13 marzo, 2017

Todo es K

La rutina de una misa más que tal vez podía ser la última y la lectura política de los sucesos por todos conocidos en dos notas que sirven (o tal vez sirvan) para reflexionar estos tiempos violentos que nos tocan, de una violencia verbal y simbólica inusitada que no pueden refrenar siquiera las voces concientizadoras. Los monstruos de la derecha se yerguen omnipotentes sobre nosotros y aún las voces de rebeldía que afloran entre los jóvenes de corazones libres son frágiles ante las embestidas que cualquier chispa les puede hacer estallar dentro mismo de sus más privadas costumbres ¿Porque qué es sino un ritual privado esa entrega comunitaria ante un templo efímero de un dios moribundo que se pretende inmortalizar?¿Qué razones públicas hay para hacerlo?
Los que no entienden nada tratan de hacernos comprender a los demás esa nada prejuiciosa y futil que hoy y cada vez más invade las pequeñas cabezas televidentes.
Las balas del campanario nos alumbran sobre la tan necesaria culpa expiatoria (máxime en tiempos de un caos descontrolado).
Por su parte la crónica de UDN es más íntima, es para vivir de más cerca el derrotero de un fan y su peregrinación que es casi como una crónica anunciada.
No digo más, no tengo palabras para los que no entienden que es justamente para quienes quisiera tenerlas. Lo demás está mejor dicho por otros. 





IXX, mar 2017

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lunes, 13 de marzo de 2017

Ergo.. los perversos K.. y el Indio

http://lasbalasdelcampanario.blogspot.com.ar/2017/03/ergo-los-perversos-k-y-el-indio.html

Para la mass media oficialista el "Kirchnerismo ideología" asesina, o en su defecto induce a suicidios, también a paros cardíacos en recitales, a quemaduras de segundo y tercer grado, avalanchas, como las que se dan comúnmente en los estadios de fútbol (sin ir más lejos Banfield-Boca del sábado), promueve lanzamientos de bengalas, ingresos masivos sin entrada, con muertos inclusive, como vimos muchas veces en el Boca de Macri cuando ingresaba la 12 bromeando con la Seguridad del Estadio bajándole la gorra a los policías, el kirchnerismo es el ideólogo del gas pimienta, las sobredosis, los ataques de epilepsia, destruye palcos, promueve desastres climatológicos, rayos playeros, quebraduras expuestas y desmayos, y por supuesto  corrupciones de toda índole. El patetismo no tiene límites, tirarle muertos al kirchnerismo, estigmatizar al kirchnerismo se ha convertido desde hace más de una década en un argumento político sedimentario de la mass oficialista, proceso que gana por acumulación de falacias. Esto habla de su pobreza intelectual. Nosotros en el presente estamos prevenidos y sabemos quienes son, nadie en la actualidad puede llamarse a engaño, y en esto incluyo a los que creen por conveniencia, mi temor es que dentro doscientos años solo pervivan los escritos de estos abyectos. ¿Cuánto de esto habrá en la historia universal? Rogelio Senar, un amigazo trosko, psicólogo, que trabajaba conmigo en la ORT, allá por 1984, uno de los tipos más brillantes y locos lindos que conocí, alguna vez me comentó, a propósito de la dialéctica filosófica, política e histórica de los albores de la civilización: “La historia antigua y las crónicas de la época bien pudieron haber sido escritas por gentuza como la de Clarín o La Nación (visionario el hombre por entonces), quedando solo esos testimonios como documentos de la época y de ese modo comenzaron a construir una cultura occidental sobre parámetros falsos. Los malévolos Persas, los pacíficos Hebreos, los desquiciados Bárbaros, los racionales Atenienses, los brillantes Romanos....” ergo, y pienso en voz alta...  los perversos K..

Hace años que lo esperan al Indio, incluso lo esperan muchos de sus colegas. Y lo esperan porque les es imposible comprender su ascendente con el público. Un tipo, que ha hecho todo lo contrario a lo que hicieron ellos, ha logrado, sin buscarlo, lo que ellos hubieran querido obtener. El amor incondicional del público como fenómeno de masas es algo que no se puede tabular desde el egoísmo, ni siquiera cómo éxito de taquilla. Solari, como productor privado, es un tipo que como nadie ha puesto capital en juego a favor de la seguridad, acaso mucho más que los propios Municipios en los cuales le era permitido actuar, jamás escatimó en proveer a sus espectáculos de dicho inciso sabiendo que sus seguidores nunca fuimos precisamente recoletos abonados del Colón. A ese estado de vigilia de los malevolentes el Indio le sumó un odio anexo, su compromiso político a favor de un proyecto estigmatizado por la mass media. El resto, con relación a lo que sucedió el sábado, es algo que se cae de maduro.

No voy a escribir sobre lo que no vi ni viví, pero aquellos que alguna vez anduvimos por esos recitales, no solo los de Los Redondos, o en cualquier manifestación multitudinaria, sabemos de la delgada línea que existe entre la sensatez y el desenfreno, y que una masa de 300000 personas no solo es imposible de manejar desde un escenario por más pautas de comportamiento que uno exija, sino que además, si se lo propone, puede derrocar a un gobierno, solo se necesita que el 1% encienda una mecha. De todos modos me quedo pensando en este último razonamiento. Qué pena que esa energía y ese fervor no sean volcados hacia objetivos sociales, humanísticos y políticos más justos y contundentes.

En este rollo de monos de polvo
hemos perdido el rastro unos minutos.
Un par de monos más,
unos terrícolas.
vencedores vencidos.
Buena suerte y más que suerte sin alarma.
Me voy corriendo a ver que escribe en mi pared
la tribu de mi calle.


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Danza macabra del gheto


En ese momento empecé a sentirme molesto por la exagerada familiaridad: el Indio nos había pedido que nos cuidemos entre nosotros y cuidemos al que teníamos al lado.
También había pedido que no vayamos con chicos: estaba lleno de niños muy pequeños, de tres o cinco años, de algunos años más y muchísimos bebés y carritos. Eso me molestó antes del recital, siempre me molestó, más acá de que lo haya dicho Indio. No se llevan bebés a conciertos de noche. Los bebés de noche tienen que estar en su casa, cagados hasta las orejas, llorando, comiendo, tomando la teta. No en un recital de rock con esos volúmenes, con ese aire viciado, con la proximidad del quilombo, sea cual sea el concierto.

http://hombremuerdeperro.blogspot.com.ar/2017/03/danza-macabra-del-gheto-de-los-pibes.html


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