21 enero, 2016

¿Y después de la etapa despótica qué viene? x Roberto Caballero

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 17 de Enero de 2016 | 12:00

Tras el veranito de los decretos salvajes, al macrismo se le acorta el tiempo para quebrar al bloque peronista. La entrevista del Gato Silvestre con Edison Lanza, el relator de la OEA: cuando el "apagón informativo" local no alcanza.
     
Aunque trata de reforzar su costado despótico, al macrismo se le va consumiendo esa etapa excepcional en la que cualquier cosa que hiciera se justificaba por el resultado electoral del 22N. Por torpeza, por cálculo, o por ambas cosas a la vez, seguirá haciendo de las suyas mientras pueda o lo dejen. Eso está claro. Como muestra fresca de su actitud autoritaria está la detención de ayer de la histórica dirigente social Milagros Sala, cuya última foto internacional fue sonriente junto al Papa Francisco.

Con la llegada de febrero, el Congreso Nacional empezará a negociar la integración de las comisiones y la noticia es que todavía el macrismo no pudo romper al peronismo y su bloque mayoritario, ni con el látigo ni con la chequera.
Ese es un problema. Su estilo belicoso, más que atraer, espanta. ¿Quién puede creer en alguien tan personalista e impredecible? Salvo que lo cierre a lo Fujimori, Mauricio Macri y su gente tendrán que registrar el Congreso y, de ahí en más, que hay otra Argentina con la que tiene que dialogar. Al fin y al cabo, la misma voluntad popular que lo eligió presidente construyó a través del voto un Poder Legislativo plural y diverso, donde el oficialismo no tiene mayorías, mientras que el satanizado FPV existe, con robusta presencia. Y Cristina ya vuelve. Lo que diga también va a influir en el escenario institucional del país.
El estremecimiento general ciudadano que produjeron los primeros 30 días de gobierno tiene costos sociales y políticos. Algunos son evidentes. Otros se verán en seis meses. Y otros, quizá en un año. Despedir o alentar despidos en el Estado Nacional y entre los privados, nombrar jueces de la Corte Suprema por decreto en comisión, usar la Policía Federal para copar el AFSCA, demonizar a la militancia política, destruir el salario con una devaluación frente a paritarias que se harán próximamente –aún- con el 6 por ciento de desocupación, desoír a los organismos de derechos humanos, errar en la estrategia con los fondos buitres creyendo que no son buitres sino holdouts amigables, endeudar de modo sideral a la mayor provincia del país, avalar el cierre de empresas como Sol dejando a 300 familias en la calle tratando de culpar absurdamente a La Cámpora de un conflicto que ocurre hoy, censurar a Víctor Hugo Morales y a otros periodistas críticos y desembarcar en el Estado con Ceos de corporaciones que traen bajo el brazo el prospecto de debilitamiento de la administración pública, son algunos de los desaguisados perpetrados por Cambiemos en tan breve tiempo.
El fatigoso trabajo de Rogelio Frigerio con los gobernadores peronistas no obtuvo por ahora más que la actitud servicial de algunos de ellos que tratan de conseguir fondos para pagar sueldos u obras en ejecución. Es cierto que las fotos los retratan "felices". Pero se equivoca el macrismo si supone que ya tiene alistada la pata peronista de su proyecto con esa postal. Esos gobernadores actúan como eso, como gobernadores que necesitan presupuestos para ejecutar, aunque sigan siendo dirigentes del principal espacio opositor a Cambiemos.
Frigerio es la primera vez que es ministro del Interior. Los otros son gobernadores hace años. Negarse a la foto, no lo van a hacer. Dejar de mostrarse "felices", tampoco. Son los mismos que al día siguiente insultaban en privado porque Macri dio marcha atrás con la coparticipación dispuesta por CFK según el fallo de la Corte Suprema. Es un juego de poder y necesidades, nada más que eso.
El escenario peronista poskirchnerista de sumarse a una estrategia común con el oficialismo sólo existe en la mentalidad de marginal de un grupo de dirigentes que no dirigen mucho y ahora quiere alzarse con alguna prebenda tardía.
Desmontar un estado de cosas que funcionaba por la aventura económica, social y cultural que propone Macri, con el daño a la base social histórica del peronismo que promete, suena descabellado, incluso para aquellos dirigentes peronistas que no digieren el liderazgo de CFK, después de verlo en acción en sus desmesurados primeros 30 días de gestión despótica. La política de shock, a pesar del apagón informativo, produjo su efecto inmediato: mucho miedo y retraimiento, también entre los votantes antikirchneristas.
Es como una frazada corta para el oficialismo: demostrar un poder mayor al que se tiene, es decir, sobreactuar, no deja de ser una actuación. Por ende, una ficción, una irrealidad. La pregunta no es cuántos peronistas podrán partir su bloque para jugar a ser aliados de Macri, sino el contexto en el que eso puede ocurrir. Y el contexto, salvo entre los gerentes de algunas empresas, es de estupor institucional y político. Cada decreto mina el consenso existente y eso empieza a notarse en los focus groups, donde la llamada "revolución de la alegría" mutó en incertidumbre y preocupación.
También en el exterior se preguntan si Macri piensa en convertirse en un gobernante autoritario ad infinitum. No salen de su asombro ante cada noticia. Sobre todo, en sectores que consideraban que la autoritaria era CFK, según el relato extendido de los medios dominantes. Lo que ven ahora supera lo imaginable para un estadista de derecha: hasta el colombiano Santos es capaz de sentarse a dialogar con las FARC, y pareciera que Macri quiere gobernar como si enfrente no tuviera nada.
Para toda la derecha continental, que opina según la bitácora temática que impone el Departamento de Estado para la región, el "demonio" siempre fue Nicolás Maduro y el chavismo, no Macri –a quien consideran un cuadro político propio- y sus decretazos. Pero en una charla con el periodista Gustavo Silvestre, por Radio del Plata, el relator especial para la Libertad de Expresión de la OEA, el uruguayo Edison Lanza, a la vez que se solidarizaba con Víctor Hugo Morales por su despido, evidenció su preocupación por los decretos macristas de disolución de la AFSCA y de la ley 26522 a la luz de un fallo de la Corte Interamericana que, hace unos años, condenó al gobierno de Venezuela por cierto avance contra la libertad de expresión.
Conviene releer lo que dijo Lanza, porque producto de la concentración comunicacional en nuestro país, sus declaraciones no salieron de un circuito reducido, cuando se trata, nada menos, que de un funcionario de la OEA hablando sobre lo que sucede en nuestro país. ¿Lanza fue también víctima del apagón informativo? Por lo pronto, lo que sigue es lo más jugoso del reportaje:
Lanza: - Estamos siguiendo con preocupación el tema (de los decretos), y hemos recibido decenas de cartas, denuncias desde Argentina. La Comisión Interamericana siempre ha sido una caja de resonancia en las situaciones de derechos humanos en la región, y de la libertad de expresión. Y hemos recogido esa preocupación y la denuncia directa de organizaciones de la sociedad civil, de sectores sociales, académicos, de la Argentina. Y nosotros estamos siguiéndolo porque ustedes saben que una democracia requiere diversidad, requiere pluralismo, requiere también que los Estados adopten medidas positivas para que no se produzcan o no se constituyan oligopolios o monopolios en la comunicación, porque esto afecta directamente la circulación de ideas y opiniones, afecta al trabajo periodístico y a la información que reciben los ciudadanos. Y por lo tanto, desde ese punto de vista, sí, también estamos siguiendo las transformaciones con preocupación, por varios motivos. Primero por la forma en que se están adoptando, como usted bien decía a través de decretos de necesidad y urgencia, cuando la propia Corte Interamericana, la Comisión, han dicho que la regulación de aspectos que tienen que ver con la libertad de expresión tiene que hacerse a través de leyes en sentido formal y material. Y más en este caso donde había una ley, que fue además convalidada por la Suprema Corte. Por lo tanto, requeriría también una discusión parlamentaria y la adopción de una ley en sentido formal y material. Y afecta además aspectos sustantivos de lo que tiene que ver con el funcionamiento de los medios de comunicación, y eventualmente esto puede afectar fuertemente el pluralismo en la Argentina. Entonces todo este marco nos ha llevado a seguir con atención, como lo hacemos en otros países y con otros gobiernos...
Silvestre:- ¿Y qué acciones pueden tomar, además de lanzar una voz de advertencia?
Lanza: - Claro, a ver: la Comisión tiene distintos instrumentos y obviamente los estudia al tiempo de que también los usuarios del sistema, quienes se sienten víctimas del sistema, van actuando. Porque tenemos una naturaleza subsidiaria al sistema de justicia nacional. Nosotros intervenimos directamente en un caso cuando este caso ha agotado la jurisdicción interna, se han agotado los recursos judiciales disponibles en este caso a nivel de la Argentina, y alguno de los casos que se están tramitando en la Argentina luego es presentado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y si se cumplen determinados requisitos se actúa en el caso concreto. Por lo tanto, esto en muchos sentidos se está recién hoy de algún modo sustanciando en la Argentina, hay medidas cautelares, va a haber medidas de fondo, seguramente haya recursos de inconstitucionalidad, etc. y bueno ahí, nosotros no tenemos más que observar, darle seguimiento y seguir. Luego tenemos informes que hacemos periódicamente y esto obviamente lo vamos a estar registrando. También hay un sistema de audiencias públicas y eventualmente, si hay organizaciones que acuden al sistema de audiencias públicas, la Comisión va a evaluar si va a otorgar o no una audiencia el próximo período a fines de marzo.
Silvestre:- Está bien, pero, ¿ustedes notan, Edison, o están analizando con preocupación, que esta suspensión de la Ley de Medios, esta suspensión de la AFSCA, atentan contra los derechos a la información, la comunicación y la libertad de expresión en la Argentina?
Lanza:- Nosotros tenemos un papel jurisdiccional cuando hay un caso concreto que llegue, por lo tanto quiero reservarme para esa instancia, para no prejuzgar. Pero lo que sí digo es que hace muy pocos meses, hace dos o tres meses, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, falló en un caso, el caso de RCTV contra Venezuela. Donde un medio perdió su licencia por razones de línea editorial y en aplicación de una regulación de medios. Y ahí dijo cosas interesantes la Corte que son obligatorias para todos aquellos países que ratificaron la Convención Americana. Argentina ratificó la Convención. Muy cortito le digo qué dijo la Corte: dijo, el Estado tiene una obligación positiva de contar con un marco administrativo y legislativo adecuado para garantizar el pluralismo y la diversidad, y determinó que existía una obligación de adoptar esta medida para mantener pluralidad medios y diversidad de contenidos en los medios. Y uno observa que las decisiones de fondo de estos decretos, digamos, borran cualquier límite a la concentración; establecen que el cable ya no es un medio de comunicación sino un servicio de telecomunicaciones, por lo tanto se pueden adquirir todas las licencias y puede llegar a haber un dueño de todos los cables en la Argentina; se establecen... se borran las restricciones al contenido; no va a haber transparencia en quién es el propietario de los medios, y también se renuevan las licencias en un procedimiento como el que establece los estándares internacionales. Por lo tanto hay un conjunto de cosas que en principio aparecen como regresivas además, frente a un marco regulatorio que ya tenía la Argentina. Yo en algún momento tuve una discusión con el propio Sabbatella porque dije, bueno, me parece que el marco de la Ley de Servicios de Comunicación de la Argentina  es una estructura que se ajusta en general a los estándares internacionales, pero que de pronto merece ajustes... Y bueno, y tuvimos, me acuerdo, en aquel momento una polémica. Del mismo modo digo, advierto que cuando se borran todos los controles y todos los límites regulatorios en los medios de comunicación se puede dar una situación de hiper concentración.
Silvestre:- Muy interesante. Seguiremos muy atentamente...
Lanza:- Una cuestión última si me permite: también mostrar la preocupación y la solidaridad con la situación del periodista Víctor Hugo Morales, porque también, digamos, seguimos con preocupación el hecho de que la democracia requiere diversidad y pluralismo, cuando empiezan a desaparecer voces críticas de un gobierno y no está clara la forma en que eso sucede, obviamente el presidente Macri ha dicho que él no tiene nada que ver... nosotros solo podríamos intervenir si hay una presión o hay, digamos, una decisión del gobierno explícita o implícita de que alguien salga del espectro... Pero tampoco podemos dejar de decir que preocupa la forma, un periodista que hace años tiene una posición política, digamos, desaparezca del espectro, lo que también le resta diversidad al sistema de medios en la Argentina.
 La entrevista concluye ahí. Conviene recordarla, sobre todo por su alto grado de invisibilización, de aquellos diarios que lo hubieran llevado a tapa si su eje central hubiera sido criticar a CFK.  Algo está sucediendo con el macrismo más allá de las fronteras del país. Una cosa es el blindaje local.
Hay medios concentrados que pueden escamotearle información a la ciudadanía. En el plano internacional, sin embargo, todo se pone más difícil. No hay pauta oficial, ni revanchismo político, ni censura directa o indirecta, ni secretario de Medios que llegue tan lejos. En el Palacio San Martín lo saben y están preocupados.
También lo está un grupo de diputados oficiales que no sabe cómo explicarle a Macri que los borradores que circulan como leyes a pedir al Congreso en marzo, durante la apertura del año legislativo, van a producir un inmenso rechazo social.
Nadie quiere que los represores, por ejemplo, vuelvan a sus casas.
El crédito no es eterno. Con el tiempo, se acaba. Y la cuenta ya parece regresiva. «

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