Tecnofeudalismo - La lógica de la vigilancia
La lógica de la vigilancia acaba por trascender a los individuos y en ella hay como un camino sin salida. No podemos escaparnos de ese mundo porque, individualmente, somos más débiles que los algoritmos. Estamos dominados y guiados por ellos. No hay una solución individual para la protección de los individuos ante los soportes digitales. Por el contrario, hay que reflexionar en la manera en la que, colectivamente, podemos emanciparnos de ellos preservando espacios de la existencia que no estén totalmente dominados por este sistema. Es una discusión política y no tecnológica.
Durand demuestra cómo, en contra de lo que circula en los medios, con las nuevas tecnologías, en vez de civilizarse, el capitalismo se renovó hacia atrás. Se instaló en el medioevo con los útiles de la modernidad. No dio ni nos hizo dar un salto hacia el futuro, sino que se replegó hacia atrás y, con ello, resucitó las formas más crueles de la dominación y el sometimiento. El mito de la Silicon Valey se derrite ante nosotros: acumulación escandalosa de ganancias, tecno dictadores, desigualdades sociales indecorosas, desempleo crónico, millones de pobres suplementarios y un puñado de tecno oligarcas que han acumulado fortunas jamás igualadas. La tan cantada “nueva economía” dio lugar una economía de la dominación y la desigualdad. La tesis del libro de Cédric Duran es un viaje al revés, una desconstrucción de los mitos tecnológicos: la digitalización del mundo no ha conducido al progreso humano sino a una gigantesca regresión en todos los ámbitos: restauración de los monopolios, dependencia, manipulación política, privilegios y una tarea de depredación global son la identidad verdadera de la nueva economía.
Cédric Durand analyse les conséquences de l’essor de l’économie numérique sur les structures économiques en matière de dynamisme concurrentiel et de rapports sociaux, dont les caractéristiques s’apparenteraient à une nouvelle forme de féodalisme.
Depuis de nombreuses années, nombre d’ouvrages ou de documentaires ont pu souligner les craintes associées à l’essor de l’économie numérique : les grandes entreprises du numérique – communément appelées GAFAM pour Google, Apple, Facebook, Amazon et Microsoft – sont régulièrement accusées d’abus de position dominante ; les algorithmes développés par ces firmes sont souvent considérés comme une intrusion dans la vie privée des consommateurs comme en témoigne le scandale autour de Facebook et l’entreprise Cambridge Analytica qui a éclaté en 2018 et qui aurait joué un rôle central dans le référendum du Brexit.
Gracias a los datos masivos sobre los productos y las preferencias, y también a los algoritmos capaces de examinar las transacciones potenciales en múltiples configuraciones, el proceso de apareamiento se vuelve mucho más sutil. Es lo que ilustran los sistemas de recomendación de compras personalizadas, la puesta en relación de viajeros en función de las ganas de conversar en BlaBlaCar, la automatización de las primeras fases de reclutamiento en las grandes firmas o incluso el control automático de bienes intermediarios en las cadenas de valor.
Datos y algoritmos reemplazan en gran medida los indicadores de precios en las transacciones: «Los mercados ricos en datos finalmente producen aquello que los mercados, en teoría, siempre tendrían que haber hecho: permitir una transacción óptima. Sin embargo, en virtud de límites informativos, eso no es así» [1]. La moneda conserva su rol de medio de pago y de reserva de valor, pero una multitud de indicadores vienen a completar las señales de precios para enriquecer la información económica.
Au début des années 2020, le consensus de la Silicon Valley se délite. Inégalités folles, stagnation de la productivité, instabilité endémique… la nouvelle économie n’est pas advenue. Les algorithmes sont omniprésents, mais ce n’est pas pour autant que le capitalisme s’est civilisé. Au contraire.
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