30 diciembre, 2011

Descamisados

Homenaje a Daniel Santoro. El brillante artista del peronismo es creador de una obra prolífica, bella, reflexiva. De ese gran entramado en torno al gran ideario argentino he tomado prestadas aquí o allá algunas de sus magníficas creaciones con el tema del hombre emplemático del movimiento: el descamisado. Un símbolo del hombre común argentino, el hacedor, aquel que lleva en sus manos el germen de lo nuevo.



Nota: Obras publicadas con el solo fin de difundir eel arte de Daniel Santoro, si molesta a alguien su publicación, solo avisar y serán quitadas.


29 diciembre, 2011

Memoria del río - El Entenado

El entenado según Saer

Memoria del río

En estos días, Seix Barral reedita "El entenado", para muchos la mejor novela de Saer. El escritor recuerda los orígenes de este relato y explica ciertos recursos utilizados en su escritura.

por Juan José Saer.



Lo que me incitó a escribir El entenado fue el deseo de construir un relato cuyo protagonista fuese no un individuo, sino un personaje colectivo. En la intención original ni siquiera había narrador: se trataba de varias conferencias de un etnólogo sobre una tribu imaginaria. Pero un día, leyendo la Historia argentina de Busaniche, me topé con las catorce líneas que le dedicaba a Francisco del Puerto, el grumete de la expedicción de Solís que los indios retuvieron durante diez años y liberaron cuando una nueva expedición llegó a la región. La historia me sedujo de inmediato y decidí no leer más nada sobre el caso, para poder imaginar más libremente el relato. Lo único que conservé fue el diseño que dejaban entrever las catorce líneas de Busaniche. El resto es invención pura.
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En realidad, el proyecto original resultó bastante alterado, ya que el narrador termina ocupando un lugar casi más importante que el del personaje colectivo (la tribu), a causa quizá de que, de este último, traté, en forma deliberada, de atenuar en la mayor medida posible las individualidades. El problema con el narrador en primera persona es que puede volverse omnipresente, ya que es él quien selecciona y organiza los acontecimientos, y a causa de su mediación, el personaje colectivo pierde tal vez un poco de evidencia y de proximidad.

Después de Cicatrices, El limonero real y Nadie nada nunca -después de las dos últimas sobre todo- El entenado presenta un aspecto exterior más clásico, pero que a mi juicio es únicamente aparente. Es cierto que las tres novelas anteriores, más las rupturas narrativas de La mayor, intentaban trabajar con estructuras espacio-temporales más complejas, pero en El entenado la problemática de esos primeros libros es en cierto modo incorporada a la percepción del mundo que imaginé para los indios, y además el tiempo y la estructura general del relato están distorsionados, aunque de manera discreta. La duración de los acontecimientos es inversamente proporcional a la de los distintos pasajes que los refieren. La orgía y los primeros días del narrador entre los indios ocupan alrededor de sesenta páginas; los diez años siguientes, ocho o nueve páginas, y los otros cincuenta años (el narrador está contando la historia sesenta años después de que ocurrieron los hechos) unas veinte páginas. A partir de cierto momento la narración en sentido estricto se detiene, y comienza lo que podríamos llamar una descripción diacrónica de la tribu, después de la cual el libro termina con tres casos narrativos que no siguen ningún orden lógico ni ninguna cronología: los juegos de los niños, el indio agonizante y el eclipse.

Todo esto puede parecer secundario, pero a mi juicio no lo es (en todo caso para la manera en que yo concibo el trabajo narrativo). Sin esas variaciones estructurales, el relato se pertrecharía solamente para una forma lineal, que a priori no es en sí delictiva, pero que a mi modo de ver es menos apta para figurar las relaciones complejas que existen entre tiempo, espacio, percepción, conciencia, etc., y que son la condición necesaria de toda narración, oral o escrita, literaria o práctica, verdadera o falsa, ya se trate de un chiste, de una anécdota, de una información, de un informe, de una novela o de una epopeya. La narración lineal, modelo inmutable, únicamente puede evocar esa complejidad (si realmente le interesa hacerlo, porque el optar por el relato lineal tal vez pone en evidencia una concepción ingenua acerca de la esencia y del orden de los acontecimientos) en forma discursiva, lo que desde luego es legítimo, pero que para mi propio trabajo me interesa menos. No hay un solo gran narrador del siglo XX que no haya optado por la complejidad formal para sus relatos, en vez de replegarse en la linealidad, y creo que no vale la pena demostrar una vez más que el sentido de una obra de arte es inmanente a su forma. Como alumno aplicado, sin saber hasta hoy día si obtendré o no el diploma correspondiente, no hice más que tratar de imitar a esos narradores.

Detrás de la aparente fluidez narrativa, hay por lo tanto una intención más elaborada, y si bien El entenado es tal vez de mis libros el que ha suscitado más traducciones, estudios y comentarios, muchas veces lo han exaltado por ser un relato lineal o, peor aún, una novela histórica, lo que confirma esa observación sagaz de Lacan, según la cual en el elogio ya viene inevitablemente incluida la injuria.

En cuanto al género propiamente dicho, se ha evocado con pertinencia a propósito de este relato la primitiva relación de Indias, que ha dado tantos textos admirables, entre los cuales se destaca el libro de Hans Staden, que leí en italiano, porque lo encontré de casualidad en una librería de viejo de la Via del Corso, en Roma, en la época en que estaba planeando la novela. En lo relativo a la prosa, se me presentaba un problema semejante al que surgía de la estructura: dar una ilusión de simplicidad, imitada de esos relatos que desbordan de frescura, introduciendo al mismo tiempo en el discurso narrativo la problemática que me interesaba. En otras palabras, simular la "ingenuidad épica" en un relato con pretensiones vagamente filosóficas.

En lo relativo a los indios colastiné, debo decir que en los tratados especializados, sólo aparece de ellos el nombre, en la larga lista de tribus regionales que habitan en las inmediaciones del río Paraná. Algún autor los hace tributarios de los tobas, o de ciertos grupos instalados más al oeste, en el interior, por Santiago del Estero y aún más allá, pero siempre traspapelados en alguna lista que no señala de ellos ningún rasgo distintivo. Ese anonimato los transforma en materia ideal para una ficción; puede sacárseles mejor partido que a los incas, los mayas o los aztecas, pueblos que, a causa del aura que poseen, son demasiado novelescos como para servir de tema a una novela.

Esa vaguedad de los indios colastiné, tan persistente en los textos, deja de tener vigencia cuando el nombre se incorpora a una dimensión más rigurosa: a unos siete u ocho kilómetros al este de Santa Fe, en una extensión de tierra rodeada por una red casi infinita de ríos, arroyos y riachos, hay dos lugares diferentes, a una legua de distancia más o menos uno del otro, llamados respectivamente Colastiné Norte y Sur. En Colastiné Norte viví seis años, hace casi cuatro décadas. En aquel entonces, era un lugar bastante pobre, vacío y salvaje, a un paso del río mismo nombre. Hoy en día se ha vuelto un suburbio alejado, donde subió bastante el precio de los terrenos no inundables y donde abundan los quinchos cuyas parrillas únicamente se encienden los fines de semana.
   

Domingo 27 de febrero de 2000 © Copyright Clarín.    
   


Los indios de Saer

Una expedición al Río de la Plata, la convivencia con una tribu indígena y el descubrimiento de una cultura: ese circuito es el tema de la acción, por así decirlo, de El entenado, una novela que recrea libremente la historia de Francisco del Puerto, grumete de Solís, quien volvió a Europa recién diez años después. A partir de estos datos, Saer imagina un adolescente huérfano que deviene antropólogo y escritor merced a los oficios de los indios colastiné, tribu preocupada por perpetuarse aunque sólo fuera a través de la memoria.

"De esas costas vacías me quedó sobre todo la abundancia de cielo", dice el narrador en la primera frase de la novela, y ya ese principio se reconoce como marca de su autor; una cadencia y una sintaxis reconocibles tanto como la respiración que a tantas frases imprime siempre su arsenal de comas.

El narrador cuenta su historia cuando ya es mayor y su crónica es atravesada por reflexiones filosóficas. Qué es el tiempo o cuál es la dimensión de lo real son algunos de los interrogantes.

Por lo demás, El entenado ofrece momentos que ya están inscriptos en la historia de la literatura argentina, como una serie de insólitas coreografías o una lengua signada por los vocablos def-ghi, o cierta orgía inolvidable con su final de fiesta a puro asado.



Domingo 27 de febrero de 2000 © Copyright Clarín.

02 diciembre, 2011

Anarco-Capitalismo

Publicado en Suplemento Cash de Página 12 el Domingo, 27 de noviembre de 2011

Michel Foucault, Adam Smith, Ludwing von Mises, Friedrich Hayek

La noción de anarco-capitalismo
Por Manuel Calderon *

El concepto de anarco-capitalismo al que se refirió la Presidenta en la reunión del G-20 se puede encontrar bien desarrollado en el libro de Michel Foucault El nacimiento de la biopolítica, curso que dictó en el Collège de France en 1979, y que trata de los orígenes (o mejor, la genealogía) de la idea de mercado y su vínculo con el ejercicio de un poder político-gubernamental en las democracias occidentales modernas orientado al gobierno de la "raza humana" ("biopolítica"). Foucault asocia el anarco-capitalismo o anarco-liberalismo con una vertiente extrema de la Escuela de Economía Austríaca (Mises, Hayek) que fue la Escuela de Chicago en EE.UU. durante la década del 50-70, por ejemplo con economistas como Gary Becker o Milton Friedman. Becker trabajó en expandir la idea de mercado hacia lugares no tradicionales de análisis económico como la criminalidad y la familia, y es quien primero desarrolla la teoría del "capital humano", mientras que Friedman es más conocido por haber trabajado sobre temas macroeconómicos y monetarios, también desde una tradición liberal antiintervencionista.

Básicamente el calificativo de anarco-capitalismo se refiere a un capitalismo totalmente libre, donde el mercado es el espacio donde se resuelven no sólo las cuestiones económicas, sino sociales y políticas. Desde este punto de vista, los gobiernos deben dejar que el mercado resuelva por sí solo estas cuestiones, ya que cualquier intervención resultaría peor que lo que el mercado logra.

Se podría rastrear la noción de anarco-liberalismo a la "mano invisible" de Adam Smith y al "laissez-faire, laissez-passer" de los fisiócratas franceses. Smith se pregunta cómo es posible que una sociedad de individuos egoístas y libres pueda existir sin colapsar, sin autodestruirse, si cada uno sólo busca su propio interés. La respuesta que nos da es que justamente la existencia del mercado es lo que permite que esto suceda, ya que es el mercado "quien" resuelve esta multiplicidad de intereses egoístas en una resultante que es colectivamente beneficiosa. Por eso no hay que preocuparse por regular o controlar el comportamiento de las personas (siempre y cuando no tengan poder de monopolio, dice Smith), ya que es el mercado el que mejor lo hace.

Para la tradición liberal inglesa y francesa, un buen gobierno, un buen soberano, es aquel que conoce y acepta las "leyes naturales" de la sociedad, leyes que se observan en el funcionamiento del mercado. El mercado es el espacio desde donde emana la verdad, es un "instrumento de veridicción" nos dice Foucault, y "el arte del buen gobierno" es el gobernar de acuerdo a las leyes del mercado. El político que desconoce el funcionamiento del mercado, no tiene los elementos para hacer un buen gobierno, no tiene el conocimiento, el saber, que es necesario para gobernar bien a la sociedad

* Profesor de Historia del Pensamiento Económico.

23 noviembre, 2011

Estatuas de Buenos Aires

Imágenes de una pequeña parte de la estatuaria del jardín botánico de la ciudad de Buenos Aires. Un lugar muy bello para recorrer en primavera y con tiempo para detenerse en sus detalles. Aún a pesar de la falta de cuidado y de algunos sectores abandonados puede apreciarse la belleza del diseño conceptualizado por Carlos Thais.







08 octubre, 2011

El despertar, los despertares

Despertares...

Stella Maris Leone

Apropiación fauvista en frogsandflowers

Eduardo Sívori "el despertar de la criada"
Aeropuertos

indignados, émeutes, occupy...

Hay movimientos en decenas de ciudades de norteamérica, protestas en Europa, Africa, movimientos campesinos en Bolivia y de estudiantes en Chile, revueltas en países árabes y un sinfín de manifestaciones de la mano de las crisis económicas, ecológicas, de gobernabilidad y me aventuro a decir que de la mano de los nuevos medios de comunicación, especialmente de las redes sociales. Gracias a la movilidad los usuarios pueden convocarse, compartir imágenes e información que de otro modo quizás no hubieran salido jamás a la luz. De hecho, ya se están tomando acciones para controlar los intentos de rebeldía en las calles y en los media.
De más está decir que el control mediático está en manos de los estados, cooptados o asociados a los mismos intereses ya han logrado desprestigiar a las clases políticas e instalar una gran cantidad de mediocres a la cabeza de gobiernos e instituciones que debieran representar a la gente, pero ésta ha decidido epresentarse a sí misma y tomó la iniciativa de salir a las calles. Del otro lado les vuelven garrotazos, militarización de las calles o la aplicación de leyes ad hoc.
El paso siguiente del poder es enmudecer a la gente, cortarle los vínculos, detener los conflictos antes de que estos estallen. No será complicado para quienes controlan de hecho el flujo de la información. He aquí el gran desafío de las nuevas generaciones, crear caminos alternativos permanentes que no sean interceptados porque el futuro éxito de los cambios propuestos es la comunicación que hace a la unión y la fuerza de los nuevos movimientos.
Una tarea por demás interesante.

IXX (2011)

25 septiembre, 2011

Carabineros y niños

Van pasando los años y cada vez se sabe más, se pide más, y es lo que corresponde.

En estas fotos se ve el pasar del tiempo...

Represión en 2007 (aprox.)

Represión modelo 2011

2011

Cortemos este tango

Hiperimpulso



Cortemos este tango

Es noche de calor
y hay luna llena en Buenos Aires
Las paredes chorreando agua
Las miradas chorreando miedo
Los mendigos que quedaron vivos
duermen bajo la autopista
Hay unos ojos unas manos sospechosaas
una muerte en un baldío

Cuarenta chicas de catorce
con sus pechos encendidos
Noventa chicos dando vueltas por el centro
para ver si pinta algo
Muertos de sueño unos obreros
hacen cola para ir al matadero
Sueñan su sueño las señoras
y las locas yiran como patrulleros

Vamos, vamos, vamos
Cortemos este tango
Vamos...

Unos limados van pidiendo guita
para llegar hasta Tigre
Un presidente habla por radio
Unos pendejos se repudren en la esquina
Un solteron mira TV desde el balcón
y su sexo desespera
Ya son las cuatro el calor aplasta el cielo
se oye un grito desde el Borda
Arghhhh!

Vamos, vamos, vamos
Cortemos este tango
Vamos...

La catedral está dormida
Los gorriones flotan en la plaza
Tenemos que dejar salir esa brisa
que transforma la mañana
Tenemos que recuperar esas ganas
que canten por el aire!
Bailemos este nuevo tango
Dejemos de llorar!
Hagamos algo pronto!

Vamos, vamos, vamos
Cortemos este tango
Vamos...



http://www.hiperimpulso.blogspot.com/
https://www.soundclick.com/bands3/default.cfm?bandID=249739



18 septiembre, 2011

Fito y su ciudad


'Ciudad de pobres corazones' Fito Paez

En esta puta ciudad
todo se incendia y se va,
matan a pobres corazones,
matan a pobres corazones.
En esta sucia ciudad
no hay que seguir ni parar,
ciudad de locos corazones,
ciudad de locos corazones...
No quiero salir a fumar,
no quiero salir a la calle con vos;
no quiero empezar a pensar
quien puso la hierba en el viejo cajon.
Buen dia Lexotanil!,
buen dia señora,
buen dia doctor;
Maldito sea tu amor,
tu inmenso reyno y tu ansiado dolor.
Que es lo que quieres de mi?
Que es lo que quieres saber?
no me veras arrodillado,
no me veras arrodillado.
Dicen que ya no soy yo!
que estoy mas loco que ayer.
Y matan a pobres corazones,
matan a pobres corazones!!!.
No quiero salir a fumar,
no quiero salir a la calle con vos;
no quiero empezar a pensar
quien puso la hierba en el viejo cajon.
Buen dia Lexotanil,
buen dia señora!,
buen dia doctor.
Maldito sea tu amor,
tu inmenso reino y tu ansiado dolor.
En esta puta ciudad
todo se incendia y se va,
matan a pobres corazones, matan a pobres corazones...
matan a pobres corazones!...

Fito las pasó bravas en los tiempos convulsionados que vivió el país, él, sensible acompañó la hecatombe, por esto o por aquello, era noticia. Productivo, creativo, innovador, inquieto. Experimentaba y colisionaba, sufría. Su ciudad éramos todos, pobres solitarios en las garras de un destino que no paraba de apretarnos el cuello.

Leer esto ya: http://klamahama.blogspot.com/2008/04/el-misterio-del-guin-que-cobraba-vida.html

09 septiembre, 2011

Cecilia Todd básico

Constancia de un pescador
(Pedro Palmar)


Cecilia
Viví de la pesquería
desde mis primeros años.
Mi oficio es remendar paños,
mi hobby, la poesía.
Las décimas, mi alegría,
me hicieron aborrecer
el trabajo de tener
que pescar en un cayuco
sin comida ni guayuco
ni agua dulce que beber.

De la pesca decidí
no volver a remendar
por no tener que pasar
Cayuco
la vida pescando así.
El cayuco lo vendí,
lo demás lo dejé fiado
y el cotón que había usado
tanto tiempo de guayuco
lo dejé en un semeruco
donde salaban pescado.

Entonces, por intuición,
decidí dejarlo todo
y buscarle de otro modo
a lo mío solución.
La pesca que fue patrón
de mi juventud primera
no me animaba siquiera,
porque la situación mía
era mantenerme al día
con el trabajo que fuera.
Guayuco de pescador

Me alejé de la enramada
dejando el timón atrás,
la totuma y el compás
de mi juventud pasada.
La playa que fue celada
por mí también la dejé
porque yo consideré
que ya de la pesquería
sanamente no podría
vivir y la abandoné.


***

La embarazada del viento
(Constantino Ramones)

Mamá, me perdonará
lo que le voy a decir,
que yo me acosté a dormir
y desperté embarazada.
Yo no sé de quién será,
hombres yo no he conocido;
esto a mí me ha sucedido
sin tener ningún intento,
creo que será un mal viento
que al despertar he tenido.

Hija, tú no me haces creer
ni por tu ciencia, Marina,
esto sólo a la gallina
el viento la hace poner.
No ha nacido la mujer
que para de un huracán;
sea de Pedro, sea de Juan,
yo lo saco por la cara
y es de más que me negaras,
yo sé los que a casa van.

Por fin se llegó ese día
de la hija dar a luz.
Se parecía a Jesús
en las narices, la cría,
y en el pescuezo a Isaías
y en la boca a Crispiniano,
y en los ojos a Luciano,
en los cachetes a Juancho,
y en las orejas a Pancho
y en el pelo a don Asiano.

Empezó este niño a andar,
cambió de otro parecer;
se parecía a Daniel
y en lo alto a Eliazar,
y en la rodilla a Pilar,
en lo pando a Simeón.
Por tanta comparación
vino su madre a creer
que su hija era la mujer
que paría de un ventarrón.


Letras: Cecilia Todd

27 agosto, 2011

haciendo cuentas

Veamos algunos números para saber de qué estamos hablando:

En este primer cuadro vemos la evolución de las jubilaciones en pesos desde 1996 hasta 2011.


stencil art







fuente desconocida
los graffitis son para gozar, si alguien se molesta los bajo pero mientras  tanto...

26 agosto, 2011

La Grande Sophie

Tu N'as Pas Cherché...

Tu n’as pas cherché à me voir
Le vent à tourner,
Comme le linge dans le séchoir
J’ai tout mélangé
Le sommeil et les mots
Mais tu n’as pas cherché à me voir

Tu étais sûrement occupé
A couper les ponts
A monter des murs
A chercher des frissons
Ou des bouffées d’air pur
Mais tu n’as pas cherché à me voir
A me voir

Et puis un jour, on accepte les choses
On se recroise, mais pour se dire au revoir
Good bye
Mais tu n’as pas cherché à me voir

Alors un jour, on regarde les choses
On se dira un mot, on se dira au revoir
Good bye

Trop tard pour se retourner
Trop tard pour se retrouver
Trop tard, trop tard, il est trop tard

Mais tu n’as pas cherché à me voir
A me voir
Tu n’as pas cherché à me voir

(Merci à Alexandra pour cettes paroles)
fuente: letrasmania.com


La Grande SophieNo trataste de verme...
No trataste a vermeEl viento da vueltasComo la ropa en la secadoraMezclé todoSueño y palabrasPero vos no trataste de verme
Probablemente estabas ocupadoPara cortar lazosEscalar murosEncontrar las miradasAspirar aire frescoPero vos no trataste de verme
De verme
Y entonces un día, se aceptan las cosasNos volvemos a cruzar para decir adiósGood Bye!  
Pero vos no trataste de verme
Cuando un día se miren las cosasVamos a decir una palabra, nos despediremos¡Adiós 
Demasiado tarde para volverDemasiado tarde para encontrarDemasiado tarde, demasiado tarde, ya es demasiado tarde
No trataste de verme...
De vermeNo trataste a verme

07 agosto, 2011

La década menemista

Imagen I

Adonde estabas vos?

La larga década de los noventa comenzó antes para los argentinos, con la caída no tan casual y anticipada del gobierno radical de Raúl Alfonsin en julio de 1989 se adelantó cinco meses el acceso al poder de Carlos Menem y gracias a la reforma constitucional de 1994 se prolongó hasta 1999.
Las vivencias de esa época hoy parecen solo positivas en la memoria de algunos (muchos) que recuerdan que se viajaba al extranjero, que las privatizaciones nos quitaron de encima unas cuantas cargas estatales insalvables, que el país fue recibido en el seno de las naciones "civilizadas", que vivir acá era una fiesta de pizza y champagne y viajar a los EEUU sin visa era un reconocimiento merecido a la civilidad de nuestra elite.

18 junio, 2011

El arco y el cesto (Pierre Clastres)

www.public.asu.edu/~krhill3/Ache.html

Casi sin transición, la noche se ha apoderado de la selva, y la masa de los grandes árboles parece acercarse. Con la oscuridad también se instala el silencio; pájaros y monos se han callado y sólo se dejan oír, lúgubres, las seis notas desesperadas del urutaú. Y, como por tácito acuerdo con el recogimiento general en que se disponen seres y cosas, ningún ruido surge ya de este espacio furtivamente habitado donde acampa un pequeño grupo de hombres. Allí descansa una banda de indios guayakíes. Avivada a veces por un ventarrón, la luz de cinco o seis fogatas arranca a la sombra el círculo vago de los refugios de palmas cada uno de los cuales, endeble y pasajera morada de los nómadas, protege el reposo de una familia. Las conversaciones susurradas que siguieron a la cena se han apagado poco a poco, las mujeres que abrazan todavía a los hijos acurrucados duermen. Pareciera que también duermen los hombres, los cuales sentados cerca de sus fogatas montan una guardia muda y rigurosamente inmóvil. Pero no duermen y sus miradas pensativas, prendidas a las tinieblas vecinas, delatan una soñadora expectativa. Es que los hombres se aprestan a cantar, y esta noche, como a veces en esta hora propicia, entonarán, cada cual para sí, el canto de los cazadores: la meditación prepara el sutil acuerdo del alma y del instante con las palabras que han de expresarlo. De pronto una voz se eleva, al comienzo casi imperceptible —tan interiormente nace—, prudente murmullo que aún no articula nada, entregado a la búsqueda paciente de un tono y de un discurso exactos. Poco a poco se eleva, el cantor se siente ya seguro de sí, y de repente, límpido, libre y tenso, brota su canto. Estimulada por aquélla, una segunda voz se une a la primera, luego una tercera; lanzan palabras apresuradas, como respuestas que se adelantan siempre a las preguntas. Ahora todos los hombres cantan. Siguen siempre inmóviles, con la mirada tan sólo algo más extraviada; todos cantan a la vez, pero cada cual canta su propio canto. Son dueños de la noche y cada uno se quiere dueño de sí.

Bombardeo sobre Plaza de Mayo

16 de junio de 1955.
Una masacre silenciada durante muchos años...


15 junio, 2011

La oveja negra - microcuento

La oveja negra
Augusto Monterroso
 
En un lejano país existió hace muchos años una Oveja negra. Fue fusilada.
Un siglo después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque.
Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápidamente pasadas por las armas para que las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura.

04 junio, 2011

Vencidos. Poema de León Felipe

El tema que me emocionaba tanto en la voz de Joan Manuel Serrat en dos versiones:
El bello poema de León Felipe que le da letra y un dibujo magistral de Pablo Picasso.


Poema Vencidos de Leon Felipe

Fuente: http://castellano-in.blogia.com/



Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.

Y ahora ociosa y abollada va en el rucio la armadura,
y va ocioso el caballero, sin peto y sin espaldar,
va cargado de amargura,
que allá encontró sepultura
su amoroso batallar.
Va cargado de amargura,
que allá «quedó su ventura»
en la playa de Barcino, frente al mar.

Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.
Va cargado de amargura,
va, vencido, el caballero de retorno a su lugar.

¡Cuántas veces, Don Quijote, por esa misma llanura,
en horas de desaliento así te miro pasar!
¡Y cuántas veces te grito: Hazme un sitio en tu montura
y llévame a tu lugar;
hazme un sitio en tu montura,
caballero derrotado, hazme un sitio en tu montura
que yo también voy cargado
de amargura
y no puedo batallar!

Ponme a la grupa contigo,
caballero del honor,
ponme a la grupa contigo,
y llévame a ser contigo
pastor.

Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar…

http://www.poemasde.net/vencidos-leon-felipe/
consultado 4jun2011

Las vidas de Leon Felipe

http://laalcazaba.blogspot.com/
BIOGRAFIA 1

León Felipe
Otros nombres: Felipe Camino Galicia de la Rosa
País: España
Nacimiento: Tábara, 11 de abril de 1884
Defunción: Ciudad de México, 18 de septiembre de 1968

De nombre Felipe Camino Galicia de la Rosa, marchó en 1883 a Santander, estudiando en los escolapios y en un instituto. Marchó a Madrid donde se licenció en Farmacia, y a su retorno a Santander, trabajó como farmacéutico. Mas tarde regentó varias farmacias en pueblos españoles y se unió a una compañía de teatro, iniciando una vida nómada por toda España. Tras tres años de cárcel por un desfalco, marchó a Barcelona y en 1819 a Madrid. Posteriormente vivió tres años en Fernando Poo (Guinea Ecuatorial), trabajando como administrador de hospitales del Golfo de Guinea. En 1922, marchó a México, donde trabajó como bibliotecario, y tras ir a Estados Unidos y estudiar en la Universidad de Columbia ejerció como profesor de Literatura Española en la Universidad Cornell. Volvió a España y en 1938, por sus ideas republicanas, se exilió definitivamente a México, con incursiones en estados Unidos (fue profesor de Español en Las Vegas). Desde entonces hasta su muerte, siguió escribiendo poemas y teatro.

http://www.lecturalia.com/autor/4277/leon-felipe
consultado 4jun2011





BIOGRAFIA 2
DEL POETA LEON FELIPE

Información preparada por: Leopoldo de Trazegnies Granda
FUENTES:
-Aproximaciones a la vida y obra de León Felipe. Leopoldo de Luis.
Cuatro conferencias pronunciadas en el Instituto de España en febrero de 1983.
Edita: Instituto de España. Madrid, 1984.


LEON FELIPE

             Aunque el propio León Felipe dijera: "Los grandes poetas no tienen biografía, tienen destino", podemos intentar hacer un breve resumen de su interesante vida.
             Nace en 1884 en Tábara, pueblo de Zamora, hijo de un notario. Su verdadero nombre era Felipe Camino Galicia de la Rosa. Pertenecía a una burguesía acomodada. Estudió farmacia (llegó a tener una botica) pero renunció muy pronto a esa vida que él consideraba monótona y en cierto sentido privilegiada, para ejercer su libertad embarcándose en aventuras que le acercaran a sus semejantes.
             En su juventud viaja por España como actor de una compañía ambulante, más tarde pasa tres años en la cárcel, acusado de haber realizado un desfalco. Con su primer amor, una chica peruana llamada Irene Lambarri que conoció en Valmaseda (Vizcaya), sienta un poco la cabeza y se radica con ella en Barcelona, pero al poco tiempo se separan y León Felipe decide ir a la capital de España, probablemente ya con la idea de dedicarse a la poesía. En Madrid vive una bohemia prostibularia y miserable que le lleva incluso a pasar algunas noches en las antiguas pensiones donde se permite dormir a los menesterosos sentados en un banco y apoyando la cabeza en una soga que sueltan a primera hora de la mañana:

                      He dormido en el estiércol de las cuadras,
                      en los bancos municipales,
                      he recostado mi cabeza en la soga de los mendigos
                      y me ha dado limosna -Dios se lo pague-
                      una prostituta callejera...

             Versos y oraciones de caminante es su primer libro de poemas (años después titularía un poema: Versos y blasfemias de caminante) que leyó hacia 1919 en el Ateneo de Madrid. Pero siguiendo la premonición del título y de su auténtico apellido, tarda poco en iniciar sus caminos fuera de España: ¡Solicita un empleo en los hospitales de Guinea y se embarca para la isla de Elobey! Allí permanece tres años para volver a España por poco tiempo y embarcarse, esta vez, hacia América.
             En México se dedica a la enseñanza, actividad que recuerda la de Antonio Machado, al que siempre consideró su maestro. Conoce a Berta Gamboa, profesora también, con quien se casa. El matrimonio pasa a vivir a Norteamérica, donde traduce a Waldo Frank y a Walt Whitman y escribe un largo poema titulado Drop a star.
             Al estallar la guerra civil española en 1936 vuelve a su tierra, totalmente identificado con el gobierno republicano y constitucional amenazado entonces por el levantamiento militar del general Franco. Su experiencia es desgarradora. En 1938 huye del bando nacional y se exilia definitivamente en México. Es cuando escribe Español del éxodo y del llanto:

                      ¡España, España!
                      todos pensaban
                      -el hombre, la Historia y la fábula-,
                      todos pensaban
                      que ibas a terminar en una llama...
                      y has terminado en una charca.

             Después de una larga vida enfrentándose a la injusticia a través de su verbo, fallece en México en 1968.
             Fue uno de los mejores intérpretes del sentimiento español, humano, que supo transmitir intensamente en su poesía, como lo hizo su contemporáneo el peruano César Vallejo en España aparta de mí este cáliz. Sin embargo, a León Felipe no se le ha llegado a reconocer el innegable valor de su obra.
             Por un lado, se le sitúa a caballo entre la Generación del 98 y la del 27, sin darle plenas credenciales en ninguna de las dos. Por otro, su origen burgués hizo que algunos lo encasillaran bajo la etiqueta de "señorito de provincias" aunque, como hemos visto, él rechazara desde su juventud tal condición. Su largo exilio republicano en México impidió que los críticos que permanecieron en la España franquista le prestaran atención: Vicente Gaos, en su obra Claves de la literatura española (Ediciones Guadarrama. Madrid, 1971) sólo lo menciona en cinco líneas y para incluirlo en un grupo de poetas que el autor considera de "segundo orden" que "no llegaron a desarrollar plena personalidad poética"; también es cierto, que el mismo Gaos considera "poetas menores" nada menos que a ¡Prados y Altolaguirre! Aunque la opinión crítica de este erudito pudo estar filtrada en tamices políticos, esa era, al fin de cuentas, la crítica que había en España durante la larga dictadura.
             Su obra fue respetada, valorada y querida (que sería lo más importante para él) por sus compañeros de exilio y por la crítica mexicana. Juan Ramón Jiménez, con una poesía tan alejada de la de León Felipe, no fue muy generoso con él, en 1953 lo considera injustamente "el mejor de los de menos importancia".
             Es ahora que se vuelve sobre la poesía de este duro poeta leonés, sobre su grito terrible contra y a favor del mundo, de la "España desmembrada, del hacha, del llanto y la discordia." Poesía, a veces ruda, que se levanta en clara rebeldía contra la injusticia, el abuso y la insolidaridad:

                      Está muerta. ¡Miradla!
                      Los que habéis vivido siempre arañando su piel,
                      removiendo sus llagas,
                      vistiendo sus harapos
                      llevando a los mercados negros terciopelos y lentejuelas,
                      escapularios y cascabeles...
                      y luego no habéis sabido conservar este viejo negocio
                      que os daba pan y gloria,
                      quisiérais que viviera eternamente.
                      Pero está muerta.
                      Miradla todos...

http://www.trazegnies.arrakis.es/bioleonf.html
consultado 4jun2011

15 mayo, 2011

Los Aché Guayakí hoy

Dos notas periodísticas recientes que dan cuenta de la realidad que viven los sobrevivientes de la etnia Aché Guayakí. Un problema que tienen otros pueblos originarios ante la lógica actual de la propiedad.
La lucha por mantener un territorio y un estado que se encuentra entre las presiones de los poderosos actuales y los derechos de quienes pretenden mantener sus costumbres y tradiciones.


NOTA 1
Paraguay: Restitucion Territorial a Pueblo Indigena

Senado aprueba entrega de tierras para los ache
Los senadores aprobaron el proyecto de ley para entregar tierras a los nativos ache oriundos del departamento de Canindeyú. El documento debe ser promulgado o vetado por el Poder Ejecutivo.

09-04-2011

Pueblo Indigena Ache, Paraguay

14 mayo, 2011

Macedonio. Nada más.

"Soy tan distraído que iba para allá y en el camino me acuerdo de que me había quedado en casa. Estas distracciones frecuentes son una vergüenza y me olvido de avergonzarme también." (Macedonio)

http://concursonacionalmacedoniofernandez.blogspot.com/



Carta de Macedonio Fernández a Jorge Luis Borges



Querido Jorge Luis:

Iré esta tarde y me quedaré a cenar si no hay inconvenientes y estamos con ganas de trabajar. (Advertirás que las ganas de cenar las tengo aún con inconvenientes y sólo falta asegurarme las otras).

Tienes que disculparme no haber ido anoche. Soy tan distraído que iba para allá y en el camino me acuerdo de que me había quedado en casa. Estas distracciones frecuentes son una vergüenza y me olvido de avergonzarme también.

Estoy preocupado con la carta que ayer concluí y estampillé para vos; como te encontré antes de echarla al buzón tuve el aturdimiento de romperle el sobre y ponértela en el bolsillo: otra carta que por falta de dirección se habrá extraviado. Muchas de mis cartas no llegan, porque omito el sobre o las señas o el texto. Esto me tiene tan fastidiado que rogaría que se viniera a leer mi correspondencia en casa.

Su objeto es explicarle que si anoche vos y Pérez Ruiz en busca de Galíndez no dieron con la calle Coronda, debe ser creo, porque la han puesto presa para concluir con los asaltos que en ella se distribuían de continuo. A un español le robaron hasta la zeta, que tanto la necesitan para pronunciar la ese y aún para toser. Además, los asaltantes que prefieren esa calle por comodidad, quejáronse de que se la mantenía tan oscuro que escaseaba la luz para su trabajo y se veían forzados a asaltar de día, cuando debían descansar y dormir.

De modo que la calle Coronda antes era ésa y frecuentaba ese paraje, pero ahora es otra; creo que atiende al público de 10 a 4, seis horas. Lo más del tiempo lo pasa cruzada de veredas en algunas de las casas; quizá anoche estaba metida en lo de Galíndez: ese día le tocó a él vivir en la calle.

Es por turnos y éste es el de que yo me calle.

Macedonio Fernández



Germán Arciniegas y Macedonio Fernández: vidas paralelas posmodernas en esa incapacidad de ser serios. By Martalucía Tamayo Fernández
en: http://books.google.com.ar/books 14 de mayo de 2011


En una nota Borges recuerda: 
Nosotros le decíamos: "Pero Macedonio, ¿por qué hacés eso?"; entonces él, con sincero asombro, nos decía: "¿Pero ustedes creen que yo puedo pensar algo nuevo? Ustedes tienen que saber que siempre estoy pensando las mismas cosas, yo no pierdo nada. Volveré a pensar en tal pensión del Once lo que pensé en otra antes, ¿no? Pensaré en la calle Jujuy lo que pensaba en la calle Misiones". 


Conversación Jorge Luis Borges - Oswaldo Ferrari  
Diálogos 
Barcelona, Seix Barral, 1992 (pags. 37 a 43) 


http://solotxt.brinkster.net/csn/27maced2.htm

¿El problema es la carne?

Grafitis de Buenos Aires

o...
Es el campo, estúpido!
Es la economía, estúpido!
Es el poder, estúpido!
C'est la misere, estúpido!
Sos siempre vos, estúpido necesario.

I.X.X (2011)

Mujer objeto retro

Grafitis de Buenos Aires

03 abril, 2011

Milicos - Hay Cadáveres (poema de Néstor Perlongher)

Néstor Perlongher

Bajo las matas
En los pajonales
Sobre los puentes
En los canales
Hay Cadáveres

En la trilla de un tren que nunca se detiene
En la estela de un barco que naufraga
En una olilla, que se desvanece
En los muelles los apeaderos los trampolines los malecones
Hay Cadáveres

25 marzo, 2011

A 35 años del golpe

"...muchos argentinos recibieron el golpe con alivio..." (Reato en La Nacion del 24/3/11)

El golpe de 1976 ha tenido, necesariamente una gran cantidad de complices en todos los niveles, pero me permito hacer una salvedad sobre los ciudadanos de a pie, los simples, los comunes, lo que están muy lejos del poder. Los salvo porque es común que se enteren de las cosas cuando ya son inevitables, si hay una guerra, cuando tienen las bombas encima, si hay inflación, cuando sus bolsillos ya están secos, y así...
En cambio hay otros, muchos, que no solo estan al tanto de los cambios sino que los promueven. En esta categoría entran los empresarios, directivos, financistas, jerarquías eclesiástica y militar, allegados al poder. Todo un abaníco de individualidades y colectivos que están convencidos hacia donde quieren ir y mueven sus influencias de modo que se cumplan sus profecías.

13 marzo, 2011

La peor crisis



Desde el año 2008 se ha desatado en el mundo la más reciente crisis del capitalismo, que con epicentro en Estados Unidos y más específicamente en sus turbias inversiones inmobiliarias se fue expandiendo por el mundo con diferentes intensidades. Podía haber sido en cualquier otro rubro, ya antes dieron aviso las quiebras de Enron y las empresas puntocom. Al parecer nadie tomó nota.

28 febrero, 2011

Los siete pecados capitales

FOTOGRAFIA: Marta Jara


Un cuento de Eduardo Galeano

De rodillas en el confesionario, un arrepentido admitió que era culpable de avaricia, gula, lujuria, pereza, envidia, soberbia e ira:Jamás me confesé. Yo no quería que ustedes, los curas, gozaran más que yo con mis pecados, y por avaricia me los guardé.
¿Gula? Desde la primera vez que la vi, confieso, el canibalismo no me pareció tan mal.
¿Se llama lujuria eso de entrar en alguien y perderse allí adentro y nunca más salir?
Esa mujer era lo único en el mundo que no me daba pereza.
Yo sentía envidia. Envidia de mí. Lo confieso.
Y confieso que después cometí la soberbia de creer que ella era yo.
Y quise romper ese espejo, loco de ira, cuando no me vi.


FOTO: laidea.eu

22 febrero, 2011

Todo lo que ves o es...

Fito Paez, Renata Schusseim, Divina Gloria, GIT, demasiado...
Y la visita del "Flaco"...

Fue un sueño o estuve allí?


FOTO: presentacion de Piano Bar "magicasruinas.com.ar"

Total interferencia
(Charly Garcia)

Tiene manos de marfil
y teclados de Taiwan
un chico conectado con la ciencia.
Busca aliados de jazmin
y una daga de metal
y tiene apuro y a la vez paciencia.

Tiene un radio,
para vivir,
para vivir.

Estamos como el
amor que se hecha a perder
violando todo lo que amamos
para vivir, para vivir

Tiene agujeros que no ves,
picaduras de escorpion
que oculta un maquillaje de inocencia.
Todo lo que ves o es
como la imaginacion
se junta con total interferencia,

en la radio
suena un violin

Estamos como el
amor que se hecha a perder
violando todo lo que amamos
para vivir, para vivir.

Del album "Piano bar"



FOTO: presentacion de Piano Bar "magicasruinas.com.ar"

09 febrero, 2011

Sobre: "No nos une el amor sino el espanto"

Tantas veces repetida, esta frase de tan común nos pasa inadvertida.
Le habló de tango, de cuchillos, de faroles. Acuñó en alguna esquina historias de entreveros. Alguna noche de mirar la luna que a través de la reja da nostalgia, a solas con ella se habrá preguntado si Buenos Aires sentirá lo mismo.Y la ciudad siempre discreta, escucha.




















Buenos Aires


Y la ciudad, ahora, es como un plano
De mis humillaciones y fracasos;
Desde esa puerta he visto los ocasos
Y ante ese mármol he aguardado en vano.
Aquí el incierto ayer y el hoy distinto
Me han deparado los comunes casos
De toda suerte humana; aquí mis pasos
Urden su incalculable laberinto.
Aquí la tarde cenicienta espera
El fruto que le debe la mañana;
Aquí mi sombra en la no menos vana
Sombra final se perderá, ligera.
No nos une el amor sino el espanto;
Será por eso que la quiero tanto.

JORGE LUIS BORGES

Copyright © Derechos reservados del titular.


Para escucharlo en la voz de J.L.Borges:

http://www.palabravirtual.com/index.php?ir=ver_voz1.php&wid=2487&p=Jorge%20Luis%20Borges&t=Buenos%20Aires&o=Jorge%20Luis%20Borges

Materialismo histórico en Marx

...en la producción social de su vida los hombres establecen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a una fase determinada de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia.
Karl Marx, Prólogo a la Contribución a la Crítica de la Economía Política (1859)
 
Fuente: Wikipedia

25 enero, 2011

Intelectuales y barro



Alejandro Magno
"Cuentan de Alejandro que una vez se metió en un río tumultuoso de la India, todo con barro
persiguiendo al ejército que peleaba con él
y que cuando iban en mitad
los caballos perdieron pie
aquellas aguas estaban heladas
y se volvió a sus compañeros y les dijo:
"me cago en la leche
os dais cuenta las cosas que tengo que hacer para que me tengais respeto?"

(recitado por Carlos Escohotado en el tema "Siempre es igual" de Andrés Calamaro)




Podrá decirse que Alejandro era un militar, o que en este caso lo seguía un ejército y no un pueblo o la intelectualidad, pero sin duda que ir adelante y meter los pies en el barro es toda una decisión.
No se trata tan solo de "dar el ejemplo", se trata de estar en situación, de comprender las vivencias de quienes se pretende instruir desde el liderazgo.

Oliverio Girondo por Juan Sasturain

Esta nota-homenaje-recordatorio, es inmensa, memorable.
Publicada en Pagina/12 ayer


Veinte motivos para leer a Oliverio Girondo
Por Juan Sasturain


Cinco por la negativa: las carencias

Uno. No saber quién es. Es el mejor motivo y el que a él más le hubiera gustado. Enterarse de que es –para muchos– el mejor poeta argentino del siglo XX es un dato que puede despertar al menos la curiosidad, primer paso hacia la posibilidad de tener una aventura; quiero decir: una experiencia que nos cambie la vida. Conocer a Girondo vale la pena precisamente por eso: te deja diferente de cómo te encontró.

Dos. No haberlo leído. Es una suerte, como no haber leído todavía a Pessoa o a Pound. O no haber ido a China o no conocer Africa. Se te abre un mundo desconocido, una puerta. A mí me pasó cuando tenía algo más de veinte, en la segunda mitad de los ‘60, y el Centro Editor lo reeditó en una colección barata y popular. Después encontré la edición de Losada de Persuasión de los días, de 1942, en Fray Mocho. Es lo que más me gusta de él. La tengo todavía.

Tres. No leer poesía en general. Oliverio está especialmente indicado para los prejuiciosos o escaldados por algún contacto negativo con textos poéticos que les provocaron desconcierto/rechazo/alergia/fastidio. Girondo se entiende y se disfruta. No necesita exégetas ni mediadores letrados (que los hay, casi en exceso). Jamás un libro suyo se te cae de la mano. Reconcilia con la poesía.

Cuatro. Estar amargado / estar engrupido. La lectura de Girondo (como la de Drummond de Andrade, por ejemplo) vacuna contra la estupidez de la queja sistemática y/o la autosatisfacción del acomodado en su molde comprado a plazos. Ni la hipocresía ni la autoconmiseración.

Cinco. Querer amasijarse / ser un boludo alegre. Incluso en sus momentos más jodones y festivos, Girondo habla en serio: nunca es solemne; y en los momentos de mayor desesperación –que los tiene– tiene la humildad de admirar el Misterio de lo dado y reconocer el Error, la soberbia pretensión manipuladora de saberes e instituciones (incluso el mismísimo lenguaje). Por eso nunca es patético. Te cura de la soberbia elocuente (regodeo en el sinsentido) y de la ignorante (hacerse el boludo).

Cinco por la positiva: los libros

Seis. Veinte poemas para ser leídos en el tranvía (1922) y Calcomanías (1925). Su primer libro, desprejuiciado fundador de la vanguardia argentina de los ‘20, son viñetas, croquis, apuntes tomados al paso de Mar del Plata a Venecia, de Buenos Aires y Río de Janeiro a Venecia. Ahí está el “Exvoto”: “Las chicas de Flores se pasean tomadas de los brazos para transmitirse los estremecimientos, y si alguien las mira en las pupilas, aprietan las piernas del miedo de que el sexo se les caiga en la vereda”. Famoso. El segundo salió en España, con dibujos suyos. “Calle de las sierpes”, Sevilla, 1923: “Cada doscientos cuarenta y siete hombres / trescientos doce curas / y doscientos noventa y tres soldados / pasa una mujer”.

Siete. Espantapájaros (1932). El primero editado en Buenos Aires, y el más perfecto hasta entonces. Dos docenas de breves prosas inolvidables, algunas inquilinas habituales de toda antología: las setenta y dos acciones amorosas del texto 12. “Se miran se presienten se desean / se acarician se besan se desnudan / se respiran se acuestan se olfatean”. Las maravillosas maldiciones del 21: “Que te enamores tan locamente de una caja de hierro que no puedas dejar, ni un momento, de lamerle la cerradura”. Qué bárbaro.

Ocho. Persuasión de los días (1942). Son poemas existenciales, si cabe; la pura intemperie espiritual sin ningún tipo de franela compensatoria. “Dicotomía incruenta”: “Siempre llega mi mano / más tarde que otra mano que se mezcla a la mía / y forman una mano (...) Por eso es muy posible que no acuda a mi entierro / y mientras me riegan de lugares comunes / yo me encuentre en la tumba / vestido de esqueleto / bostezando los tópicos y los llantos fingidos”.

Nueve. Campo nuestro (1946). Ya a fines del ’30 había vuelto –con la crisis, con la guerra, con el desastre europeo– a mirar para adentro, a reflexionar sobre la cuestión nacional: la cultura, la economía, incluso el paisaje. Hay varias versiones, hasta el cincuenta, de sus poemas a la (redescubierta) pampa primordial, vaca madre, plana nada elocuente. Es el Girondo menos conocido y manipulable.

Diez. En la masmédula (1956). Es el final, el salto en el vacío experimental, la ruptura de las palabras y de la sintaxis, la busca absoluta. Es el Girondo que seduce a surrealistas tardíos (Molina) y marca el camino de la puesta en tensión extrema del instrumento que empujará a la larga a algunos de los mejores, como Lamborghini, a sus propios confines. “El puro no”: “El no / el no inóvulo / el no nonato / el noo (...) / el macro no ni polvo / el no más nada todo / el puro no / sin no”. Apaga y vámonos.

Cinco por cuestión de salud

Once. Saber reír. Con Girondo, el humor irrumpe en la poesía argentina como un pedo en misa, un chiste verde en un velorio, un codazo en un desfile. Se da y concede permisos. Del humor ingenioso –que comparte con Ramón Gómez de la Serna, por ejemplo– saltará al humor negro y escatológico. No es un adorno, ni un chiste. Es una manera (la única digna) de mirar el mundo.

Doce. Cagarse en (casi) todo. La irreverencia (“¡Se celebra el adulterio de la Virgen María con la Paloma Sacra!”, de “Verona”) y la provocación iconoclasta que picotea los bordes de los tabúes con ingenio y desparpajo tienen una violencia corrosiva inusitada. Espantapájaros, por ejemplo, no es sólo una provocación sino un libro memorable, único para su época y para nuestra cultura.

Trece. Saber enojarse. Girondo no es un ruidoso payaso oportunista íntimamente integrado sino un observador feroz de la sociedad y las costumbres perversas de su tiempo. “Lo que esperamos”: “Yo sé que todavía / los émbolos / la usura / el sudor / las bobinas / seguirán produciendo / al por mayor / en serie / iniquidad / ayuno / rencor / desesperanza / para que las lombrices con huecos portasenos / las vacas de embajada / los viejos paquidermos de esfínteres crinudos / se sacien de adulterios / de hastío / de diamantes / de caviar / de remedios”.

Catorce. Celebrar la vida. Porque a la hora de reconciliarse con el mundo, ya despojado del “miasma” del comercio humano, a contrapelo de una “civilización” descaminada, Girondo descubre –y sabe revelar para nosotros– el soberano estupor ante lo natural visto con mirada adánica. “Inagotable asombro”: “Este perro / este perro / ¡Indescriptible! / ¡Unico! / (...) Cotidiano, inaudito / que demuestra el milagro / que me acerca al Misterio / que dan ganas de hincarse / de romper una silla”.

Quince. Angustiarse en serio. Pocas veces en la poesía contemporánea –en la latinoamericana, sólo en Vallejo– la expresión de la angustia ante las cuestiones de sentido que atraviesan al poeta en vida y muerte, alcanza la radicalidad –sin clichés ni recetas verbales o existenciales– del último Girondo. En la masmédula es, como sucede con un solo de Parker, un gesto definitivo e irreductible.

Y cinco porque sí

Dieciséis. El nombre que le pusieron. Llamarse así no suele ser gratis. Qué hace alguien que se llama así. Y de chiquito. Hay que bancársela. Creo que en su caso fue un estímulo: debió estar a la altura, con ese nombre de payaso, equilibrista o político radical al estilo Crisólogo Larralde. Toda su obra es un comentario, una prolongada digresión tragicómica a partir de su nombre.

Diecisiete. La cara que tenía. También tuvo que hacer algo con la cara, remontarla. En eso, como Macedonio (otro que vino con un plus nominativo), ganó cara y equívoca venerabilidad con el tiempo. Era de ojos saltones, dientudo y con mentón fugitivo: las caricaturas de la época son alevosas. La barba lo disfrazó, pero operando al revés de las caretas: lo puso grave, reservando la gracia y la ironía para los ojos.

Dieciocho. Las cosas que hacía. Las jodas famosas, la prolongada estudiantina, su espíritu juguetón, iconoclasta. El memorable lanzamiento por calle Florida, en coche fúnebre, de Espantapájaros, con el muñeco de la tapa, dibujado por Bonomi, convertido en escultura de papel maché, y con chicas vendiendo el libro.

Diecinueve. La mujer con la que se casó. Un hombre también se justifica/explica por las mujeres que amó y lo amaron. Oliverio conoció a la brillante colorada Norah Lange en 1926 y se casaron en el ‘43. Fue su mujer, su amiga, su cómplice talentosa. La oradora de banquetes que supo reunir en Estimados congéneres, la memoriosa de Cuadernos de infancia, la novelista de Personas en la sala.

Veinte. Las fechas del almanaque. Acaso sea un pretexto que hoy, 24 de enero, se cumplan 44 años de la muerte de Oliverio, en el verano de 1967. Norah lo sobrevivió sólo cinco más. El otro pretexto que nos da el almanaque para leer a Girondo es que este año, el 17 de agosto, se cumplen 120 de su nacimiento en 1891. A ver si nos acordamos.