07 marzo, 2015

"I 'ope you liked your drink."


En la inmensa pantalla de la sala el ascenso del hombrecillo se magnifica contra el cielo limpio. Trepa con esfuerzo las rocas escarpadas, ya malherido y sufriente sin perder de vista la cima que le permitirá ver el otro lado. La música es atronadora y de epopeya, sabemos que el director comparte el objetivo del personaje y lo sigue sin perder uno solo de sus movimientos y todos en la sala nos aferramos a la butaca para darle fuerza, para que llegue a lo más alto hasta que finalmente lo consigue. Una vez arriba se toma un breve respiro como quien sabe que tal vez inhala sus últimas bocanadas en esta tierra. Resopla con fuerza y hace sonar su clarín que retumba en el valle, es un aviso para el regimiento que está a un paso de ser emboscado. Curiosamente el hombre es avistado por sus semejantes, por sus compañeros de raza que al distinguirlo emprenden a dispararle con apuro y poca puntería pero son tantos que finalmente cae acribillado.
El héroe de unos, el traidor de los otros cae ensangrentado mirando al cielo pero hasta el último momento, hasta cerrar su párpados al menos, no nos regaló el mínimo atisbo de arrepentimiento.

IXX-mar2015

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