29 marzo, 2015

Zizek : “Estoy harto de esa izquierda que ni siquiera desea ganar”

Zizek : “Estoy harto de esa izquierda que ni siquiera desea ganar”

th (1)Entrevista al filósofo Slavoj Zizek

“Estoy harto de esa izquierda marginal que no solo sabe que nunca llegará al poder, sino que secretamente ni siquiera lo desea”.

Ilya U. Topper de MSur

http://constituyentes.org/zizek-estoy-harto-de-esa-izquierda-que-ni-siquiera-desea-ganar/

26 marzo, 2015

Intenciones.

Impresionante portada de Diario Clarín de abril de 1976.
En los titulares se aprecian los claros objetivos de la dictadura y sus principios neoliberales.
Liberación de precios (excepto salarios).
Nuevo régimen impositivo.
Aumento de tarifas.
Libre circulación de los capitales.
De manual.
Es notable la libertad ampliada para la circulación de divisas y la restricción para los salarios que curiosamente para esta ideología no son un "precio" a liberar sino a controlar.





Hitler en Bariloche Por Teodoro Boot.

Un descubrimiento sen-sa-cio-nal


En su novela Deadeye Dick (traducida, según los casos y la imaginación editorial, El francotirador o Buena puntería) Kurt Vonnegut narra en primera persona la historia de Rudy Waltz, un irresponsable muchachito que a los 13 años precipita el derrumbe familiar y la desgracia de su padre Otto, al asesinar a una mujer embarazada mientras ensayaba puntería con un fusil de caza mayor.

Entrevista a Teodoro Boot en El Argentino

Una vieja entrevista a Teodoro Boot.

Información General

Entrevista a Teodoro Boot

18/04/09 |EL ARGENTINO dio con el paradero de Teodoro Boot, un periodista escritor que hace tiempo dejó atrás el medio siglo de vida y ahora se acerca, despacio, a los sesenta años de edad. Autor de “Pureza étnica”, “No me digas que no”, “Crímenes impunes” y de la novela “Esperénme que ya vuelvo”, entre otros títulos.

Milicos por Hugo Soriani

MILICOS

Juan José Salinas25/03/2015Exterminio, Política nacionalFuerzas Armadas, Genocidio, Soberanía

Me gustó esta contratapa de Página/12 escrita por su gerente, Hugo Soriani, con quien tuve muchos más menos que mas desde que el diario existe (antes, cuando él era “El Biafra”, apenas nos conocíamos a través de un amigo común, Yoyi, luego desaparecido voluntario). Soriani estuvo muchos años preso en el penal militar de Magdalena y tiene una mirada profunda y compleja sobre los militares, con los que convivió forzadamente tanto tiempo. Por un breve comentario que cruzamos en ocasión de arrojarse las cenizas de John William Cooke al río en el Parque de la Memoria me pareció que teníamos visiones concordantes en momentos en que es obvio que, además de memoria, verdad y justicia, necesitamos unas fuerzas armadas nacionales y populares, custodia de nuestros recursos naturales, industriales y humanos. Y este texto me lo ha confirmado.

25 marzo, 2015

La foto soviética de Berlín 1945

El periódico español ABC cuenta sobre la famosa foto tomada en el Reichstag cuando ingresaron las tropas soviéticas en 1945.


En 1945, un experto organizó una estudiada sesión fotográfica para hacer creer al mundo que los soldados de Stalin habían hecho ondear la bandera roja en el Reichstag.


La increíble mentira soviética sobre la fotografía más famosa de guerra

MANUEL P. VILLATORO / MADRID
Día 23/03/2015 - 09.31h ABC

Finales de abril de 1945. Berlín es sólo una sombra de la ciudad que un día fue durante el Tercer Reich. En las calles donde antes paseaban orgullosas a paso de ganso las tropas de Adolf Hitler, ahora se lucha encarnizadamente por impedir inútilmente que los aliados avancen. Repentinamente, en la azotea del Reichstag (la sede del parlamento alemán), un soldado soviético avanza hasta el punto más alto del edificio e iza una bandera roja ataviada con la hoz y el martillo. El acto significa la derrota de los nazis en la Segunda Guerra Mundial y, debido a su importancia y su simbolismo, es capturado por un atrevido y suertudo fotógrafo. Esta es la versión oficial que se explicó al mundo desde la U.R.S.S. en relación a una de las instantáneas más famosas de la contienda, unos sucesos que nada tienen que ver con la realidad.

Elementos que fueron modificados sobre la fotografía principal.

Y es que, esta instantánea no fue fruto del azar ni se produjo durante la contienda, sino que fue realizada en una curiosa sesión fotográfica varios días después de que los combates hubieran cesado. Todo ello, por orden de un avispado fotógrafo con ganas de ganarse un hueco en la Historia. No contento con eso, el «artista» realizó además varios retoques en la imagen una vez que fue revelada para que causase el mayor impacto posible entre la población e, incluso, con el objetivo de que escondiera algunas vergüenzas del «glorioso Ejército Rojo». Esta gran mentira logró convencer a la población hasta la caída de la U.R.S.S. (momento en que la verdad sobre esta operación de propaganda salió a la luz).

Esta curiosa historia es una de las tantas que se pueden leer en «Las 100 mejores anécdotas de la Segunda Guerra Mundial», la tercera reedición de la famosa obra del historiador y periodista Jesús Hernández. Este libro, concretamente, fue con el que este experto en la Segunda Guerra Mundial se dio a conocer en el ámbito editorial en 2003. «Hoy muchos lectores saben de mi gracias a obras como “Enigmas y misterios de la Segunda Guerra Mundial” o “Breve Historia de la Segunda Guerra Mundial”, pero no tienen en su poder el libro con el que me di a conocer. Por eso lo he reescrito, he actualizado todos los datos y he añadido información que me ha parecido interesante para completarlo», afirma el autor en declaraciones a ABC.

La toma del Reichstag
Para entender la importancia de esta instantánea (conocida a la postre como «Alzando una bandera sobre el Reichstag», tal y como corroboran expertos como Gregorio Doval) es necesario viajar en el tiempo hasta el 16 de abril de 1945. Y es que, fue exactamente ese día cuando comenzó la Batalla de Berlín. Es decir, la última defensa a ultranza de la capital del Reich por parte de las escasas tropas alemanas que aún rendían culto a Hitler. En aquella época ya no era ningún misterio que los aliados (especialmente los soviéticos, quienes disponían de más de dos millones y medio de soldados y 6.000 carros de combate) avanzaban con el cuchillo entre los dientes hacia el último reducto del Führer.

En su contra, el que fuera uno de los líderes más poderosos de la primera mitad del SXX apenas pudo interponer 800.000 combatientes. Y la mayoría de ellos, además, no eran más que unos pobres niños reclutados de las «Juventudes Hitlerianas» con falsas promesas de gloria y un futuro imperio alemán comandado por un Hitler que, según les decían, resurgiría de sus cenizas. Mentiras. Estos pequeños soldados estaban acompañados, a su vez, de miles de ancianos armados y entrenados a la carrera por los restos de las escasas unidades que habían logrado sobrevivir a los continuos combates los aliados en media Europa. Eran, en definitiva, los estertores de muerte de un Reich que trataba de tomar sus últimas bocanadas de aire aún a sabiendas de que la suerte estaba más que echada.

Con el paso de los días, la situación se recrudeció todavía más para los defensores, quienes –a pesar de todo- estaban resueltos a defender al Führer. Un líder que, para muchos, ya había perdido la cabeza hacía semanas. «El 23 de abril, el general Weidling, comandante de la batalla de Berlín, informó a Hitler de que solo quedaba munición para dos días de combate. No obstante, afirmó que defendería sus posiciones mientras el cerco soviético se cernía sobre la ciudad, a escasas manzanas del búnker donde Hitler se sumía en sus delirios. El 30 de abril, Berlín era un infierno encarnizado en el que los rusos tenían un objetivo primordial: capturar el simbólico Reichstag, defendido con vigor por su guarnición», explica Chriss Mann en su obra «Las Grandes Batallas de la Segunda Guerra Mundial».

La misión de los soviéticos no era sencilla, pues entre los muros del edificio gubernamental se defendían nada menos que 5.000 miembros de las tristemente famosas Waffen-SS, las tropas más ideologizadas de toda Alemania. «El Reichstag se convirtió en una auténtica fortaleza. Para ello se minaron todas las calles que conducían al edificio, se colocaron barricadas y se cavaron trincheras y fosas antitanque. Los alemanes dispusieron varias piezas de artillería en el exterior y se hicieron fuertes en los sótanos, reforzados con vigas de hormigón y acero», determina Hernández en su obra «Las 100 mejores anécdotas de la Segunda Guerra Mundial».

A pesar de la defensa a ultranza del Reichstag, los soviéticos sabían del golpe moral que supondría para sus enemigos perder este edificio. Por ello, los rusos cargaron sus fusiles Mosin-Nagant y sus subfusiles PPSh para, a finales de abril, tomarlo al precio que costara. Y es que, como es mundialmente conocido gracias a la «Orden 227», Stalin no tenía problema en anteponer los objetivos a la vida de miles de sus soldados. A los militares del Ejército Rojo no les quedó más, finalmente, que combatir por cada una de las habitaciones del enclave para expulsar de él a los soldados de las SS.

La gran mentira
En medio de aquel caos, en medio de toda aquella vorágine de muerte, la versión oficial del gabinete de Stalin afirma que el 30 de abril (cuando todavía no se había tomado totalmente el Reichstag y aún resistían varios cientos de alemanes en varias de sus salas) un soldado soviético logró llegar hasta el tejado del edificio. Una vez allí, descolgó la bandera con la esvástica e hizo ondear el paño soviético con la hoz y el martillo simbolizando así la toma de Berlín. Aquel momento –según lo que contó la U.R.S.S.- fue tan impactante que un fotógrafo lo inmortalizó para la posteridad con su cámara, dando lugar a una de las instantáneas más conocidas de toda la Segunda Guerra Mundial. La verdad es bien diferente, pues la imagen fue un montaje que se realizó el día 2 de mayo en base a lo que, según algunos combatientes, había sucedido varias jornadas antes, pero había sido imposible de inmortalizar.

«La apertura de los archivos secretos de la Unión Soviética tras su disolución desmintió que la imagen fuera de aquel día. El fotógrafo de guerra Yevgeni Jaldéi (1917-1997), de la agencia de prensa TASS, preparó la escena el 2 de mayo, cuando el Reichstag estaba ya asegurado. Para ello pidió a varios soldados que posasen de esa manera, colocando la bandera en la parte más alta del edificio. De las numerosas fotos resultantes de la sesión, escogió la que luego se haría mundialmente conocida», explica Hernández en su obra. Al parecer, lo único que pretendían los soviéticos era hacer una instantánea igual de impactante que la de los americanos en Iwo Jima.

Con todo, esa no fue la única «trampa» que protagonizaron los soviéticos con dicha fotografía. Y es que, una vez que la instantánea llegó a Moscú, los mandamases de la época decidieron que no era todo lo que heroica que debía ser y que necesitaba algún que otro retoque para quedar perfecta. El primero de ellos fue eliminar uno de los dos relojes que el soldado del Ejército Rojo que portaba la bandera tenía en una de sus muñecas.

Puede parecer algo absurdo, pero la razón es bastante sencilla: lo había obtenido saqueando los cadáveres de los soldados alemanes asesinados por sus compañeros aquel día. No se podía tolerar que el resto de los mortales supieran ese dato, así que fue eliminado. A su vez, y tal y como señala Hernández en su obra, fueron añadidas dos columnas de humo en el fondo de la imagen para que la situación de Berlín pareciese más dramática.

Montado el teatro, ya sólo quedaba difundir la fotografía y esperar a que se hiciese famosa. «La histórica instantánea sería publicada por primera vez el 13 de mayo en la revista ilustrada Ogonyok; a partir de entonces sería ampliamente reproducida en todas las publicaciones soviéticas e, incluso, en sellos de correos», explica el historiador en su libro. Finalmente, la prensa hizo el resto del trabajo y «Alzando una bandera sobre el Reichstag» se convirtió pronto en todo un símbolo de la victoria de la U.R.S.S. sobre Adolf Hitler y sobre el nazismo. Acababa una guerra, pero comenzaba una leyenda… falsa.

Con todo, a día de hoy se desconoce quién fue el artífice de esta operación aunque, como en todo, no faltan las teorías. Hernández, tras llevar a cabo las pertinentes investigaciones, apunta directamente al «camarada Stalin», aunque explica que es imposible corroborarlo: «Se ha especulado con que fue el propio Stalin el que animó al Departamento de Propaganda a conseguir esta histórica fotografía al contemplar con envidia la gran difusión que estaba teniendo la imagen de los soldados norteamericanos izando la bandera de las barras y estrellas en Iwo Jima. Por lo tanto, según esta hipótesis, el dictador soviético decidió contrarrestarla con una escena similar».

¿Quién puso la bandera?
Además de esta operación secreta de propaganda, los soviéticos también mintieron en torno a quien fue el encargado de izar la bandera sobre el Reichstag. En principio, se consideró que el responsable fue un sargento georgiano llamado Meliton Kantaria (el cual fue condecorado como héroe de la Unión Soviética). Sin embargo, con el paso de los años y las sucesivas investigaciones históricas el honor fue pasando de soldado en soldado.

«En realidad, ese honor debía corresponder al hombre que realmente colocó por primera vez la bandera roja en el emblemático edificio, a las 22:40 del 30 de abril de 1945: el ruso Mijail Petrovich Minin. Cuando todavía se estaba combatiendo en las salas y pasillos del Reichstag, Minin y otros tres hombres se ofrecieron para subir a la azotea y plantar allí la bandera, con la promesa de sus superiores de que, si lo conseguían, serían nombrados héroes de la Unión Sovíetica», explica Hernández. No obstante, la operación de propaganda hizo que no recibieran tal honor hasta 1995.

http://www.abc.es/cultura/libros/20150323/abci-fotografia-famosa-guerra-201503201843.html?ns_campaign=GS_MS&ns_mchannel=abc_cultura&ns_source=FB&ns_fee=0&ns_linkname=CM

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Naomi Klein: El sistema capitalista y el cambio climático

¿Podemos detener el calentamiento global? Sólo si cambiamos de modo radical nuestro sistema capitalista, sostiene la ensayista Naomi Klein. En una entrevista con el semanario alemán Der Spiegel,  explica por qué ha llegado el momento de abandonar los pequeños pasos en favor de un enfoque radicalmente nuevo.
Esto lo detalla en su libro de reciente aparición en castellano, Esto lo cambia todo, el capitalismo contra el clima.

Naomi Klein: El sistema capitalista que tenemos ha causado el cambio climático

16mar2015
Klaus Brinkbäumer


–  ¿Por qué no consigue la gente detener el cambio climático?
– Mala suerte. Mal momento. Muchas coincidencias lamentables.
- ¿La catástrofe equivocada en el momento equivocado?
– El peor momento posible. La conexión entre gases de invernadero y calentamiento global viene siendo una cuestión política central para la humanidad desde 1988. Fue precisamente la época en que cayó el Muro de Berlín y Francis Fukuyama certificó “el fin de la Historia”, la victoria del capitalismo occidental. Canadá y los EE.UU. firmaron el primer acuerdo de libre comercio, que sirvió de prototipo para el resto del mundo.

Empresas periodísticas en LatAm por Roberto Baschetti.

¿Qué influencias ves en estos grupos mediáticos para el futuro de la democracia argentina?
R.B.: Su influencia es muy grande y formadora de opinión entre una clase media volátil ideológicamente, que tiene como único “norte” mantenerse como tal, como clase media, aunque sea necesario pisar cabezas para conservar su “status quo”. Formada en la escuela sarmientina y en el esfuerzo individual como único motor de progreso, siempre terminan pagando el “pato de la boda” cuando hay recesiones, devaluaciones, y políticas económicas entreguistas por parte de los grupos concentrados de poder. Se empobrecen, se pauperizan y nuevamente a volver a empezar, corriendo detrás de la zanahoria inalcanzable. Pero sorprendentemente no se dan cuenta (o no se quiere dar cuenta) porque es mucho más fuerte su odio a los “negros”, al “populismo”.

24 marzo, 2015

Marilyn en la playa


Aquella tarde se despidió del mar.
El sol se puso rojo lentamente y mientras ella lo seguía se fue aplastando sobre la comba oscura del océano.
Las burbujas del champán aún le hacían cosquillas en la nariz y la brisa salada acompañaba el suave aroma de su piel hacia las dunas.
Se abrazó como intentando contener esa mezcla de gozo momentáneo y una leve melancolía.
Muy cerca, no hace tanto, una pequeña jugueteaba y bailaba en la arena, hacía piruetas y bailaba en torno a una sombrilla a rayas.

IXX-mar2015

20 marzo, 2015

Les Sabines par Marcel Aymé

Desnudo bajando la escalera de Duchamp.

"Il y avait à Montmartre, dans la rue de l'Abreuvoir, une jeune femme prénommée Sabine, qui possédait le don d'ubiquité. Elle pouvait à son gré se multiplier et se trouver en même temps, de corps et d'esprit, en autant de lieux qu'il lui plaisait souhaiter. Comme elle était mariée et qu'un don si rare n'eût pas manqué d'inquiéter son mari, elle s'était gardée de lui en faire la révélation et ne l'utilisait guère que dans son appartement, aux heures où elle y était seule. Certains après-midi d'hiver ou de grande pluie qu'elle avait peu d'entrain à sortir, il arrivait aussi à Sabine de se multiplier par dix ou par vingt, ce qui lui permettait de tenir une conversation animée et bruyante qui n'était du reste rien de plus qu'une conversation avec elle-même. Antoine Lemurier, son mari, était loin de soupçonner la vérité et croyait fermement qu'il possédait, comme tout le monde, une femme indivisible. Une seule fois, rentrant chez lui à l'improviste, il s'était trouvé en présence de trois épouses rigoureusement identique aux attitudes près, et qui le regardaient de leurs six yeux pareillement bleus et limpides, de quoi il était resté coi et bouche un peu bée. Sabine s'étant aussitôt rassemblée, il avait cru être victime d'un malaise, opinion dans laquelle il s'était entendu confirmer par le médecin de la famille, qui diagnostiqua une insuffisance hypophysaire et prescrivit quelques remèdes chers.
Un soir d'avril, après dîner, Antoine Lemurier vérifiait des bordereaux sur la table de la salle à manger et Sabine, assise dans un fauteuil, lisait une revue de cinéma. Levant les yeux sur sa femme, il fut surpris de son attitude et de l'expression de sa physionomie. La tête inclinée sur l'épaule, elle avait laissé tomber son journal. Ses yeux agrandis brillaient d'un éclat doux, ses lèvres souriaient, son visage resplendissait d'une joie ineffable. Emu et émerveillé, il s'approcha sur la pointe des pieds, se pencha sur elle avec dévotion et ne comprit pas pourquoi elle l'écartait d'un mouvement impatient. Voilà ce qui s'était passé."



Había en Montmartre, en la calle del Comedero, una joven llamada Sabine, que poseía el don de la ubicuidad. Podía multiplicarse a voluntad y estar al mismo tiempo, el cuerpo y el espíritu, en tantos lugares como quisiera. Como ella estaba casada y un raro don no habría dejado de molestar a su marido, se cuidaba de revelarselo y el poco utilizado en su apartamento, las horas en que ella estaba sola. De mañana pór ejemplo saliendo del baño, ella se desdoblaba o triplicaba por la comodidad de examinar su maqullaje, su cuerpo y su conducta. Una vez finalizado el examen se apura por reensamblarse es decir de fundirse en una solo persona. Algunos tardes de invierno o fuerte lluvia que era poco entusiasmo para salir, él también pasó a Sabine multiplicar por diez o veinte años, lo que le permite mantener una conversación concurrida y ruidosa n ' el resto no era más que una conversación consigo mismo. Antoine Lemurier su marido, subjefe en lo contenciosos de SBNCA, estaba lejos de sospechar la verdad y firmemente creía que tenía, como todo el mundo, mujer indivisible. Una vez, volviendo a casa inesperadamente, se encontró en la presencia de tres esposas exactamente las mismas actitudes acerca y mirando a los ojos de sus seis azul igualmente claro, a lo que permaneció en silencio y la boca entreabierta. Sabine se está recogiendo una vez que él había creído que es víctima de un malestar, opinión en la que él había oído confirmado por el médico de cabecera, quien le diagnosticó insuficiencia hipofisaria y prescrito algunos remedios caros.Una noche de abril, después de la cena, Antoine Lemurier resbalones de cheques en la mesa del comedor para comer y Sabine, sentado en una silla, leyendo una revista de cine. Mirando a su esposa, que estaba sorprendido por su actitud y la expresión de su rostro. La cabeza inclinada sobre el hombro, se le había caído su periódico. Sus ojos brillaban con suave resplandor ampliada, sus labios sonreían, su rostro brillaba con gozo inefable. Emocionado y sorprendido, caminó de puntillas, se inclinó sobre ella con devoción y no entendían por qué ella lo apartó con un movimiento impaciente. Eso es lo que pasó.
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Les Sabines
Fran Cité, №2, janvier 2001

Marcel Aymé"Les Sabines" est la nouvelle qui fait partie du recueil "Le passe-muraille" publié par Marcel Aymé en 1943. A mi-chemin entre le conte fantastique et le conte philosophique, ces nouvelles s'enracinent aussi dans une réalité terriblement concrète: l'occupation allemande, quand la vie se présente comme une tragédie, mais jouée par des fantoches. L'histoire fantasmagorique qui commence à Montmartre, tellement aimé de cet écrivain, fait renaître l'ambiance de ce village "à part" de Paris, immortalisé par ses peintres, ses artistes et son style de vivre.
Possédant le don d'ubiquité, Sabine se dédouble en épouse de l'employé Lemurier et en amante du jeune peintre montmartrois Théorème. Pour financer ses dépenses, elle devient aussi lady Burburry en épousant un riche Anglais. Théorème se livre à la débauche, et abandonné par sa maîtresse, se rachète en devenant un grand artiste. Cependant les clones de Sabine se multiplient et séduisent la planète.
Les passages tirés de cette nouvelle dont la lecture vous est proposée dans ce numéro de notre journal, parlent de l'histoire d'amour entre Sabine et Théorème.

Les Sabines

Il y avait à Montmartre, dans la rue de l'Abreuvoir, une jeune femme prénommée Sabine, qui possédait le don d'ubiquité. Elle pouvait à son gré se multiplier et se trouver en même temps, de corps et d'esprit, en autant de lieux qu'il lui plaisait souhaiter. Comme elle était mariée et qu'un don si rare n'eût pas manqué d'inquiéter son mari, elle s'était gardée de lui en faire la révélation et ne l'utilisait guère que dans son appartement, aux heures où elle y était seule. Certains après-midi d'hiver ou de grande pluie qu'elle avait peu d'entrain à sortir, il arrivait aussi à Sabine de se multiplier par dix ou par vingt, ce qui lui permettait de tenir une conversation animée et bruyante qui n'était du reste rien de plus qu'une conversation avec elle-même. Antoine Lemurier, son mari, était loin de soupçonner la vérité et croyait fermement qu'il possédait, comme tout le monde, une femme indivisible. Une seule fois, rentrant chez lui à l'improviste, il s'était trouvé en présence de trois épouses rigoureusement identique aux attitudes près, et qui le regardaient de leurs six yeux pareillement bleus et limpides, de quoi il était resté coi et bouche un peu bée. Sabine s'étant aussitôt rassemblée, il avait cru être victime d'un malaise, opinion dans laquelle il s'était entendu confirmer par le médecin de la famille, qui diagnostiqua une insuffisance hypophysaire et prescrivit quelques remèdes chers.

Un soir d'avril, après dîner, Antoine Lemurier vérifiait des bordereaux sur la table de la salle à manger et Sabine, assise dans un fauteuil, lisait une revue de cinéma. Levant les yeux sur sa femme, il fut surpris de son attitude et de l'expression de sa physionomie. La tête inclinée sur l'épaule, elle avait laissé tomber son journal. Ses yeux agrandis brillaient d'un éclat doux, ses lèvres souriaient, son visage resplendissait d'une joie ineffable. Emu et émerveillé, il s'approcha sur la pointe des pieds, se pencha sur elle avec dévotion et ne comprit pas pourquoi elle l'écartait d'un mouvement impatient. Voilà ce qui s'était passé.

Huit jours auparavant, dans le tournant de l'avenue Junot, Sabine rencontrait un garçon de vingt-cinq ans qui avait les yeux noirs. Lui barrant délibérément le passage, il avait dit : " Madame " et Sabine, le menton haut et l'œil terrible: " Mais, Monsieur. " Si bien qu'une semaine plus tard, en cette fin de soirée d'avril, elle se trouvait à la fois chez elle et chez ce garçon aux yeux noirs, qui s'appelait authentiquement Théorème et se prétendait artiste peintre. Dans le même instant où elle rabrouait son mari et le renvoyait à ses bordereaux. Théorème, en son atelier de la rue du Chevalier-de-la-Barre, prenait les mains de la jeune femme, et lui disait : " Mon cœur, mes ailes, mon âme ! " et d'autres choses jolies qui viennent facilement aux lèvres d'un amant dans les premiers temps de la tendresse. Sabine s'était promis de se rassembler à dix heures du soir au plus tard, sans avoir consenti aucun sacrifice important, mais à minuit, elle était encore chez Théorème et ses scrupules ne pouvaient plus être que des remords. Le lendemain, elle ne se rassembla qu'à deux heures du matin, et les jours suivants, plus tard encore…

Les vacances que Sabine passa cette année-là devaient être les plus belles de sa vie. Elle fut en même temps sur un lac d'Auvergne avec Lemurier et sur une petite plage bretonne avec Théorème. " Je ne t'ai jamais vue aussi belle, lui disait son mari. Tes yeux sont émouvants comme le lac à sept heures trente du matin. " A quoi répondait Sabine par un sourire adorable qui semblait dédié au génie invisible de la montagne. Cependant, sur le sable de la petite plage bretonne, elle se bronzait au soleil en compagnie de Théorème. Sabine avait vendu quelques bijoux de jeune fille et supplié son compagnon de vouloir bien accepter qu'elle fît les frais de leur séjour en Bretagne. Un peu étonné qu'elle prît tant de précautions pour lui faire admettre une chose qui semblait aller de soi, Théorème avait accepté de la meilleure grâce du monde. Il ne pensait pas qu'un artiste dût en aucun cas sacrifier à de sots préjugés, et lui moins que les autres. " Je ne me reconnais pas le droit, disait-il, de laisser parler mes scrupules s'ils doivent m'empêcher de réaliser l'œuvre d'un Gréco ou d'un Vélasquez. "

Vivant d'une maigre pension que lui faisait un oncle de Limoges, Théorème ne comptait pas sur la peinture pour se tirer d'affaire. Une conception de l'art, hautaine et intransigeante, lui interdisait de peindre sans y être poussé par l'inspiration. " Quand je devrais l'attendre dix ans, disait-il, je l'attendrais. " C'était à peu près ce qu'il faisait. Le plus ordinairement, il travaillait à enrichir sa sensibilité dans les cafés de Montmartre ou bien affinait son sens critique en regardant peindre ses amis, et quand ceux-ci l'interrogeaient sur sa propre peinture, il avait une façon soucieuse de répondre : " Je me cherche ", qui commandait le respect. En outre, les gros sabots et le vaste pantalon de velours, qui faisaient partie de sa tenue d'hiver, lui avaient acquis, entre la rue Caulaincourt, la place du Tertre et la rue des Abbesses, une réputation de très bel artiste. Les plus malveillants convenaient encore qu'il avait un potentiel formidable…

- Je suis si malheureux, geignait le peintre. Ces souffrances qui viennent s'ajouter à des soucis déjà si lourds !

Théorème faisait allusion à des soucis d'ordre matériel et spirituel. A l'en croire, il se trouvait dans une situation difficile. Son propriétaire, auquel il devait trois termes, le menaçait d'une saisie. Son oncle de Limoges venait de suspendre brutalement ses mensualités. Pour le spirituel, il passait par une crise douloureuse, quoique féconde en promesses. Il sentait bouillonner et s'ordonner en lui les puissances créatrices de son génie et le défaut d'argent l'empêchait justement de se réaliser. Allez donc peindre un chef-d'œuvre quand l'huissier et la famine sont déjà dans l'escalier. Sabine, frémissante d'une affreuse angoisse, en avait le cœur à la gorge. La semaine précédente, elle avait vendu ses derniers bijoux pour régler une dette d'honneur contractée par Théorème envers un bougnat de la rue Norvins, et se désespérait aujourd'hui de n'avoir plus rien à sacrifier à l'essor de son talent. En réalité, la situation de Théorème n'était ni pire, ni meilleure qu'à l'ordinaire. L'oncle de Limoges, comme par le passé, se saignait affectueusement aux quatre veines pour que son neveu devînt un grand peintre et le propriétaire, pensant naïvement spéculer sur la pauvreté d'un artiste d'avenir, acceptait toujours aussi volontiers que son locataire le payât d'un navet hâtivement bâclé. Mais Théorème, outre le plaisir de jouer au poète maudit et au héros de la bohème, espérait confusément que le sombre tableau de sa détresse inspirerait à la jeune femme les résolutions les plus audacieuses…

Cependant, Théorème s'inquiétait de ne pas recevoir l'argent de sa dernière mensualité. Croyant d'abord à un simple retard, il s'efforça de prendre patience, mais après avoir vécu sur son crédit pendant plus d'un mois, il se résolut à entretenir Sabine de ses ennuis. Trois matins de suite, il se posta vainement rue de l'Abreuvoir pour la surprendre et la rencontra par hasard un soir à six heures.

- Sabine, lui dit-il, je te cherchais depuis trois jours.

- Mais, monsieur, je ne vous connais pas, répondit Sabine.

Elle voulut passer son chemin. Théorème lui mit la main à l'épaule.

- Voyons, Sabine, quelle raison as-tu d'être fâchée contre moi ? J'ai fait ce que tu as voulu. Un beau jour, tu as décidé de ne plus venir chez moi et j'ai souffert en silence, sans même te demander pourquoi tu renonçais à nos rencontres.

- Monsieur, je ne comprends rien à ce que vous dites, mais votre tutoiement et vos allusions incompréhensibles sont injurieuses pour moi. Laissez-moi passer.

- Sabine, tu ne peux pas avoir tout oublié. Souviens-toi. N'osant encore aborder la question des subsides, Théorème s'efforçait de recréer une apparence d'intimité. Pathétique, il évoquait des souvenirs émouvants et retraçait l'histoire de leurs amours. Mais Sabine le regardait avec des yeux étonnés, un peu effrayés et protestait avec moins d'indignation que de stupeur. Le garçon s'entêtait…

Sabine avait été informée d'abord par sa crémière, ensuite par les journaux, des succès de Théorème. Dans une exposition, elle avait, le cœur ébloui et la buée à l'œil, admiré sa Femme à neuf têtes, si tendre et si tragiquement irréelle et pour elle allusive. Son ancien amant lui apparaissait purifié, racheté, rédimé, rétamé, battant neuf et lumière. Pour lui seul, elle osait prier, prier pour qu'il eût bon lit, bonne table, fraîcheur d'âme en toute saison, aussi pour que sa peinture devînt de plus en plus belle.

Théorème avait toujours les yeux noirs, mais sa folie l'avait quitté, bien qu'il disposât des mêmes arguments pour en faire la preuve. Toutefois, sa vie demeurait à peu près la même, laborieuse et le plus souvent solitaire. Selon le souhait de Sabine, sa peinture devenait de plus en plus belle, et les critiques d'art disaient des choses très fines sur la spiritualité de ses toiles. On ne le rencontrait guère dans les cafés et, en présence de ses amis mêmes, il avait la parole rare, le visage et le maintien triste des hommes qui ont épousé une grande douleur. C'est qu'il avait opéré un sérieux retour sur lui-même et jugé sa conduite passée à l'égard de Sabine. Conscient de sa bassesse, il en rougissait vingt fois par jour, se traitant à haute voix de butor, de mufle, de crapaud panard et venimeux, de cochon rengorgé. Il aurait voulu s'accuser devant Sabine, implorer son pardon, mais il se jugeait trop indigne. Ayant fait un pèlerinage à la plage bretonne, il en rapporta deux toiles admirables, à faire sangloter un épicier, et aussi un souvenir aiguisé de sa muflerie. Il entrait tant d'humilité dans sa passion pour Sabine qu'il regrettait maintenant d'avoir été aimé.

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18 marzo, 2015

LA CULTURA DEL PERITAJE Por Horacio González

La abundancia de peritajes contradictorios en el caso Nisman permite situarnos ante un conjunto de saberes con rostro científico pero manipulables. Las pericias, con conclusiones establecidas de antemano, desplazaron a las ciencias jurídicas: ya no reina el juez desde su estrado sino el forense. Horacio González escribe en Anfibia sobre la cultura del peritaje: una maquinaria concebida para recoger pistas, y al mismo tiempo adulterarlas, que crea una urbe en estado de sospecha permanente.

17 marzo, 2015

Chamanismo.

El interés cada vez más frecuente de los occidentales por el chamanismo, la antigua senda del chamán, ha ido creciendo en las últimas décadas. Antropólogos, médicos, psicólogos, psiquiatras, etc., han buceado últimamente en este conocimiento milenario, interesándose por los métodos chamánicos de curación.

sábado, 14 de marzo de 2015

CHAMANISMO. -- ALGUNAS IDEAS FUNDAMENTALES

10 marzo, 2015

La caída de Bobby Fischer

«El que la hace la paga, incluso EE.UU. Quiero ver el país borrado del mapa», afirmó tras los ataques terroristas en Nueva York. Nacido un 9 de marzo de 1943 en Chicago, el mejor ajedrecista de la historia de Norteamérica y héroe de la Guerra Fría sufría el síndrome de Asperger y una peligrosa verborrea.
(La caída de Bobby Fischer, el héroe nacional de EE.UU que celebró el 11 de septiembre)
ABC
Bobby Fischer cuando, tras ser detenido en Japón, 
fue trasladado a Islandia donde fallecería en 2008

La representación (en PanamáRevista)

“No pueden representarse a sí mismos, deben ser representados”.
Karl Marx



08 marzo, 2015

El desprecio como grieta (o la burguesía asalariada)

Si el sentido común, los valores morales de uso en un determinado lugar y en un tiempo son una construcción social en los tiempos que corren uno de los arquitectos principales son los medios de comunicación en cualquiera de sus formas. el resultado es una comunidad con principios fragmentados por franjas sociales no necesariamente de clase pero que tienen un fuerte condicionamiento ambiental. Así la población urbana se diferencia de la suburbana y de la rural pero también las comunidades urbanas son diferenciadas entre sí.
Las valoraciones como principio del prejuicio están a la vista y cada vez más en el discurso pretendido neutral o independiente de los comunicadores y se plasma en las manifestaciones públicas de los grupos visibilizados en los actos callejeros como así también en la vida privada reglada ahora por un presente que nos hace a todos partícipes de una presunta crisis que no es otra cosa que la puja por el reparto de la riqueza, siempre vigente aunque raramente explicitado para el común de la gente.

El cortejo fúnebre del cazador

A Hunter's Funeral Stein
By Ken Stroud

The Hunter’s Funeral is a theme found in many European cultures and countries. It is typically seen as animals of the forest, who, once hunted, are now escorting the hunter’s coffin in a procession in a fantastic reversal of roles. It is both satirical and solemn, in addition to being paradoxical. It may also reflect the reverence the hunter once had for his quarry is now being returned by the forest animals out of respect. Sociologically, it suggests inversion of the structure of power found in an oppressive hierarchy.
Traducción de google:  El funeral del cazador es un tema que se encuentra en muchas culturas y países europeos. Por lo general se ve como animales del bosque, que, una vez cazado, ahora están escoltando el ataúd del cazador en una procesión en una fantástica inversión de papeles. Es a la vez satírica y solemne, además de ser paradójico. También puede reflejar la reverencia que el cazador una vez tuvo por su terruño está siendo devuelto por los animales del bosque por respeto. Sociológicamente, sugiere inversión de la estructura de poder que se encuentra en una jerarquía opresiva.
The scene on this stein depicts a fox leading the procession reading from a Bible followed by a hare with a cross, various birds overhead, a boar carrying a shovel, four deer supporting the coffin, followed by  the hunter’s horse (still saddled) and his hounds.  Also, there is an owl and a squirrel sitting on the coffin and a hunter’s horn on top as well. The layout of the images on the stein is very similar to that in a painting (artist unknown) of a hunter's funeral shown just below. The porcelain inlay lid is of a hunter surveying the field.

The stein is of Westerwald design and appears to have been made from applying the clay to a 3 panel iron mold with the clay being driven in with a tapered wedge since the lower portion of the panels is not distinct due to lack of clay thickness in this area rather than a worn mold. It has a hand applied handle and has the circular marks on the base indicating it was removed from the wheel by placing a wire under it. (Courtesy John McGregors article on Westerwald Steinzeug, 1996).

http://stein-collectors.org/steinmo/2011/07Jul/HuntersFuneral.html








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Extraemos de Wikipedia un fregmento del análisis de la obra de Mahler dedicado al tercer movimiento de su obra: Titán, Simfonía número uno en Re Mayor.
En este pasaje se describe la marcha fúnebre y su inspiración de acuerdo con el autor y de cómo la música grafica la misma ironía que la obra del austríaco Schwind.
“This movement represents the funeral procession of a hunter by all of the animals. They are all pretending to be sad when they are really happy that the hunter is dead. That is why Frere Jacques is used in a minor mode; because of its absurdity..” [mathes107]

Troisième mouvement


Gravure sur bois Wie die Thiere den Jäger begraben ( « Comment les animaux enterrent le chasseur »), 1850.

Le mouvement le plus mystérieux de cette symphonie, une lente marche funèbre en ré mineur, est bâti sur la version allemande de la chanson Frère Jacques (Bruder Jakob) Sur un mouvement de balancier lourd et sombre des basses, la chanson, altérée par le mode mineur, se déploie lentement en une sorte de cortège funèbre. La mélodie s’amplifie, se répandant à tout l’orchestre. Soudain, un thème presque vulgaire, issu des danses de bistro, est joué « avec parodie » par un petit orchestre, aux sonorités étranges : c'est la musique d'un mariage juif. Cette alternance d’éléments graves et futiles scandalisa les premiers auditeurs peu habitués à cet amalgame de genres. Mahler indiqua que l’inspiration saisissante de ce morceau lui venait de la réminiscence d’une image du dessinateur autrichien Moritz von Schwind, familière à tous les enfants allemands et autrichiens, L’Enterrement du chasseur (Wie die Tiere den Jäger begraben), dans laquelle un cortège d’animaux aux attitudes faussement sombres portent à sa dernière demeure le chasseur, leur ennemi. Toute l’ironie de la scène se retrouve dans la marche funèbre provoquant de la sorte un effet effroyable. Soudain surgit un thème sublime provenant une nouvelle fois des chants du compagnon errant (4e lied, die zwei blauen Augen). Ce bref épisode ramène alors la terrible marche funèbre et, dans sa suite, les danses vulgaires avant qu’une dernière fois les rythmes de la marche s’éloignant dans le lointain ne referment le mouvement. Mahler aimait qualifier le mouvement de « marche funèbre à la manière de Callot », hommage au célèbre graveur populaire du xviie siècle, Jacques Callot, qui exploitait un style particulièrement ironique.

Traducción parcial: "El movimiento, el más misterioso de esta sinfonía, una lenta marcha fúnebre. se desarrolla sobre la versión alemana de la canción Padre Juan (Bruder Jakob o Frere Jacques) en un movimiento de balanceo fuerte y sombrío de bases [...] la canción se despliega en una especie de lento cortejo fúnebre. [...] Mahler explicó que la inspiración sobrecogedora de esta pieza le vino de un recuerdo de una imagen del dibujante austríaco Moritz von Schwind conocido por todos los niños alemanes y austríacos. Como los animales entierran al cazador en la cual los animales en cortejo acompañan a su enemigo el cazador a su última morada en una actitud de falsa tristeza. [...]"


Para más información consultar:
http://terezapapamichali.net/tereza/procession.html
http://stein-collectors.org/steinmo/2011/07Jul/HuntersFuneral.html
http://stein-collectors.org/steinmo/2011/07Jul/HuntersFuneral.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Sinfon%C3%ADa_n.%C2%BA_1_(Mahler)



Herr Winter por Moritz vom Schwind

Se cree que Papa Noel se ha desarrollado a partir de la imagen de " El señor de Invierno " (Herr Winter), que fue creada por el pintor Moritz von Schwind en 1847.
Muestra a un hombre de aspecto feroz , con una barba completa , un largo abrigo con capucha y un árbol de Navidad en la espalda. En esa época era costumbre hacer un árbol de Navidad en la casa y decorarla con velas , guirnaldas y estrellas .

(http://www.hamsterkiste.de/030/W-mann/060.html)







 



07 marzo, 2015

"I 'ope you liked your drink."


En la inmensa pantalla de la sala el ascenso del hombrecillo se magnifica contra el cielo limpio. Trepa con esfuerzo las rocas escarpadas, ya malherido y sufriente sin perder de vista la cima que le permitirá ver el otro lado. La música es atronadora y de epopeya, sabemos que el director comparte el objetivo del personaje y lo sigue sin perder uno solo de sus movimientos y todos en la sala nos aferramos a la butaca para darle fuerza, para que llegue a lo más alto hasta que finalmente lo consigue. Una vez arriba se toma un breve respiro como quien sabe que tal vez inhala sus últimas bocanadas en esta tierra. Resopla con fuerza y hace sonar su clarín que retumba en el valle, es un aviso para el regimiento que está a un paso de ser emboscado. Curiosamente el hombre es avistado por sus semejantes, por sus compañeros de raza que al distinguirlo emprenden a dispararle con apuro y poca puntería pero son tantos que finalmente cae acribillado.
El héroe de unos, el traidor de los otros cae ensangrentado mirando al cielo pero hasta el último momento, hasta cerrar su párpados al menos, no nos regaló el mínimo atisbo de arrepentimiento.

IXX-mar2015

05 marzo, 2015

Actos preparatorios

Quitada la hojarasca, toda la denuncia de Nisman es un gigantesco "me dicen que el memorandum de entendimiento con Iran es una herramienta para encubrir a los iranies que atentaron contra la amia". Esto es como si el señor Gomez fuera a la ferretería, comprara una pala y un fiscal lo imputara de querer sepultar a su mujer. es mas, adjuntara copia de la factura de la compra de una pala como prueba.

03 marzo, 2015

Revista Anfibia sobre el caso Nisman

Cuando lo policial y lo político se mezclan, en la batalla mediática por el verosímil, quizás triunfe la operación mejor orquestada. El caso Nisman genera enormes consecuencias sobre la política y la campaña electoral. La muerte del fiscal saca del clóset a un actor cada vez más influyente desde la vuelta de la democracia: los servicios de inteligencia. Su estrecha relación con sectores de la justicia federal queda al desnudo. De esa trama oscura y de un hombre solo habla esta investigación de Revista Anfibia.

A la sala más moderna y amplia de Comodoro Py le dicen sala AMIA. Se esperaba que el juicio por el atentado que dejó 85 muertos durara como mucho 6 meses. Terminó a los 3 años, en 2004. Ubicada en el subsuelo, sin señal de celulares, con aire acondicionado, micrófonos, vidrio que separa a los asistentes de los jueces, es la que mayor cantidad de gente puede albergar.