27 mayo, 2022

Después de la ww2 ¿adonde se fueron todos?

Nazis en EEUU.

Es una de las tantas historias ocultas de la Segunda Guerra Mundial, una que tardó décadas en develarse. A pocos kilómetros de Washington, Estados Unidos tenía un campo de prisioneros nazis. Un campo secreto, ilegal, a espaldas de la Convención de Ginebra. Un campo de interrogatorios por el que pasaron 3541 oficiales y soldados nazis entre 1942 y 1946. De lo que sucedía allí nadie podía hablar. Y fue en ese lugar con nombre de casilla postal en que comenzó una de las mayores victorias de Estados Unidos en la Guerra Fría y, al mismo tiempo, uno de los grandes logros de la humanidad: la llegada del hombre a la luna.



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Algunos casos

Al finalizar la guerra, Allen Welsh Dulles, junto a la Joint Inteligence Objective Agency (JIOA), fue el encargado de revisar los dossieres con los nombres de científicos, ingenieros, médicos y técnicos alemanes que acabarían pisando suelo norteamericano. Algunos de estos científicos fueron Georg Rickhey y Arthur Rudolph, ambos ingenieros supervisores en la producción de las bombas V1 y V2. Rudolph fue descrito por los funcionarios estadounidenses como un "nazi ardiente". Había supervisado personalmente el trabajo de los trabajadores-esclavos y estuvo presente durante sus ejecuciones. Tanto los oficiales alemanes como los norteamericanos lo clasificaron como un criminal de guerra. Sin embargo, estas acusaciones fueron silenciadas en su archivo oficial, y Rudolph llegó a trabajar para la NASA.
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En vista de los conflictos que amenazaban Occidente, y a una más que posible guerra, Dulles, jefe de la CIA desde 1952, necesitaba disponer de un agente especialista en los trasfondos soviéticos. Para ello contó con los servicios de Reinhard Gehlen. Durante la Segunda Guerra Mundial, Gehlen fue jefe de la contrainteligencia alemana en el frente ruso y junto con otros excamaradas alemanes creó la Organización Gehlen, uno de los ejes de las operaciones secretas de la OTAN. Una de las operaciones más famosas fue la llamada Operación Gladio. Ésta se llevó a cabo básicamente en Italia, donde el Partido Comunista era muy poderoso. Entre sus organizadores se sospecha que estuvo el agente italiano Licio Gelli, el legendario jefe de la logia masónica P2 implicado años después en el escándalo del Banco Ambrosiano.


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En marzo de 1946, para evitar la publicidad se decidió cambiar el nombre original de la operación por el de Paperclip, por los clips que sujetaban las biografías limpias de los científicos, en las que ellos se convirtieron en "víctimas del nazismo".
Destino de científicos seleccionados
Inicialmente en el marco de la operación estaba previsto llevar a EEUU a hasta 350 especialistas, pero en 1946 la JIOA insistió en aumentar esa cifra hasta 1.000 científicos y técnicos alemanes y austriacos, así como propuso otorgarles la ciudadanía estadounidense.
El plan de la JIOA fue aprobado por el presidente Truman en septiembre de 1946.
Más de 1.500 físicos, químicos, médicos y técnicos de Alemania, que fueron llevados a EEUU durante varios años de la operación, se encargaron de investigaciones sobre armas químicas, espacio y uso de sustancias psicotrópicas durante la tortura.


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Operación Paperclip

En total, más de 700 científicos (junto con sus familias) fueron llevados secretamente a Estados Unidos. Ninguno de ellos calificaba para un visado de entrada en los Estados Unidos, pues todos habían servido a la causa nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Por tal motivo, numerosos documentos tuvieron que ser reescritos para limpiar el nombre de los científicos involucrados. Gran parte de las informaciones concernientes a la Operación Paperclip aún están clasificadas como secreto absoluto.

Otras operaciones

Además de la Operación Paperclip existieron otros programas similares: la Operación Alsos (en el marco del Proyecto Manhattan) para conseguir tecnología y equipamiento nuclear para los aliados (fundamentalmente Estados Unidos y el Reino Unido); la Operación Backfire, una iniciativa británica para obtener tecnología aeronáutica alemana; y sobre todo la Operación Osoaviakhim, por la cual la Unión Soviética logró hacerse con cerca de 2.000 científicos y técnicos alemanes.


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Nazis en Argentina

En total 180 criminales de guerra se refugiaron en el país austral, según la Comisión para el Esclarecimiento de las Actividades del Nazismo en la Argentina (Ceana), creada en 1997 por el gobierno del presidente Carlos Menem e integrada por historiadores independientes. Treinta de esos criminales de guerra eran alemanes, cincuenta croatas y cien eran belgas y franceses. Novecientas páginas tiene el informe de la Comisión.
Los 180 criminales nazis arribaron todos durante el gobierno de Juan Domingo Perón. “Es un hecho” -según Joseph A. Page, profesor de Georgetown University y autor de una biografía del presidente argentino- que Perón “nunca exhibió indignación moral alguna ante la enormidad de los crímenes de lesa humanidad cometidos por los nazis”. En cambio consideró una infamia que los jerarcas nazis fueran sometidos a la justicia. Esa fue la palabra que utilizó, infamia, para referirse a los juicios de Núremberg, según las memorias que dictó frente a una grabadora en los últimos años de su exilio en Madrid. Los juicios se iniciaron en noviembre de 1945. Tres meses después Perón fue elegido presidente. ¿La acogida que dio en su gobierno a los fugitivos del Eje fue un intento de corregir la supuesta infamia que simultáneamente se venía cometiendo en Núremberg?


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Miles de nazis en Argentina

¿De dónde surge esta cifra enorme?
La cifra se instaló en el imaginario a partir de una serie de notas publicadas en la misma fecha (marzo de 2020) dan cuenta de un hallazgo de datos previos a la segunda guerra mundial y cabe recordar la simpatía mundial que había con lo nazi previo a la guerra EEUU por caso con actos públicos adornados de esvásticas incluídos, y Argentina no fue la excepción. Pero no se debe confundir esta cantidad de simpatizantes con los refugiados nazis después de la confrontación que fueron muchos menos.
Ixx, feb22

Hallan lista de 12 000 nazis en Argentina

El Centro Simon Wiesenthal, de lucha contra el antisemitismo, desveló una lista de 12 000 nombres de nazis que se instalaron en Argentina y muchos de los cuales habrían alimentado cuentas bancarias en el Schweizerische Kreditanstalt, actual Credit Suisse. La institución bancaria asegura que analizará el asunto.
Este contenido fue publicado el 04 marzo 2020

“Creemos muy probable que estas cuentas inactivas contengan dinero saqueado a víctimas judías, bajo las leyes de ‘arianización’ de Nuremberg de los años 30”, señala el Centro Simon Wiesenthal en un comunicadoEnlace externo divulgado el 2 de marzo.
Por su parte, Credit Suisse recuerda que entre 1997 y 1999, una comisión independiente de expertos, presidida por Paul A. Volcker, investigó a Credit Suisse y a otros sesenta bancos suizos con el objetivo de identificar cuentas que habrían podido pertenecer o habrían probablemente pertenecido a víctimas de las persecuciones nazis.
“La comisión concluyó que su investigación “fue única en su tipo ... [y] fue el fruto de un trabajo largo y minucioso de un gran número de especialistas en ciencias forenses. [Permitió] elaborar un cuadro lo más completo y exhaustivo posible de las cuentas suizas de las víctimas de las persecuciones nazis, teniendo en cuenta las circunstancias”, precisa Credit Suisse a swissinfo.ch.
Agrega que, sin embargo, analizará nuevamente el asunto.

Una lista encontrada por azar

En su comunicado, el Centro Wiesenthal puntualiza que la lista con los 12 mil nombres fue encontrada por el investigador argentino Pedro Filipuzzi mientras laboraba en una antigua sede nazi en Buenos Aires.
Durante el decenio de 1930, el régimen militar pronazi del presidente José Félix Uriburu, apodado Von Pepe por su germanofilia, y de su sucesor, Agustín Pedro Justo, acogió una creciente presencia nazi en la Argentina, señala el texto.
Agrega que si bien en 1938, este último fue reemplazado por el presidente antinazi Roberto Ortiz, quien estableció la ‘Comisión Especial para la Investigación de Actividades Antisemitas’, había ya entonces 1 400 miembros del Partido Nacional Socialista Alemán (NSDA) en Argentina.
Ello, además de los 12 000 miembros de un sindicato argentino simpatizante del nazismo y unos 8 000 afiliados a otras organizaciones pronazis.
Entre ellas se encontraban empresas alemanas como IG Farben (el proveedor de gas Zyklon-B, utilizado para exterminar a los judíos y otras víctimas del nazismo) y organismos financieros como el Banco Alemán Transatlántico y el Banco Germánico de América del Sur. Puntualiza el Centro que ambos bancos habrían contribuido a la transferencia de capital nazi al actual Credit Suisse.
Decenas de dirigentes nazis responsables del Holocausto, incluidos el doctor Josef Mengele y el SS Adolf Eichmann, se refugiaron al término de la guerra en diversos países de Sudamérica, incluida Argentina.


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