29 noviembre, 2012

Los Aché : Nómadas de la Selva subtropical


fuente: http://www.linaje.org/selva_sub_tropical.php#*

Tradicionalmente, los Aché eran nómadas y se dedicaban a la cacería y recolección de miel, frutos y raíces silvestres en el más profundo de las selvas subtropicales del Paraguay oriental; privilegiaban, en su nomadismo, la búsqueda de los palmerales de pindó (Syagrus spp.) por ser la harina, el almidón y las frutas de esta palmera, los ingredientes rituales y esenciales de su alimentación.

La ruptura decisiva del nexo milenario forjado por los Aché con el bosque subtropical y su biodiversidad, ocurre en los años 70, bajo el gobierno del Gral. Stroessner. Entre 1970 y 1978, la dictadura militar emprende la salida forzada del bosque de los últimos grupos de Aché septentrionales no contactados o en aislamiento voluntario, llevando a cabo el despojo irreparable de la totalidad de su territorio ancestral, y desencadenando un ciclo de epidemias que aniquilaron a cerca de 40% de la población de los Aché norteños.

Los sobrevivientes fueron desplazados, llevados en la “Colonia Nacional Aché-Guayakí” de CERRO MOROTI, y sometidos a vejámenes (consumo forzado de la sal, prohibición de los ritos tradicionales, imposición del “caciquismo”, evangelización,…) por parte de los militares y misioneros norteamericanos de la ‘NEWS TRIBES MISSION’, primeros administradores de dicha reserva.

Esta tragedia - más conocida como el “genocidio aché” [1] - es denunciada internacionalmente en 1973 y luego a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que presiona a la dictadura militar a partir de 1974.

17 noviembre, 2012

Evita

Ilustración: Daniel Santoro
El poema que María Elena le dedicó a Eva Perón

Calle Florida, túnel de flores podridas.
Y el pobrerío se quedó sin madre
llorando entre faroles sin crespones.
Llorando en cueros, para siempre, solos.
Sombríos machos de corbata negra
sufrían rencorosos por decreto
y el órgano por Radio del Estado
hizo durar a Dios un mes o dos.
Buenos Aires de niebla y de silencio.
El Barrio Norte tras las celosías
encargaba a París rayos de sol.
La cola interminable para verla
y los que maldecían por si acaso
no vayan esos cabecitas negras
a bienaventurar a una cualquiera.

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Flores podridas para Cleopatra.
Y los grasitas con el corazón rajado,
rajado en serio. Huérfanos. Silencio.
Calles de invierno donde nadie pregona
El Líder, Democracia, La Razón.
Y Antonio Tormo calla "amémonos".
Un vendaval de luto obligatorio.
Escarapelas con coágulos negros.
El siglo nunca vio muerte más muerte.
Pobrecitos rubíes, esmeraldas,
visones ofrendados por el pueblo,
sandalias de oro, sedas virreinales,
vacías, arrumbadas en la noche.
Y el odio entre paréntesis, rumiando
venganza en sótanos y con picana.

Y el amor y el dolor que eran de veras
gimiendo en el cordón de la vereda.
Lágrimas enjuagadas con harapos,
Madrecita de los Desamparados.
Silencio, que hasta el tango se murió.
Orden de arriba y lágrimas de abajo.
En plena juventud. No somos nada.
No somos nada más que un gran castigo.
Se pintó la República de negro
mientras te maquillaban y enlodaban.
En los altares populares, santa.
Hiena de hielo para los gorilas
pero eso sí, solísima en la muerte.
Y el pueblo que lloraba para siempre
sin prever tu atroz peregrinaje.
Con mis ojos la vi, no me vendieron
esta leyenda, ni me la robaron.

Días de julio del 52
¿Qué importa dónde estaba yo?

II

No descanses en paz, alza los brazos,
no para el día del renunciamiento
sino para juntarte a las mujeres
con tu bandera redentora
lavada en pólvora, resucitando.

No sé quién fuiste, pero te jugaste.
Torciste el Riachuelo a Plaza de Mayo,
metiste a las mujeres en la historia
de prepo, arrebatando los micrófonos,
repartiendo venganzas y limosnas.
Bruta como un diamante en un chiquero
¿Quién va a tirarte la última piedra?

Quizás un día nos juntemos
para invocar tu insólito coraje.
Todas, las contreras, las idólatras,
las madres incesantes, las rameras,
las que te amaron, las que te maldijeron,
las que obedientes tiran hijos
a la basura de la guerra, todas
las que ahora en el mundo fraternizan
sublevándose contra la aniquilación.
Cuando los buitres te dejen tranquila
y huyas de las estampas y el ultraje
empezaremos a saber quién fuiste.
Con látigo y sumisa, pasiva y compasiva,
única reina que tuvimos, loca
que arrebató el poder a los soldados.
Cuando juntas las reas y las monjas
y las violadas en los teleteatros
y las que callan pero no consienten
arrebatemos la liberación
para no naufragar en espejitos
ni bañarnos para los ejecutivos.
Cuando hagamos escándalo y justicia
el tiempo habrá pasado en limpio
tu prepotencia y tu martirio, hermana.
Tener agallas, como vos tuviste,
fanática, leal, desenfrenada
en el candor de la beneficencia
pero la única que se dio el lujo
de coronarse por los sumergidos.
Agallas para hacer de nuevo el mundo.
Tener agallas para gritar basta
aunque nos amordacen con cañones.

María Elena Walsh
fuente: acá

12 noviembre, 2012

el (mal) ejemplo argentino

Cuando se observa el tratamiento que recibe Argentina en el mundo financiero mundial, con altas tasas de crédito, riesgo país elevado, persecución minuciosa por el pago a fondos buitres y se hacen evidentes las adhesiones incluso dentro del país a los intereses foráneos no se puede dejar de atender a este tipo de manifestaciones de pensadores como Chesnais (también los casos de Stiglitz y Petras) porque allí recide el origen del encono y los ataques: el mal ejemplo no puede difundirse, no puede extenderse la idea de que el modelo se agota y ya no tiene nada bueno que ofrecer.
IXX