24 septiembre, 2018

Democracia simulada

Habrá quienes tengan sus dudas y hasta me digan que es improbable pero tengo mis razones para pensar lo que pienso. Vivimos una simulación de democracia, una cáscara de falsas elecciones y de falsos debates y de precaria participación ciudadana. Se discute con aparente seriedad si el plan económico ésto o si las políticas públicas lo otro pero es todo una enorme farsa. Políticos respetables opinan sobre el gobierno como si estuviera gobernando y no se tratara más que de una pandilla de saqueadores que mientras hacen su agosto permiten la entrega del país a manos del imperialismo. Son el tipo de pillos funcionales que todo imperio necesita y cumplen con creces llevándose todo lo que quieren y entregando todo lo que pueden a sus verdaderos amos.
No me consta que no haya habido fraude en 2015 ni que se hayan llamado a silencio convenientemente todas las voces opositoras derrotadas. ¿No sabían que se estaban robando descaradamente las elecciones? ¿Acaso estaban convencid@s que habría una nueva oportunidad más adelante? ¿Lo siguen creyendo ahora?
Pero sucede que durante este simulacro hay gente real que la pasa mal de verdad, gente que enferma, que pasa hambre, que muere, niños que se nutren mal y no se recuperarán jamás, viejos que viven mal sus últimos años. Y si hay gente que arma la farsa también los hay que miran para otro lado así como también hay ignorantes absolutos que piensan que esto se trata únicamente de comprar un teléfono con la manzanita o no.
Quien puede dudar que no hay estado de derecho desde que asumieron estos y que los linchamientos mediáticos solo son una versión cool de las lapidaciones salvajes de oriente que tanto nos ofenden. Obvio que hay quienes sentados cómodamente en una ronda de sillones tapizados en cuero piensan que un tipo con un smartphone, el elector promedio digamos, no puede convertirse necesariamente en un salvaje...
¿No? ¿no puede?

IXX, set2018

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