Correo Macri Yabrán
CORREO, EL HOTESUR DE MACRI
Mauricio, el lawfare es un bumerang: Yabrán, Franco y Néstor
¿Cómo es que Mauricio Macri fue presidente de una Nación presidencialista y no pudo resolver el entuerto familiar del Correo Argentino? Es tan difícil de entender como el frenesí del endeudamiento público para activar una economía que reclamaba políticas para los privados. Pero el escenario favorece a los K, y algunos la van a pasar mal. Antes que suceda, aquí una columna:
14 DE MARZO DE 2020 - 20:15
Mauricio, el lawfare es un bumerang: Yabrán, Franco y Néstor
POR OBERDÁN ROCAMORA
CIUDAD DE BUENOS AIRES (JorgeAsísDigital). Previa: La política y las fojas
“Con Mauricio sólo no alcanza. Sin Mauricio no se puede”.
Traslado automático hacia el macrismo de la argumentación inspirada en La Doctora.
Ella volvió como vicepresidente. Mauricio se propone iniciar el regreso.
Mientras tanto, los letrados Garavano, Tonelli y Pichetto consignan el bumerang del «lawfare», ahora contra Mauricio.
Utilizan la fuerza de los argumentos del adversario para describir la gravedad de la posición del defendido.
“El kirchnerismo presiona a la Justicia para… perseguir al ex Presidente Macri y su familia”.
(Título del documento distribuido a la propia tropa. Para defender la posición del “jefe político”.
Debe destacarse el apasionamiento por borrarse de la pelea).
“Correo es el Hotesur de Macri”.
Causa intensamente política, desperdiciada por fojas judiciales menos interesantes.
Interpela la historia contemporánea y a sus personajes fundamentales.
Desde el mítico Alfredo Yabrán, don Alfredo o don Franco Macri, Calabrés Sentimental, hasta Néstor Kirchner, El Furia.
Tres extintos que condicionan a quienes aún respiran.
Desde el ministro Oscar Aguad, El Milico, que no pudo resolver el expediente.
Hasta Carlos Zannini, El Cenador, hoy Procurador del Tesoro que se inspira en nombre del Gorro Frigio.
El Estado. El Viejo Bobo.
A don Franco no le interesaba el Correo. Le tenía ganas a los Aeropuertos. El orden natural indicaba que, en las privatizaciones de los '90, El Correo debía ser para Alfredo Yabrán.
Pero don Alfredo venía a los tumbos. Hostigado por el ministro Domingo Cavallo. Consta que Mingo había batido el récord. Once horas de testimonio en el Congreso. Contra Yabrán. En el afán de evitar que el enemigo elegido se quedara con el Correo, cuentan que Mingo interesó en el negocio a don Franco Macri. Un consagrado simulador de fortuna personal. Entonces don Franco suplía la portación de verdadera riqueza con el protagonismo sentimental. Un galán maduro, sexagenario seductor, generoso con las mujeres que se quedaban en el camino. Se evita aquí la zona de riesgo de las penumbras. Precaución derivada de los arrebatos judiciales de ciertos hombres honorables. Cada empresario construye, en Argentina, el mito propio de la proeza personal. Sin manchas fastidiosas. Pero: ¿fue don Franco el Palo Blanco de don Alfredo? Enigma. La pregunta alude al rol indeseable. Al menos hubo algún entendimiento comercial con Yabrán. Pero herederos y continuadores aún insinúan acerca de una diferencia nunca menor de 40 millones de dólares. Lo importante es que se registró una corriente de simpatía recíproca entre el Turco y el Calabrés. Los unificaba el privilegio de ser poco aceptados por la paquetería social de los empresarios igualmente veloces, pero con mejores vínculos sociales. Pero que podían quedarse afuera de los negocios. Algo cambiaba. Calabrés y Turco pronto se entendieron. “Tiene códigos don Alfredo, y eso es valorable”, aseguraba don Franco, a los jóvenes suyos. Uno de ellos estaba destinado a ser la máxima elevación institucional. El Ángel Exterminador. Aquí ingresa el periodismo como protagonista. El 25 de enero de 1997 asesinaban a José Luis Cabezas. Reportero gráfico que iba, por una imagen, al frente.
Cabezas había quebrado el anonimato protector de Yabrán. A partir de la fotografía playera de Pinamar que fue portada del semanario. Don Alfredo venía mal, aunque Cavallo ya había dejado de ser ministro. A partir del crimen de Cabezas su situación se fermenta. Se extiende lo que Rimbaud llamaría la “temporada en el infierno”. La dinámica del infierno lo condujo exactamente hasta el suicidio que a los escépticos aún les cuesta admitir. Un año después, en un paraje triste de Entre Ríos. Escopetazo en la boca, como Ernest Hemingway. Orden natural. Gárgaras. El Correo fue para don Franco. Se quedó con las ganas de los Aeropuertos. Un “suyo”, de La Familia, que aún lo admira y prosigue en la cultura de la lealtad, confirma que don Franco, antes que nadie, “la vio”. “En 20 años todo va a comprarse por internet. Pero alguien tiene que trasladar los objetos vendidos”. Describía el negocio que sería de Amazon. O de Mercado Pago. Que entre el Estado Concesionario y el Empresario Privatizador se registren problemas judiciales no sorprende. Es el orden natural. Tampoco alarma que se registren juicios cruzados. Eternas cuestiones del “canon que no se paga”, originadas en “incumplimientos” de quienes actúan en nombre del Gorro Frigio. Un clásico. Con El Estado siempre, en la práctica, se arregla. Se renegocian los pagos. Cuando se hacen gárgaras invariablemente algo se traga. Sobran los pretextos para complicar el panorama. Encarajinarlo. Pero con estadistas pasablemente racionales es factible llegar a un acuerdo. Como con Fernando De la Rúa, El Radical Traicionado. O con Eduardo Duhalde, El Piloto de Tormentas (generadas). Seres sensatos, adictos al diálogo. El problema para Franco se agrava en 2003, cuando fue designado presidente Néstor Kirchner, El Furia. Base doctrinaria A la distancia, cabe consignar que Kirchner fue contra don Franco, hasta expropiarlo, porque lo creía la fuente financista de Mauricio, el próximo Ángel. La verdadera base doctrinaria. Si le vaciaba el sustento económico, acababa con facilidad con el adversario estratégico. Similar razonamiento del huracán Furia debe utilizarse al quedarse también con Ciccone, la editorial que publicaba billetes. Quería evitar Kirchner que Ciccone fuera de Duhalde. Un delirio. Pero El Furia creía que desde Ciccone, Duhalde podía financiar su regreso político. Explicación bestial que cierra. Se proponía terminar con quien lo había catapultado hacia la presidencia, como si fuera un mero instrumento del poder ajeno. Se explica entonces que Franco se opusiera a la aventura política del hijo. Resultaba perjudicial para los negocios. Multiplicaba la visibilidad. Para la pelea Kirchner era letal. Atacaba hasta la humillación. Para naturalmente negociar desde una superior posición de poder. La cuestión que los perforó a Los Macri. Le expropió los activos y le dejó, al expropiado, los pasivos. Es la principal argumentación a la que se aferran Los Macri. Aún hoy, cuando Zannini decide intervenirles la empresa. Franco y El Furia partieron. Mauricio fue presidente y en cuatro años no logró resolver el conflicto. Hay familiares espantados que lo culpan por inútil. Lo descalifican. Sobre todo cuando los acusan de haber vaciado la empresa. “Al contrario, los kirchneristas nos vaciaron”, reclaman. Pero cuesta comprobarlo entre las fojas. No pueden contra los recursos de la Fiscal Boquín. El zafarrancho, cada vez más complejo, avanzó con la desmesura de la crueldad a partir del fracaso electoral. Temor a ejercer el Poder “Tuvo temor a ejercer el poder, pasa que no es peronista”. Lo confirma el allegado que le dispensa, pese a todo, cierto cariño. “Se creyó el verso de La Carrió. Quiso ser transparente, se imaginó un presidente transformador, pedazo de pel…”. Pese a haber sepultado, en el lodo de los procesamientos al extinguido ministro de Comunicación, Oscar Aguad. “En diez días los kirchneristas que volvieron avanzaron más contra nosotros que nosotros contra ellos en cuatro años”, se lamenta la Garganta. Con pavorosa similitud, Mauricio debe experimentar la misma sensación amarga de La Doctora, cuando sentía que involucraban a su hija. Tal vez no hizo lo suficiente para evitar que los malos operadores la hostigaran. Se imaginaban, los giles, que eran permanentes. Aunque fueron sacados oportunamente de la grilla de accionistas, familiares directos alcanzaron a avalar balances lo suficientemente delicados para preocuparlo. Y para que el trío de los defensores políticos, Garavano, Tonelli y Pichetto, plantee el escenario espantoso de otra persecución. Con el bumerang del lawfare. Contra el Ángel Exterminador “y su familia”.
https://urgente24.com/analisis/opinion/mauricio-el-lawfare-es-un-bumerang-yabran-franco-y-nestor
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SOCIEDAD | 20-05-2018 00:05
A 20 años del suicidio de Yabrán: Mafia y memoria
A pesar de que se cumplen dos décadas de su violenta desaparición, Yabrán ha dejado una estela que puede rastrearse hasta la actualidad.
"Muerto el perro se acabó la rabia”, suspiraban con alivio en la Casa Rosada menemista veinte años atrás, apenas se difundió la noticia de que Alfredo Yabrán se había suicidado de un escopetazo. Sintomáticamente, la creencia popular conspirativa sigue dudando de aquel suicidio, e incluso de la muerte del empresario señalado por la Justicia como el presunto instigador del crimen del fotógrafo de NOTICIAS José Luis Cabezas.
La incredulidad, más allá de la afición nacional por los mitos urbanos, se justifica por la evidencia lamentable de la continuidad del legado mafioso que supuestamente moriría con Yabrán. Aquella mafia no se extinguió, sino que se ramificó en infinidad de mafias, que siguen siendo denunciadas ante la mirada hastiada de la opinión pública: la mafia sindical, la judicial, la del fútbol, la de la obra pública, la narcomafia, la policial, y tantas otras, cuyo vínculo con la política es tan alarmante como obvio.
A pesar de que se cumplen dos décadas de su violenta desaparición, Yabrán ha dejado una estela que puede rastrearse hasta la actualidad. Sinónimo de negocio postal, Yabrán fue uno de los presentadores en sociedad de un joven sindicalista que soñaba con pisar fuerte con sus camiones: Hugo Moyano, quien hoy -paradojas de la vida- está enredado en la ex yabranista OCA. También el correo llevó a Yabrán a asociarse con el grupo Macri, buscando una licitación millonaria para fabricar pasaportes junto a Ciccone Calcográfica (ganó la alemana Siemens, en un festival de coimas). Y Domingo Cavallo, su archienemigo que lo señalaba como el ariete de las mafias enquistadas en el Estado, continúa pululando en la prensa y los pasillos del poder pidiendo una enésima oportunidad de mostrar lo que sabe. Nada cambia, mientras cambia todo. Por eso sirve recordar.
https://noticias.perfil.com/noticias/general/2018-05-20-a-20-anos-del-suicidio-de-yabran-mafia-y-memoria.phtml?_ga=2.269009081.936600251.1635788179-1683829553.1635788179
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¿Por qué Macri estaría con Yabrán?
14 de diciembre de 1997
Ir a notas de Joaquín Morales Solá
Joaquín Morales Solá
LA NACION
El Gobierno y su oposición alcanzaron un punto muy alto de crispación. Elevaron esa temperatura el anticipo de que la Corte Suprema de Justicia resolvería el pleito por la privatización de los aeropuertos en favor de los decretos del Gobierno y la inminencia de un paso decisivo en la concesión de los DNI y del sistema de informatización del registro poblacional. El nombre que ha vuelto a rondar en torno de esos negocios -y de la confrontación política- es el de Alfredo Yabrán.
Hay un primer dato que construye cualquier conspiración: Yabrán sólo podría estar en esos negocios si es cierto que tiene una estrecha relación comercial con el grupo Macri. La poderosa empresa de éste, Socma, es dueña de Itrón, una compañía de computación que lidera la unión de empresas que compite por los DNI. En este caso, está aliada con Ciccone Calcográfica, como impresora, y con Oca, como distribuidora de la documentación.
Ciccone Calcográfica fue denunciada por el ex ministro Cavallo como una empresa dominada por Yabrán, aunque en algún momento le levantó ese estigma para luego volver a colocárselo. Ni el propio Yabrán, por otro lado, se ocupaba demasiado ya en aclarar que Oca no integra su voluminoso capital.
En el caso de los aeropuertos, Macri lidera otro grupo de oferentes que aspira a controlar a una treintena de estaciones aéreas de todo el país. Ninguna de las empresas asociadas en este caso es aparentemente de Yabrán, pero la supuesta vinculación de ambos en la privatización de los DNI -y la sospecha de que una empresa de un hijo de Yabrán prestaría importantes servicios en el Correo de Macri- ha extendido la presunta sociedad a esos tres negocios de enorme significación estratégica.
Voceros de Macri han señalado que el Correo está trabajando en la conformación de una empresa nueva que le daría los servicios que supuestamente están ahora a cargo del hijo de Yabrán. Han desmentido también toda vinculación con el más cuestionado de los empresarios argentinos.
Si bien esas fuentes de Macri suelen detallar los hechos puntuales de una feroz competencia con Yabrán, también es cierto que el discurso de ellos coincide con el de éste cuando se trata de analizar, por ejemplo, la relación de Duhalde con su policía o las razones de la crisis entre Cavallo y Yabrán (el desacuerdo para repartir el mercado postal argentino, dicen como dice Yabrán).
Hay una pregunta fundamental que ha estado en boca de empresarios, funcionarios y dirigentes opositores (Fernando de la Rúa, por caso): ¿por qué razón un empresario del volumen y la importancia de Macri, que se hizo solo y llegó a sentarse en el poderoso Consejo Empresario, se asociaría ahora con el más temido y vilipendiado de los hombres de negocios argentinos? La misma pregunta se han formulado diplomáticos norteamericanos, que -después de largas sospechas sobre Yabrán- están preocupados ahora para que la licitación por los DNI caiga en manos del grupo Macri, pues éste está asociado con varias empresas norteamericanas, además de las que se le adjudican a Yabrán.
Esos diplomáticos aseguran que Macri derivará el traslado de los documentos a su Correo y que lo desplazará a Yabrán; ellos están seguros, por ahora al menos, de que Macri no es un hombre maleable para Yabrán.
Las mismas fuentes de la diplomacia norteamericana confirmaron una información que envió directamente el Departamento de Estado por otras vías: una sola sospecha en firme sobre los documentos nacionales de identidad serviría para levantar la excepción actual que eliminó la visa para los argentinos.
La respuesta a aquella pregunta sobre las razones de una presunta sociedad Macri-Yabrán ha sido una interpretación aproximativa en instancias empresarias y políticas.
Es ésta: Yabrán le garantiza a cualquier empresario una inmejorable llegada a los círculos más decisivos del poder argentino (llegada que no ha terminado y ni siquiera ha menguado). Muchos empresarios (y muchos más han decidido no saber nada con Yabrán) creen que luego podrán controlar los ímpetus del archienemigo de Duhalde.
Algunos expertos en el yabranismo (entre ellos, el propio Cavallo) suponen que, en efecto, Macri no es lo mismo que Yabrán -aquél tiene sus empresas a su nombre y se expone públicamente hasta más de lo que debería-, pero agregan que el riesgo es precisamente ése: acostumbrado a los negocios hechos a la luz pública, aunque pueda ejercer una competencia fuerte, no reconoce como propios los códigos de Yabrán.
Esos códigos podrían convertir en hombres débiles a personas como Macri, que facturan cincos veces más que Yabrán; nunca lo controlarán a Yabrán, aseguran. Macri ha deslizado la posibilidad, en su desmentida, de que el propio Yabrán esté difundiendo las versiones de su cercanía con él.
En el caso de los DNI, fuentes inmejorables confirmaron que el ex viceministro del Interior, Alberto Iribarne presentó su renuncia al cargo cuando su jefe político, Duhalde, le indicó que no debía firmar ningún papel que terminara por beneficiar a Yabrán.
Tanto diplomáticos extranjeros (y sobre todo los de la Casa Blanca) como altos funcionarios menemistas aseguran estar al tanto de las versiones que vinculan a Macri con Yabrán en las próximas adjudicaciones del Estado, aunque aducen no contar con ninguna información definitiva sobre el supuesto.
Pero ninguno de ellos sabe lo que puede llegar a saber Emir Yoma: El 67 por ciento del negocio que encabeza Itrón por los DNI es de Yabrán, dijo en una mesa de café, entre amigos entrañables.
La privatización de los aeropuertos les importa menos a los norteamericanos; las empresas de ese origen son socios minoritarios en los grupos oferentes. Ese es un negocio de los europeos, han dicho.
Menem galopó sobre la furia cuando se enteró de la audiencia pública de la Corte Suprema de Justicia con el Gobierno y la oposición, para decidir si los decretos del Gobierno que llamaron a la licitación por los aeropuertos son judiciables o no. Puede estar tranquilo: la Corte terminará dándole la razón al Gobierno.
El mejor argumento de la oposición (que prometió reclamar, con la firma de los cinco grandes de la Alianza, el inmediato juicio político de todos los miembros del máximo tribunal que firmen el dictamen de apoyo al Gobierno) es que la administración menemista debe esconder algo cuando no quiere realizar un esfuerzo para privatizar por ley las estaciones aéreas.
¿Por qué otra vez la sombra de Yabrán en una licitación donde sólo aparece el grupo Macri? Por lo pronto, Yabrán no es ajeno a los aeropuertos: quien aspire a echarlo de esos lugares (controla los depósitos fiscales y los free shops, los negocios más rentables de las estaciones aéreas) deberá entregarle entre 500 y 600 millones de dólares en indemnizaciones (o en acciones).
Pero ya algunos oferentes (y entre ellos el mismo grupo Macri) anticiparon que no lo echarán por esa cifra y que, por lo tanto, convivirán con él durante los diez años que le quedan de concesión de esos servicios.
Ninguna empresa norteamericana seria se ha presentado en esa licitación y un alto ejecutivo de General Electric acaba de declarar en una conferencia en Londres: El caso de los aeropuertos argentinos es un buen ejemplo de los lugares donde no debemos estar; hay personas sospechadas en el medio.
Un avezado diplomático extranjero explicó así esas ausencias: ningún operador serio de los aeropuertos se haría cargo de ellos sin el control total de lo que sucede en las estaciones aéreas, uno de los puntos de embarques más importantes del tráfico de drogas o de divisas del narcotráfico, aguijoneó.
Menem sólo se ha pronunciado para pontificar que lo peor que él podría hacer es tropezar en las piolas que le tienden sus enemigos. No demoraré un minuto ni retrocederé un centímetro en la decisión de terminar lo que quiero terminar, ha desafiado.
¿Yabrán? ¿El escándalo? No tengo elecciones propias hasta el 2003, se ufanó, suelto de cuerpo y de espíritu. Duhalde es su víctima.
Joaquín Morales Solá
https://www.lanacion.com.ar/opinion/por-que-macri-estaria-con-yabran-nid83104/
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LA MUERTE DE YABRAN: INFORME SOBRE LAVADO DE DINERO Y NARCOTRAFICO
Datos del FBI apuraron el final de Yabrán
El informe del FBI se conoció durante la visita de su jefe Y fue clave para que el empresario perdiera apoyos en el oficialismo Fuentes del Gobierno dijeron entonces que debía entregarse
24/05/1998 0:00
Clarín.comPolítica
Actualizado al 26/03/2017 21:38
Llamó a Leonardo Aristimuño, su sirviente, y le hizo un último pedido: salamín y queso. Creyó que había tiempo para una picada de apariencia distendida pero los golpes de afuera lo obligaron a cambiar de plan. Buscó la escopeta y las balas de perdigones, entró al baño y cerró con llave del lado de adentro. Sentado en el inodoro, apuntando a su cabeza, se puso a esperar. En la amplia mesa del comedor de la estancia, la picada estaba intacta.Pero Alfredo Yabrán se consideraba un hombre muerto mucho antes de entrar a ese cuarto. Sus vínculos políticos parecían evaporarse, la Corte Suprema de Justicia le había dado la espalda, y el FBI se había encargado de cerrarle de aquí en más las puertas de los despachos oficiales, y la salida a cualquier país del mundo.Refugiado en su país dentro de su país, Yabrán, uno de los hombres más poderosos de la Argentina, se había quedado solo.
LA CAPTURA. Alfredo Yabrán recibió la noticia de que iban a pedir su captura el jueves 14 de mayo, hace diez días. Uno de los ayudantes de su abogado Guillermo Ledesma lo llamó a la mansión de Martinez para pasarle el dato. Guillermo cree que puede ser mañana, le avisó.El entorno de Yabrán ya sospechaba que el juez José Luis Macchi iba a querer detenerlo tarde o temprano, pero no imaginaron que la confirmación llegaría de un modo tan casual, según revelaron fuentes cercanas al empresario.Ese jueves Ledesma había ido a los Tribunales de Dolores para explicar que Yabrán no iba a poder presentarse a ratificar una denuncia contra los camaristas. Dentro del edificio se encontró con tres policías que parecían listos para detener a su cliente. Estaban de incógnito, sentados en un banco y leyendo el diario, pero la pinta los delataba. Sólo les faltaba el gorro, pensó Ledesma.La noticia apenas alteró a Yabrán. Sentado en el sillón favorito de su mansión, levantó el teléfono y transmitió la decisión que masticaba hacía rato.El que estaba del otro lado de la línea intentó convencerlo de otra salida, pero no había caso. Tenemos todo listo para que se vaya a Siria, le dijo. Y después probó una segunda alternativa: Entonces vaya a Punta del Este, pero salga del país.Pero él quería irse a sus campos de Entre Ríos, donde estaba seguro que nadie iría a buscarlo. Allí, decía, iba a esperar hasta que pase la tormenta.Ese jueves, casi a medianoche, Yabrán partió a la clandestinididad y, sin saberlo, hacia su muerte. Se llevó una valija con un sistema de telefonía satelital para que nadie pudiera interferir sus conversaciones. Se llevó algunos compactos de música clásica -algunos dicen que Vivaldi, su preferido-, un bolso con ropa para una semana y plata en efectivo.
LA VISITA DEL EXTERIOR. Hasta la mañana del martes 12, cuando Louis Freeh aterrizó en Buenos Aires, Yabrán barajaba salidas al atolladero en el que estaba metido: las opciones que le habían ofrecido sus hombres aún estaban al alcance de la mano.Pero no contaba con Freeh, jefe de la Oficina Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI), que pasó apenas 24 horas por la ciudad. Oficialmente, llegó para hablar de terrorismo, lavado de dinero y narcotráfico con Carlos Menem y autoridades del Gobierno.Menem y Freeh se habían conocido en el verano del 96 en una suite de Davos, cuando el Presidente concurrió a la cumbre económica anual que se realiza en Suiza. En aquel entonces, el FBI presionaba para hacer base en Buenos Aires y el Gobierno buscaba la forma de hacerlo sin pagar un costo político.Esta vez, en las charlas que mantuvo con Menem, el americano confirmó el apoyo a la decisión argentina de profundizar la pista iraní en los atentados terroristas a la Embajada de Israel y la AMIA.Pero no fue su única tarea. En su informe dejó en claro que estaba tan interesado en los atentados como en el narcotráfico y el lavado de dinero.El informe, según trascendió después, hacía referencia directa al destino de las empresas de Yabrán.Una copia llegó también al gobernador Eduardo Duhalde. Según fuentes bonaerenses, dejó en claro que las autoridades norteamericanas siguen con detalle las conexiones oficiales con ciertos sectores del poder económico local, sospechado de estar vinculado al lavado de dinero.Para que no quedaran dudas del sentido de la visita de Freeh, una semana antes había llegado a Buenos Aires el ex jefe de la división criminal del Departamento de Justicia de la Casa Blanca, John Gibbons, y el fiscal de Nueva York, John Moscow. Hablaron sólo de corrupción y lavado de dinero. Su presencia, hicieron saber, era inseparable del inminente arribo de Freeh.
LA GUARDIA. Pensamos que le prometieron protección. Y el dato de que Hugo Anzorreguy (jefe de la SIDE) tenga un campo cerca de sus estancias nos hace pensar que era cierto, confió a Clarín uno de sus colaboradores.¿El Gobierno estaba jugando a dos puntas? El mismo día del suicidio, un fuerte rumor que nació en Gualeguaychú y que circuló en todos los pasillos de la política aseguraba que junto a Yabrán además de su asistente y la mujer, había dos sujetos que estarían vinculados con la SIDE.Esta información, ante la consulta de Clarín, fue negada por el titular de la SIDE. Pero todavía suena en varios despachos de la gobernación bonaerense y fue uno de los comentarios oídos al pasar durante el entierro de Yabrán.Lo cierto es que la estancia San Ignacio, su refugio, es apenas conocida por los más íntimos de Yabrán. Los policías bonaerenses comandados por el comisario mayor Víctor Fogelman allanaron sus campos de Entre Ríos el domingo 17, pero se olvidaron de esa estancia. No la conocíamos, argumentaron.El gran interrogante de los yabranistas es cómo se enteró la Policía de Entre Ríos de que allí podía ocultarse el prófugo más famoso del país. El dato había llegado al despacho de la jueza de Concepción del Uruguay María Cristina Calveyra, pero todavía se desconoce su origen. La alerta fue hecha el lunes 18, mientras la Corte decidía rechazar un pedido suyo. Los colaboradores de Yabrán sospechan que fue entregado por quienes lo protegían.
CABEZAS. En los últimos años el imperio de Yabrán comenzó a recibir golpes en distintas direcciones. Para defenderse tomó tres caminos paralelos: el judicial, en manos de un pool de abogados, el político, manejado en gran parte por su propia astucia, y el comercial, a cargo de Héctor Colella, su sucesor.La estrategia judicial respondía, claro, al asesinato de Cabezas: la causa a cargo del juez José Luis Macchi, de Dolores, no tardó demasiado en apuntar a él como posible autor intelectual.Al margen de algunos indicios que se habían recolectado en la causa, los riesgos para Yabrán no parecían demasiados ni siquiera aquel 10 de octubre de 1997, cuando declaró en Dolores en calidad de sospechoso.Hasta ahí, los abogados le aseguraban que el gobernador Eduardo Duhalde impulsaba la causa para darle un susto, pero que no llegarían a detenerlo.Después de las elecciones del 26 de octubre, la derrota del PJ empujó a Menem y a Duhalde a suspender un poco su pelea.Los tiempos de paz también supusieron bienestar para Yabrán. En enero, poco antes del aniversario del crimen, el vocero del empresario, Wenceslao Bunge, anunció orgulloso que Yabrán reactivaría sus inversiones en Pinamar, antes resistidas por Duhalde. Y la causa Cabezas también pareció detenerse.Los hombres del empresario ahora dicen, en voz baja, que había entonces una especie de acuerdo para detener el enfrentamiento entre Duhalde y Yabrán, al que siempre se asoció al menemismo. Por eso, el 3 de marzo los abogados del jefe de la custodia de Yabrán, Gregorio Ríos, presentaron un hábeas corpus en la Cámara de Dolores pidiendo que lo liberen.Esa presentación no fue casual: todo indicaba que Duhalde había bajado la guardia. El 7 de marzo, Clarín informó, por fuentes de la investigación del crimen de Cabezas, que Yabrán ya no era investigado. Y el gobernador, dos semanas después, dijo: No se puede avanzar más.Pero algo cambió de golpe. La paz veraniega comenzó a romperse entre fines de marzo y principios de abril, cuando el menemismo lanzó con todo el proyecto de la reelección y además, como segunda carta, le puso a Ramón Palito Ortega el cartel de sucesor dentro del justicialismo.Causalidad o no, el 17 de abril la Cámara de Dolores sacó un fallo arrollador. Los yabranistas apostaban a que Ríos, detenido desde el 29 de agosto del 97, iba a ser liberado y que la carga contra el empresario se detendría.Pero la Cámara resultó letal: Ríos se quedaría en la cárcel y su jefe, se ordenó, debía volver a ser investigado. Ese día, Yabrán sintió que comenzaba a morir.
LA SUERTE ESTA ECHADA. Uno de los primeros auxilios que pidió Duhalde tras el asesinato de Cabezas fue llamar al FBI. Los agentes llegaron a la semana. Nuca se supo nada sobre el resultado de su trabajo. Y no es gente que esté en condiciones de dejar un trabajo a medio hacer, especuló un funcionario bonaerense.En verdad, Freeh tenía sobrados motivos para buscar resultados: justificar la apertura de una oficina en Buenos Aires -una de las 32 que abrió en el mundo, en competencia con la Agencia Central de Inteligencia (CIA)-, y mejorar a la vez la imagen del FBI en el mundo, dañada por una variedad de tropiezos: desde las dificultades para prevenir atentados -como el de Oklahoma-, hasta la manipulación de pruebas en el juicio por el atentado al World Trade Center de Nueva York.Las misiones del FBI aquí son varias: el atentado a la AMIA, el caso IBM-Nación y la triple frontera con Brasil y Paraguay. Pero el asesinato de Cabezas lo habilitó para dar un informe con lo hecho en Buenos Aires, que a la vez señalaría el crecimiento del lavado de dinero en Argentina.Todavía no se había dispuesto ningún pedido de captura y los hombres de Yabrán creían en las relaciones políticas del jefe, cuando comenzó a circular el informe del FBI. Fuentes del oficialismo dijeron que allí se señala a Yabrán como parte de una organización mayor, conectada con el lavado de dinero y con el traficante de armas Monzer Al Kassar. Hasta reflotó otro informe -que circulaba hace tiempo entre legisladores- donde además se menciona el vínculo que habría desarrollado con el prófugo Ibrahim Al Ibrahim.En parte, son los mismos datos que se conocen sobre Yabrán desde 1991, cuando los Estados Unidos empezaron a preocuparse por el poder del empresario postal y su control sobre la mercadería que entra y sale del país. Pero esta vez, como en el viaje de los funcionarios que precedieron a Freeh, se enfatizó el seguimiento que el FBI hace de las relaciones que podría tener este grupo con el poder político.En el oficialismo entendieron claramente el mensaje, y en la provincia de Buenos Aires supieron que habían dado un paso más para cercar a Yabrán. Freeh dejó Buenos Aires rumbo a Brasil en la mañana del miércoles 13. Para entonces, la suerte de Yabrán ya estaba echada.
LA OPCION DE LA CORTE. Los colaboradores de Yabrán, ajenos a la misión del FBI, no sabían que la herida sangraría por el lado judicial. Pero en los primeros días de abril habían recibido un rumor que los conmocionó: la ex mujer del supuesto autor material del crimen de Cabezas, Silvia Belawsky, iba a romper el silencio.Los abogados Pablo Argibay Molina y Guillermo Ledesma lanzaron una catarata de escritos apostando a sacarle la causa a Macchi para enviarla al fuero federal, donde suponían tener más incidencia. Yabrán buscó apoyos políticos. Vayan a Bernasconi y lleguen a la Corte, dicen que le dijeron.El martes 12 de mayo, el día en que Freeh llegó a Buenos Aires, Argibay Molina presentó un habeas corpus para Yabrán en el despacho de Bernasconi. Ese juez, al día siguiente, en el Senado, los legisladores del PJ le permitieron seguir trabajando a pesar de que está siendo sometido a juicio político.Al margen de algunos movimientos extraños de Bernasconi -que ordenó allanar la jefatura de la Policía bonaerense y después, como si nada hubiera pasado, se excusó de entender en el caso Cabezas-, lo importante de su aparición es que logró enviar el habeas corpus a la Corte.Los yabranistas creían que esa era su única salvación. El viernes, cuando la misión del FBI ya había concluído, el empresario estaba en su estancia de Entre Ríos. Declaró Belawsky, lo involucró como se esperaba y salió la orden de captura. Faltaban unas pocas horas para que uno de los hombres más poderosos de la Argentina supiera que se había quedado sin red.
PERSECUCION. En el último año, Alfredo Yabrán recibió amenazas telefónicas y sobres cerrados, con notas donde le decían que era hombre muerto, que su familia iba a ser liquidada. Dicen que eran anónimos, la mayoría de vecinos furiosos.Sus hijos Pablo, Mariano y Melina; su esposa María Cristina Pérez y varios de sus colaboradores, como el vocero Wenceslao Bunge, en la intimidad dicen haber sido perseguidos por extraños.Aunque desde el poder nadie se atreve a arriesgar quiénes serían los autores de esas presuntas amenazas, la existencia de estas sombras alimentó una versión inquietante: que el empresario había sido inducido al suicidio porque estaba amenazada su hija, a la que todos consideraban su debilidad.Esta información no fue reconocida por ninguna de las fuentes cercanas a Yabrán consultadas por Clarín. Cierta o no, tal vez sirva para entender el clima en el que vivió Yabrán sus últimas horas. Y para confirmar la hipótesis del FBI, similar a la que lanzó el ex ministro Domingo Cavallo, cuando dijo que Yabrán era jefe intermedio de una organización inmensa y que habría sido obligado a matarse para salvar un negocio que lo superaba.Lo cierto, según le dijo a Clarín un amigo del empresario, es que a partir del martes pasado Yabrán comenzó a tener miedo de que lo mataran, no importa si desde afuera del país o desde adentro. El, de todos modos, prefirió adelantarse.
EL DESENLACE. El domingo 17, alguien le avisó a los asesores jurídicos de Yabrán que lo de la Corte Suprema no iba por buen camino y que distintas fuentes del Gobierno decían que el empresario debía entregarse.En la Corte había dos jueces de vacaciones, para colmo del grupo más cercano al menemismo. De los otros siete, había cuatro -los que suelen votar contra los intereses del Ejecutivo- que seguramente iban a fallar en su contra.El mensaje llegó a buen puerto y Argibay Molina, el lunes a primera hora, intentó retirar el recurso de la Corte. Hasta ese momento, Alfredo interpretaba que debía esperar. Que la Corte tenía muy encima el fallo por la reelección de Menem y que no podía darle una mano, explicó anoche a Clarín uno de los allegados al equipo de abogados.Lo que no sabía Yabrán es que no se trataba de una cuestión de tiempos. La visita del jefe del FBI, la sensación de la opinión pública. Todo junto desembocó en la señal que partió desde el oficialismo.Como informó Clarín en exclusiva, el martes los siete ministros de la Corte que estaban en Buenos Aires ya tenía preparado un borrador para fallar en contra de Yabrán. Iban a decir que el recurso del habeas corpus debía ser atentido por el juez Macchi, el mismo que pidió su captura. En fin, hasta los más afines al Gobierno le estaban cerrrando la última puerta.Yabrán debe haberse enterado de esto el martes. Ese día llamó a su mujer, llamó a Héctor Colella y le pidió que cuidara a su familia. Ese día, por la noche, escribió una carta política y otra nota para su secretaria Esther Rinaldi -a quien le dejó los 40.000 dólares que ya no usaría-, donde también anotó las iniciales de su sucesor.Uno de las fuentes consultadas por este diario, un allegado a Yabrán, intentó ponerse en el lugar su jefe en esa instancia: Si Alfredo estaba en Entre Ríos protegido o con alguna complicidad de servicios, era claro que de un momento a otro iban a ir a buscarlo, dijo.Un día antes, efectivamente, el dato de que Yabrán estaba en la estancia San Ignacio comenzó a circular. En la mañana del miércoles, el refugio era un secreto a voces en varios despachos del Congreso. Hasta que la jueza Graciela Pross Laporte decidió ordenar el operativo para capturar al empresario.Esa mañana, apenas se levantó, Yabrán le confió a su casero que había soñado que ese día iban a encontrarlo.Su cálculo fue exacto y cuando esuchó los primeros ruidos de la puerta actuó como si fuera un ritual. Se despidió, fue al baño de su habitación, se metió el caño de su escopeta en la boca y apretó el gatillo.
https://www.clarin.com/politica/datos-fbi-apuraron-final-yabran_0_HyvGZvlyLhe.html
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