09 diciembre, 2013

Lo que nos ocupa en diciembre de 2013 - Comp. Ivo Xavier Diez

Hoy mismo, lunes, aún se esparcen rumores de saqueos en diversos puntos del país y por la diversidad de los orígenes tanto de las noticias como de los hechos, cuesta mucho pensar objetivamente qué está ocurriendo de verdad. Se encuentran por estos días opiniones de toda índole, cada cual responde a sus propios intereses pero también es cierto que el verdadero triunfo de esta situación es el temor generalizado que a esta altura abunda en las clases medias ciudadanas.
Se dice que se ofrecen hasta 400 pesos por "participar" en la provincia de Buenos Aires, se cree (esto es fácilmente comprobable) que muchos de los policías huelguistas son miembros exonerados de la fuerza, es decir despedidos por corrupción, y para completar llueven acusaciones cruzadas entre los medios y la política, entre partidos oficialistas y opositores, entre ciudadanos de a pie y los políticos que no hacen nada, etc. Lo cierto es que coincidentemente se alzan las fuerzas policiales de casi todo el país, que si bien es cierto que cobran sueldos magros, también es cierto que raramente lo advirtieron todos en la misma semana y a la vez. Siendo los guardianes del orden se esperaría que puedan negociar estas cuestiones con algo de responsabilidad, no la tienen, bien. Entonces pienso en la mutación de los golpes de estado en Sudamérica, desde aquellos golpes militares a los económicos, institucionales y también los policiales (al presidente Rafael Correa no lo mataron por centímetros en un levantamiento policial en Ecuador). Pero no hay que olvidar a treinta años del retorno democrático a la Argentina que tras las rupturas institucionales(1) hay siempre un poder imperial que a través de su rama mediática articula estos discursos y motoriza estas acciones en las que siempre la gente pone el cuerpo y no es una abstracción, cuando aquí digo "gente" me refiero a que son personas quienes sufren y mueren mientras otros escriben, digitan, fogonean, incitan(2).
Momento difícil aunque hemos tenido peores. 
Dos notas para reflexionar en este diciembre caliente. 

IXX-dic13

(1) Curiosidad por similitud: cuánto se parece la instalación del término "grieta" a las palabras golpe, ruptura, quiebre, caída, interrupción.
(2) Recomiendo releer a Sylvain Timsit.





1)

sanata y fe: no es momento de agregar leña al fuego

por http://rambletamble.blogspot.com.ar/2013/12/sanata-y-fe-no-es-momento-de-agregar.html
12/09/2013

Leemos a Darío Schueri en su habitual análisis de la coyuntura santafesina:

En varias Provincias (La Rioja, San Juan, Río Negro y Catamarca) la policía amenazó con retirar su fuerza de las calles en una suerte de “revival” del cordobazo policial para darle fuerza precisamente al reclamo de aumento salarial ante lo que sospechan será un fin de año mas conflictivo socialmente que el 2012.

La mayoría de los efectivos policiales viven en barrios de clase media baja, periféricos en algunos casos de asentamientos en los cuales se respira violencia de todo tipo; y tienen información precisa que en determinados sectores sociales sobre el filo de las fiestas recrudecería la inquietud, mezcla de genuina necesidad con la rapiña.

Entre el viernes y sábado los titulares de los portales informativos comenzaron a hablar de un “efecto dominó” del malestar policial en varias Provincias. Córdoba los había envalentonado, mientras la clase política seguía inmersa en fatigosas internas, expuestas a la sociedad casi de manera provocativa ante el avance de la inflación que corroe los bolsillos de los asalariados y cuentapropistas, y que lejos de ser atacada, es barnizada con atajos semánticos.

En Santa Fe el sindicato no reconocido de policías – Apropol- que según el Gobernador Bonfatti está conformado por miembros exonerados de la Fuerza, orilló la apología del delito llamando, durante el desastre de Córdoba, a la sublevación por el mismo motivo: aumento salarial y mejores condiciones laborales. Fue el miércoles y el Gobernador había tomado nota denunciándolos ante la justicia; el sábado por la mañana un minúsculo grupo de uniformados reclamaron junto a sus esposas frente la Unidad Regional Uno en esta capital y un número mayor impedía la salida de móviles en Rosario. En Rafaela también había escaramuza frente a la jefatura.

Advertido de la situación, alertado por los jefes de que la mayoría de la Fuerza no quería plegarse a la insubordinación, pero que la situación podía desmadrarse si no se daban algunas respuestas, el Gobernador se curó en salud y en conferencia de prensa anunció mejoras salariales y hasta la novedosa constitución de una especie de paritaria policial; mientras, Berni a pedido de Capitanich que había mantenido diálogo directo con el Gobernador santafesino enviaba miles de gendarmes para reforzar la seguridad en el Gran Rosario.

Es verdad que algunos medios y colegas exageraron la nota creando una psicosis innecesaria el sábado por la mañana en esta capital cuando las patéticas imágenes de Córdoba aún están frescas en la memoria colectiva; pero no podemos negar que hay un contrato social que se está desvencijando, si es que ya no se rompió. Y eso genera mucha desconfianza y descreimiento hacia la clase política. Lo ejemplificó perfectamente Monseñor Arancedo en la Catedral Metropolitana en la homilía de la misa por las víctimas del narcotráfico y la violencia doméstica.

La policía es un emergente más de la disgregación social que vive Argentina: conviven laboralmente con el crimen: el doméstico y el organizado, al cual enfrentan muchas veces de manera despareja, y otras sucumben bajo sus seductoras redes, transformándose en otro eslabón más con todo lo que ello presupone: quienes deben protegernos del mal forman parte del mal.

El nivel de tensión que había generado durante el sábado el atisbo de amotinamiento en Rosario se vio reflejado en los conceptos del Gobernador Bonfatti antes de anunciar las mejoras remunerativas para la Fuerza: aliviado agradeció a “la mayoría de agentes de la Policía” que no adhirieron a la insurrección proclamada por sus ex camaradas, que en el fondo actuaron como oportunistas voceros oficiosos no representativos de los 19.000 integrantes de la Policía santafesina, pero catalizadores de una sensación que quizás anida en muchos espíritus uniformados .

La atmósfera estaba cargada el sábado. El ambiente estaba predispuesto; una vez mas la rapidez de reflejos del gobierno obturó males mayores.

“Nunca hay tranquilidad total; hay algunos grupos fogoneando, pero el Gobernador hizo una propuesta seria y cumplible y fijó un límite; no va a permitir el descontrol”, aseguró un alto funcionario del gobierno.

Los espíritus ciudadanos no están tranquilos; se respira un aire denso. Incluso desde lo meteorológico; el anunciado cambio climático ya está entre nosotros con sus temibles secuelas de destrucción material..

Hay sensación de que algo no anda bien y que una fuerza extraña acecha; no se sabe bien que es y de donde saldrá. De allí la extrema prudencia y responsabilidad que debemos tener los comunicadores para no exasperar las ansiosas conciencias de gran parte de la sociedad; lo cual no significa ser cómplices ni voceros graciosos de ningún sector. Quien se sepa profesional en su trabajo como periodista sabrá como hacerlo.

¿Habemus presupuesto antes de fin de año?

En una faena de finísima ingeniería política y mutuos “acuerdos de gobernabilidad y responsabilidad institucional” los senadores dieron media sanción al Presupuesto General de Gastos y Cálculos de Recursos 2014. Finalmente para que “la ley de leyes” tenga media sanción mientras caía la tarde del viernes, el gobierno debió ceder -por ahora- ante la oposición y varios de tropa propia el denominado “impuesto verde” y el Régimen Simplificado de Ingresos Brutos.

Resulta sumamente atractivo para el seminario político analizar las ajedrecísticas jugadas de los senadores oficialistas y opositores que utilizaron con precisión matemáticamente política el número para saltear circunstancias adversas en pos de la aprobación de la Ley.

Desde la calculada ausencia de tres senadores peronistas, hasta el oportuno abandono temporal de la banca oficialista de quien no estaba de acuerdo con algún artículo, pocas veces se pudo ver en un recinto político semejante concordancia entre oficialismo y oposición, plasmada en equilibrados discursos, casi de tono salmódico.

Contrariamente, la políticamente atomizada Cámara de Diputados será escenario de encendidas arengas que ya anticipan en la prensa algunos diputados de la oposición.

Su presidente Luis Rubeo aspira a que, primero lo trate con cierta celeridad la Comisión de Presupuesto y Hacienda para que caiga al recinto en un par de semanas y una vez hecha la catarsis discursiva, los legisladores de los distintos sub bloques de su sector (el peronismo) con las modificaciones del caso envíen antes de la finalización del año el texto corregido a los senadores para que, con los dos tercios que seguramente lograrán, lo conviertan en Ley.

El clima de diálogo instaurado por el voluntarioso Jefe de Gabinete de la Nación Jorge Capitanich ya había sido inaugurado por la dupla Bonfatti-Galassi desde hace tiempo. Intendentes del PJ llegan hasta el primer piso de la Casa Gris para buscar “consensos” (y soluciones que no siempre significa plata), como por ejemplo un foro de intendentes (Venado Tuerto, Puerto San Martín, Roldán) acompañados por la diputada Erika Gonnet del riñón del secretario de Transporte Alejandro Ramos.

El senador Baucero apareció con el intendente electo de Romang, y la diputada Cinalli, esposa del nuevamente presidente de la Comuna de Chabás Osvaldo Salomón agendó el teléfono de Galazzi en el acto de juramento del nuevo Ministro de Salud.

No es momento de agregar leña a un fuego que parece avivarse solo.

2)

Un largo diciembre...

lunes, 9 de diciembre de 2013
por: http://marianoandresmontenegro.blogspot.com.ar/2013/12/un-largo-diciembre.html


La falta de penetración de las fuerzas democráticas en la institución policial, es evidente, sobre todo en estos días en los que sus efectos adquirieron dimensiones casi catastróficas. No alcanzaron diez años para que la política quiera o pueda abordar una de las principales problemáticas que tiene nuestro país. Cuna del narcotráfico, el fenómeno de la inseguridad y la violencia social que cada día crece con más ímpetu.
Policía que no se controla, que no se renueva, que no es afectada por las “fuerzas democratizadoras” cuyo principal espacio de acción parecen ser los medios de comunicación, pero policía a la que se apela cada vez con más frecuencia, policía que tiene cada vez más efectivos.
Efectivos que provienen del extracto social más vulnerable, con mayores riesgos y por sobre todo, más sensibles a las constantes subas de precios en artículos de primera necesidad.  Extracto social del que también provienen los “pibes choros”, que son los principales sujetos a los que esta policía reprime.
Protagonistas violentos de una política económica que busca incrementar el consumo, redistribuyendo los sobrantes de los beneficiarios principales del mismo.  De eso trata esta Década, de utilizar los sobrantes de quienes se la “llevan en pala” para hacer un poco más humana la situación de quienes menos posibilidades tienen. Quienes quieran creer que fue la riqueza lo que se distribuyó, encontraran en el pequeño grupo de corporaciones que económicamente controlan nuestro país a las más beneficiadas de esta década, lo cual resultaría inadmisible si se redistribuyera su riqueza.
Pero evidentemente la economía argentina no es la misma que hace dos o tres años. Esto se ha encargado de explicar CFK cuando luego de la derrota de las PASO y en un llamado a “los titulares” de la UIA, se sinceraba afirmando que los que anteriormente se la llevaban en pala, hoy se la llevaban en cucharas, pero se la seguían llevando.
Evidentemente los márgenes de movimiento y distribución de las ganancias, se estrecharon. De ahí la necesidad de visitar a los siempre dispuestos a la ayuda humanitaria, organismos de crédito internacionales.
Volviendo al tema que nos ocupa, policías y saqueadores, policías e individuos que cometen hechos delictivos, fueron los principales protagonistas no solo de lo sucedido en estos últimos días, también lo fueron de las elecciones recientes y podemos decir también que son tema de agenda desde hace un largo tiempo.
La diferencia, es que en los hechos recientes, se evidencia la organización.
La policía que alienta y se articula con el saqueo, es la misma que alienta el accionar delictivo mandando pibes a robar, y la misma que se articula con el narcotráfico desde la protección del negocio hasta llegar a formar parte de él. La diferencia sustancial entre los hechos extraordinarios de estos días y el accionar cotidiano, es simple, la concentración. Se concentraron policías en las comisarías y se concentraron los pibes en los frentes de locales.
Quien quiera creer que los saqueos alguna vez en nuestro país fueron a causa del hambre, deberían primero cruzar la General Paz y luego tratar de encontrar respuesta a la siguiente incógnita: ¿Si hoy no existe el hambre en la Argentina y hace dos años que en diciembre tenemos saqueos, como es posible que antes de esos dos años y todavía existiendo el hambre, no se produjeran?
Ante la incapacidad de responder a dicha incógnita sin recurrir a teorías conspirativas que van desde Eduardo Duhalde, que casualmente y a diferencia de lo que venía ocurriendo, se encuentra cada vez más cercano al Gobierno Nacional, hasta el accionar de alguna logia Iluminatti… les proponemos que analicen el contexto social en el que viven los sectores mas postergados de nuestra economía. Sectores cuyos protagonistas principales, como decíamos, son los policías y los pibes chorros, el Club de Caza y los zorros.
Al estrechamiento de los márgenes de ganancias, sin una real distribución de la riqueza, acotando el margen de sobrantes para redistribuir, debe adicionarle el narcotráfico. Pero,  ¿no es fruto éste de lo que explicábamos anteriormente? ¿No encuentra el narcotráfico sus soldados con y sin placa entre los sectores más pobres? Si, el consumo es generalizado, pero la mano de obra que precisa el negocio, no. A medida que el fetichismo de la mercancía adquiere más poder en una economía que hace de éste su principal motor sin redistribuir la riqueza, y con menor cantidad de recursos provenientes de los sobrantes para redistribuir, el delito, basado en el negocio del narcotráfico, actúa como movilizador de la economía marginal, para marginales. Es así como el narcotráfico no encuentra sus empleados entre las clases media y medias altas, quizás si algún gerente… pero los soldaditos, se encuentran entre quienes son excluidos de la economía formal y una UH no les alcanza. ¿a quien le alcanza? Ahí nace la oportunidad de traer un mango más a la casa, en el narcotráfico.
Tenemos una economía que pide a gritos que se consuma, un gran sector que obedece y consume desmesuradamente y otro sector que también escucha este grito, pero que no puede acceder. Llaman a las puertas del Templo de la mercancía, pero nadie les contesta.
Entonces es en el narcotráfico  y la delincuencia, donde los sectores postergados encuentran el vil metal para saciar el deseo que la propia economía pide sin miramientos para el que puede y el que no.
Por lo que es obvio que si se toca el negocio del narcotráfico, aunque sea en los niveles más bajos, ya que en los altos mandos, en la patronal narcotraficante ningún político se atreve a meter los dedos, quizás por el instinto de la propia supervivencia económica, es obvio que se afecta la economía de los sectores a los que la distribución no les llega y por consecuencia el reclamo de la policía por mejoras salariales.

Entonces es preciso remarcar, que todo esto que sucede no es mas que una consecuencia natural del estancamiento económico y la falta de distribución de la riqueza. Cuando las vacas estuvieron gordas, había margen para contentar, con las sobras. Hoy que las vacas están flacas y sin una política económica decidida a redistribuir riqueza, no hay margen para contentar mas que a los policías que se encargaran de reprimir a los descontentos.
Sobre todo, al aumentar el sueldo de los efectivos policiales en porcentajes que serian un sueño para el resto de empleados estatales y ni que hablar de los que se desempeñan en el sector privado, que no llegan ni a un 30%.
Resulta curioso escuchar a algunos que embanderándose en la Justicia Social, condenan a los saqueadores solo porque no saquean por hambre. ¿Creerán que solo de pan vive el hombre? ¿Creerán que la igualdad social es tener presidentes multimillonarios, corporaciones monopólicas y personas cuyo único derecho es el de comer? Raro… ¿no? Porque es preciso entender que quien puede acceder a comida, mañana intentará acceder a calzado, pasado a una casa, luego a un televisor, luego a una PC, luego y luego y luego… y es natural, ¿por que ha de contentarse uno con lo que tiene si lo bombardean con imágenes para que siga consumiendo? Pero no resulta extraño cuando uno ve que su máxima conductora, quiere ejemplificar la justicia social comentando en cuantos ranchos de cartón y chapa hay antenas de DirecTV. Hasta ahí nomás llega su humanitarismo.
Y para ser mas claros en la explicación, tomemos el ejemplo de Venezuela, que está gobernada de una forma pésima, pero Nicolas Maduro comprendió por donde pasa esto del consumo y no mandó saquear depósitos de pan y leche, mandó a saquear casas de electrodomésticos. Si, es pésimo lo que hizo, es pésima la solución, pero fue correcta la identificación del problema.  Todo para asegurarse una Feliz Navidad.
La policía es solo uno de los protagonistas, el resto de los sectores vulnerables que se encuentra en plena fiesta del consumo sin posibilidades de consumir, al amigarse policías y gobiernos, encontrará mayores dificultades para acceder al Templo del Consumo.  Las balas y los palos de policías y gendarmes se aseguraran de eso. Todo esto es un contexto donde la exclusión a través del consumo se hace más evidente. Todo esto en Diciembre, donde la falta de electricidad, los repentinos y larguísimos apagones son moneda corriente gracias al negocio de las concesionarias, de ganar sin invertir, DeVidomente sin control por parte del Estado. Todo esto con una derecha cada vez más cercana al “progresismo” que con la remerita del Che Guevara y un cartelito de “Ningún pibe nace chorro” pide represión y bala para “los delincuentes” en su cada vez mas decadente estilo conservador.
Y este caldo de cultivo es coronado por una Presidenta que desde su acuartelamiento sube fotos al facebook y elige reforzar las fuerzas represivas,  hacer un acto junto a ex presidentes oficialistas como Carlos Saul Menem y otros cuya característica principal fue la represión a los sectores populares, Fernando De la Rua y Eduardo Duhalde, donde seguramente dirá algunas palabras para los que ansiaban escucharla la semana pasada.
Pero el conflicto está lejos de solucionarse si a lo único que se apela es a aumentar los sueldos de los efectivos de las fuerzas de seguridad.
Pero es largo diciembre… hay que ver si alcanza la provisión de balas.

fin?

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