21 junio, 2010

Detrás de la blanca nieve…

El Bariloche que no se ve - Gerardo Wilgenhoff y Mariana Ávila

Artículo publicado en El Aromo nº 52

San Carlos de Bariloche es considerada, junto con Mar del Plata, una de las dos ciudades turísticas más importantes del país. Año a año asisten miles de turistas nacionales e internacionales a disfrutar de su paisaje. Esta situación ha desembocado en una representación distorsionada de la ciudad que choca con la realidad objetiva. Efectivamente, se trata de imágenes prototípicas de Bariloche. Se impone una situación ficticia, alejada de su verdadero contenido social. Los conflictos sociales, por lo tanto, son excluidos de toda lógica. Sin embargo, la verdadera situación está muy alejada del mito. Determinadas circunstancias nos revelan, con desnuda evidencia, que Bariloche tiene también su lado oculto. Veamos el asunto un poco más de cerca y descubriremos que la mal llamada “Suiza Argentina” no es más que una ciudad irritada por sus propias contradicciones.


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15 junio, 2010

Palabras autorizadas

Palabras autorizadas (Julio Lacarra)






viajo en los trenes y repaso historias
del ayer, de hoy, del por si acaso
y dan vueltas las dudas, las probables respuestas
al porque de la angustia y el cansancio
lo incierto de la espera nos acorrala
y sentimos los brazos en la espalda
sin atinar decirnos quien recobra el destino
y disipa la bruma de este mapa


Ay duro es pedirle al otro cambiar la cara
si es el espejo tuyo con otra traza
por esa agra sonrisa convencidos del drama
de urgencias venimos, no es para sentarnos
a escuchar palabras autorizadas


viajo en los trenes y sirve la herida
para seguir curandome de espanto
aumento desconfianza en las flacas promesas
que nos tienen de hoy para mañana
nos dejemos de ser los de los sueños
esos muchachos siempre a contramano
renegando de frases que proclaman la nada
diccionario ilustrado del fracaso


Ay duro es pedirle al otro cambiar la cara
si es el espejo tuyo con otra traza
por esa agra sonrisa convencidos del drama
de urgencias venimos, no es para sentarnos
a escuchar palabras autorizadas