuego bajo tierra.
Sé bien que tus coros se pondrán
contentos.

Vamos...adelante.
Que suba lo que crece.
Lo que se fue se vaya.
Aqui voy yo.
El que río y río
bajo y sobre las vertientes.
Aqui voy yo,
el que tentó al amigo.
Oíd, oíd, que hermoso ría que suena en tí
llamando, humano, humano, humano...

El pensamiento corre,
el cuerpo baila.
Los ojos iluminan.
La voz llega y escapa.
Por que trastocar la lozanía
que hay en tu alma?
Ah! La estridente coraza.
Oh! La enfrascadora jornada.
Brindo contigo, Holderlin.
Por lo gratis, al bendición etérea.
Y oíganse las manos serviciales.
La tares del amor,
creativo y fraternal.

Buen día, remanso, tempestad buen día.
Buen día, ruta, muerte buen día.
Buen día, día.
Ey! Y si hubieras contraido
compromiso con la muerte?
Y si hubieras muerto acaso?
Peleando o creyendo.
O intentando escaleras para atrapar las
espaldas del cielo?
Hubieras llevado gloria hacia allá
(hacia desde donde ya no se vuelve)
Pero también, hubieras dejado fábula,
utopía y polvo
entre mis cofrades mortales.

Pobre eres si no llevas repletas las arcas
de tu corazón.
Idiota perdido aquel que no se reconozca en un
odio insensato.
Que imbécil no verá su pasión mas
desjuiciada.
Y que clase de rico será
quien no lleve todo junto y en un solo puño
la psiquis y el latido de su pueblo.

Buen día, dia. día buen día.
Buen día estrella, humildes buen día.
Buen día cerca, lejos buen día.
Buen día, buenos locos buen día.
Buen día, mañana. Traición buen día.
Del ultimo sueño vengo,
del ultimo sueño soñado.
Han caído cortezas de mí.
Imperios han venido y desaparecido.
He comido el pan de la locura.
He sido cuerpos de otros cuerpos
y me he despertado en fiestas y caídas.

He sido celoso como mi ángel guardián
y paciente como las arañas.
Tanto he dormido en el azul barro del
invierno como he vuelto desde la blanca luz
de los ciegos del mundo desierto
entre cactus, reptiles y minerales.
Buen día, dia. día, buen día.
Mi joven realidad ya no se busca
en los reflejos de un espejo astillado.
No quiero ser un barco anclado
sobre un río tormentoso.

¡He venido a mover y darle
marcha a la fanfarria!
me fecunda la música que tonifica
el cura.
Los poetas me acusan de deber ser
valiente.
Las artes para siempre,
las musas sin cadenas.
Huelo, como vino, juego.
Me recuesto cara al cielo.
y mi reposo goza en la paz de cada origen.

Buen día, dia.
Adiós barcos anclados sobre torrentosas aguas.
Adiós espejos astillados.
No nosotros, regocijo del rocío
sobre narices espléndidas.
No, no, no,
no nosotros
elásticos enhebradores de deseos.
Buen día, dia.
Buen día, futuro venturoso.
Buen día, dia.

Tomado de http://www.rock.com.ar/letras/7/7224.shtml
Gracias!

Los Aché-Guayakí

"Las pocas fotografías que tomé son ahora testimonios de difuntos, no sabía entonces que casi todos ellos morirían de epidemias evitables en los próximos años..."



Por Miguel Alberto Bartolomé

Referirme ahora a la cuarta parcialidad implica abordar tanto problemas etnográficos, como incursionar en una reciente y trágica historia que no puedo evitar evocar. Se trata de los Aché-Guayakí, de un pueblo cazador y recolector, hablante de una variante del guaraní, pero cuyos orígenes étnicos no han podido ser aclarados hasta el presente8. Su historia es tan confusa y contradictoria como su futuro, a pesar de haber conocido una efímera celebridad para alguna opinión pública, a partir de las denuncias de genocidio efectuadas desde sus primeras salidas (o “sacadas”) de la selva en 1959 y asentamiento en precarias reservaciones (B. Meliá y C. Munzel,1971; M. Münzel, 1973,1974). Si bien hay informaciones sobre ellos desde la más temprana época colonial e incluso intentos de sedentarización realizados por el hacendado e intelectual austriaco F. Mayntzhusen entre 1910-1914 (en Meliá y Munzel, op.cit), durante siglos los Aché mantuvieron su independiente vida de cazadores recolectores en las selvas orientales, rehuyendo en lo posible el contacto con otros grupos y con los no-indígenas.



Esta vida libre incluyó dentro de la economía predatoria Aché el saqueo en pequeña escala de las plantaciones de campesinos y guaraníes. La constante confrontación hizo que, hasta la década de 1970, matar Guayakies en el Paraguay no fuera considerado un delito y las expediciones de “caza de indios” bastante frecuentes, en las que se mataba a los adultos y se secuestraban niños para criarlos como sirvientes. Su fama de “arcaicos cazadores paleolíticos y antropófagos”, motivó también un cierto interés científico que se fue materializando a través de las investigaciones lingüísticas de L. Cádogan (1963,1964) y de la conocida etnografía vivencial de Pierre Clastres (1972), la que sin embargo elude tratar la crisis representada por la sedentarización forzada.



No corresponde aquí reeditar la polémica provocada por la torpe actitud estatal que determinó la muerte de centenares de Aché entre 1970 y 1978, víctimas de las epidemias contagiadas por sus “protectores” institucionales, las que podrían haber sido evitadas con adecuadas medidas sanitarias. El hecho es que se reeditó, casi quinientos años después, la compulsión biótica que produjo la invasión europea en tierras americanas. En cuanto a las cacerías, los cálculos oscilan para el periodo de contacto inicial de 1962-1972 entre 600 Aché norteños muertos (M. Müenzel,1974:4) y “sólo” 52 (K.Hill,1983:160). Cuando llegué a la reservación de Arroyo Morotí, en 1969, percibí que las cosas estaban mal, pero no pensé que podían llegar a ser mucho peores. Hombres y mujeres fuertes y pequeños, muchos de una pálida blancura inesperada, de aspecto tan desconcertante para mí como el mío para ellos, me recibieron con cierto desconfianza observando cada uno de mis actos, al igual que yo observaba los suyos; faltaba aún casi una década para que la última banda libre se rindiera en 1978.
 
Las pocas fotografías que tomé son ahora testimonios de difuntos, no sabía entonces que casi todos ellos morirían de epidemias evitables en los próximos años.


Texto tomado de:

Amerique Latine Histoire et Memoire

http://alhim.revues.org/index120.html#tocto1n4


Imágenes: http://www.public.asu.edu/~krhill3/Ache.html