03 abril, 2021

Trabajo - Desocupación y creación de empleo - 2

"En resumen, entre 2011 y 2015, el crecimiento del empleo asalariado formal privado estuvo cerca del crecimiento de la población, aunque dependiendo del criterio de análisis se pueden encontrar matices." Este sostenimiento del empleo no se concretó durante el ciclo PRO encabezado por Mauricio Macri. Aquí una extensa nota de Chequeado que analiza el slogan lanzado por el ex empresidente que a fuerza de repetición y con una amplia cobertura del Cartel de Medios Hegemónicos se instaló como verdad en su masa incrédula de adictos. IXX, mar21

Cuando asumió Macri, ¿hacía cuatro años que no se generaba empleo formal privado en la Argentina?


Arturo Chomyszyn
Daniel Schteingart

14 Julio, 2017

Entre 2011 y 2015 la cantidad de asalariados privados creció levemente por encima de la población. Sin embargo, ello se explica por lo ocurrido hasta noviembre de 2011, cuando hubo un deterioro que empeoró con la gestión Cambiemos.
Desde su campaña electoral, Mauricio Macri dice que “desde 2011 que no se genera empleo privado”, algo que sus funcionarios repiten desde que están en el poder. Desde el kirchnerismo, sin embargo, sostienen lo contrario y señalan que el problema laboral se dio a partir de noviembre de 2015.  ¿Qué dicen los datos?

En primer lugar, hay que tener en cuenta que la información que surge de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del período 2007-2015 es frágil (según el INDEC actual “debe tomarse con reservas”) y no hay consenso respecto de su fiabilidad (a diferencia de las cifras de precios, con las cuales hasta afines al kirchnerismo comparten la manipulación que hubo de los datos, que se plasmó en el uso de indicadores como los IPC provinciales para ese período). En cambio, los datos del Ministerio de Trabajo -en base al Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA)- no han sido cuestionados por nadie. Además, cuentan con una segunda ventaja: surgen de registros administrativos (CUIT y CUIL), lo que implica una muy alta precisión del conjunto del país. En contraste, la EPH es una encuesta (que, como toda encuesta, tiene un margen de error), y además abarca a 31 aglomerados urbanos que dan cuenta del 62% de la población del país, dejando afuera al 38% restante y sin captar lo que ocurre en las zonas rurales y pequeños pueblos.

*Nota: -¿En qué reside la gravedad del apagón estadístico?
-Es un hecho inédito. Si querés descargar el segundo semestre del 2015 de la EPH y el primero del 2016 no están. Yo vivo del análisis de la EPH, me la descargo sistemáticamente todo los semestres desde hace 17 años y jamás pasó algo así. Ahí perdiste el empalme. Moreno en el Indec hizo un montón de cambios, frizó la publicación por dos años pero después se publicó todo. Estos datos en cambio no se publicaron más y no dieron ninguna explicación.
(Entrevista a Brian Covaro en Página/12 que critica la gestion de Todesca en INDEC)

Sin embargo, los datos de empleo del Ministerio de Trabajo tienen una gran limitación: sólo contemplan a una fracción del mercado laboral (el formal), a diferencia de la EPH, que también da cuenta del mundo informal y de lo que ocurre en materia de desempleo. Dentro del segmento formal, el Ministerio distingue en varios subtipos: a) los asalariados (en relación de dependencia) en blanco que trabajan en empresas privadas, b) los asalariados del sector público, c) los asalariados (casi todas mujeres) que trabajan en el servicio doméstico en blanco y d) a los trabajadores independientes (autónomos, monotributistas “clásicos” y monotributistas sociales) que pagan regularmente sus aportes a la AFIP.

A diferencia de lo que ocurre con el empleo público, sí hay consenso en la mayor parte de las fuerzas políticas acerca de la necesidad de fomentar empleo en el sector privado en las empresas en blanco. A su vez, el empleo independiente por lo general es caracterizado como más precario que el asalariado formal, sobre todo por la inexistencia de derechos como el aguinaldo o las vacaciones pagas. Por eso, tomaremos fundamentalmente al empleo asalariado formal privado.

Además, hay que tener en cuenta que la población sigue creciendo alrededor de un 1% por año, por lo que si no se crean nuevos puestos de trabajo, empeora la situación. Por eso, tomaremos los “asalariados formales en las empresas privadas cada 100 habitantes” como la primera variable a analizar.

En la crisis de la convertibilidad (1998-2002) este indicador cae fuertemente, para luego mostrar un claro crecimiento hasta 2011 (con la excepción de 2009). A partir de entonces se nota un estancamiento hasta 2015 (con un bache en el recesivo 2014). En otros términos, la cantidad de puestos formales asalariados privados creció entre 2011 y 2015 marginalmente por encima de la población (4,7% contra 4,2%). En 2016, esta modalidad de empleo cayó 0,6% (y 1,6% en términos per cápita).

Ahora bien, el problema de tomar promedios anuales -como en el gráfico anterior- es que no podemos saber en qué meses se dieron los picos o los pisos, ni tampoco qué está pasando en 2017. Para conocer ello utilizaremos otra serie de la cartera que lidera Triaca, con datos mensuales desde 2009. La serie tiene una pequeña diferencia con la anterior, además de la mensualización del dato, y es que no se toman los “puestos de trabajo” sino las “personas asalariadas” en blanco en las empresas. La diferencia es que aproximadamente el 5% de los asalariados formales privados tiene más de un puesto de trabajo formal. Esto genera una pequeña discrepancia entre ambas series en lo que tiene que ver con niveles, pero mínima en cuanto a la tendencia, ya que la materia prima es la misma: las declaraciones juradas de las empresas a la AFIP/SIPA.

¿Qué ocurrió en el mes a mes? Si bien el promedio de 2015 fue mayor al de 2011, si se toma el último mandato de Cristina Fernández de Kirchner (noviembre 2015 versus noviembre 2011) se ve un deterioro: el empleo asalariado formal privado (en personas) creció 3%, por debajo del 4,2% de la población.

Desde la asunción de Mauricio Macri (entre noviembre de 2015 y abril de 2017), la cantidad de asalariados formales privados se contrajo 0,8%, y la población subió 1,4 por ciento. En este último mes, hubo 14,03 asalariados formales privados cada 100 habitantes, la más baja de todo el período de Cambiemos, sólo por detrás de febrero (14,02). Tal cifra es igual a la de noviembre de 2010.

Por último, se puede observar el total de trabajadores formales cada 100 habitantes, según el Ministerio de Trabajo, con datos disponibles desde enero de 2012. Aquí se considera al empleo público (aunque no está incluido el 100% porque hay provincias/municipios que todavía no reportan al SIPA sino a sus cajas previsionales locales), al servicio doméstico formal y a los trabajadores independientes que aportan al SIPA: en estos últimos dos casos, una de las razones principales por las cuales suele subir el empleo es por una mayor registración de lo existente, sin que haya creación de nuevos puestos. En enero de 2012 había 26,02 trabajadores registrados cada 100 habitantes. La serie muestra un aumento continuo hasta el récord de agosto de 2015, con 27,61. En noviembre de 2015, tal cifra se ubicaba en 27,55. ¿A qué se debe tal aumento, si el empleo formal en las empresas per cápita se contrajo levemente? Básicamente, a un aumento en el resto de las categorías, principalmente en asalariados públicos y trabajadores independientes formales.

¿Qué pasó con el cambio de gobierno? Entre noviembre de 2015 y mayo de 2016, los trabajadores registrados cada 100 habitantes pasaron de 27,55 a 27,32. Desde entonces, hubo una modesta suba, a 27,38, traccionada por los trabajadores autónomos (buena parte de ello se debe al “efecto AUH” en los monotributistas a partir de abril de 2016, que al poder recibirla siendo monotributistas, empujó un mayor registro -aunque no se trata de nuevos ocupados, sino simplemente de personas que decidieron registrarse bajo esta modalidad-).

En resumen: los primeros meses de Cambiemos el trabajo cayó y luego repuntó sin llegar a los niveles anteriores y con una salvedad que toda esa gente que forzaban a anotarse en el monotributo para recibir subsidios se contabilizaba como asalariados. 

En resumen, entre 2011 y 2015, el crecimiento del empleo asalariado formal privado estuvo cerca del crecimiento de la población, aunque dependiendo del criterio de análisis se pueden encontrar matices. Si se toman “puestos de trabajo cada 100 habitantes” (en lugar de personas) y promedios anuales, 2015 cerró con una leve mejora respecto a 2011. Si se consideran “personas asalariadas formales privadas cada 100 habitantes” y datos mensuales, noviembre de 2015 muestra un moderado deterioro respecto a noviembre de 2011. No ocurre lo mismo si se incorporan al resto de los trabajadores formales, en donde 2015 es claro pico en términos per cápita. Los datos sí muestran que la cantidad de trabajadores formales “per cápita” y, dentro de éstos, particularmente los asalariados formales privados cada 100 habitantes, empeoraron en la gestión de Cambiemos.

Conceptos básicos del mercado laboral

Asalariados

Asalariados del sector privado: trabajadores registrados que se encuentran en relación de dependencia con empresas del sector privado.
Asalariados del sector público: trabajadores registrados en relación de dependencia con organismos del sector público. En esta categoría, se incluye el total del empleo en el Poder Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, del ámbito nacional y provincial. Además, se incluye el empleo dependiente de los municipios, de las universidades nacionales y de las Fuerzas Armadas. Se excluyen las empresas estatales o de participación mixta.
Asalariadas trabajadoras de casas particulares (servicio doméstico formal): trabajadoras registradas inscriptas en el Régimen Especial de Seguridad Social para Empleados de Casas Particulares.
Trabajadores independientes

Autónomos: se inscribe en este régimen a toda persona física que realiza de forma habitual una actividad económica a título lucrativo, sin un contrato de trabajo vinculado con una tarea por cuenta de empleador y que no se encuadra en el Régimen de Monotributo.
Monotributistas: trabajadores que realizan una actividad laboral de forma independiente, inscriptos en el Régimen de Monotributo. Este se encuentra orientado a pequeños contribuyentes y, por esta razón, los inscriptos en él deben cumplir con ciertos parámetros referidos a ingresos anuales máximos, superficie afectada a la actividad y consumo de energía eléctrica.
Monotributistas sociales: trabajadores de bajos ingresos inscriptos en el Régimen de Monotributo Social, que desarrollan actividades económicas en forma independiente.

https://chequeado.com/el-explicador/cuando-asumio-macri-hacia-cuatro-anos-que-no-se-generaba-empleo-formal-privado-en-la-argentina/

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