Estampas - Nueva Roma II
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Nueva Roma no prosperaba. Una buena -" parte del tiempo lo habían empleado los legionarios en cavar en la roca calcárea de la colina profundas cavernas. De ellas una era ·destinada á calabozo en castigo de las faltas al servicio militar ó agrícola; y otra, que afectaba la forma romántica de un corazón y comunicaba por dos galerías con dos viviendas, era la morada del coronel Olivieri."
El general Roca en 1879 y muchos viajeros han contemplado en diferentes épocas las misteriosas y sombrías cuevas de Nueva Roma, á las cuales atribuye la tradición popular recuerdos horrorosos de venganza y de tormento.
En realidad desde su instalación la colonia se desmoralizó. La tropa tenía motivos para quejarse de cierto círculo que influía sobre el ánimo de su jefe y la apoyaban algunos oficiales italianos con el sargento mayor argentino D. Santiago Calzadilla.
El coronel Olivieri era sostenido por sus hermanos y varios oficiales napolitanos, algunos de los cuales habían servido al Barban de Sicilia, y eran por aquello y por esto mal queridos y ridiculizados en ia legión con el apodo de Oficiales del Rey Bomba.
En Agosto de 1856 la excitación de los bandos llegaba á sus extremos y el coronel dió un verdadero golpe de Estado, en el seno de aquella naciente sociedad político-militar, cuya leyera su voluntad absoluta y cuyo único y formidable resorte era la disciplina militar. Olivieri redujo á prisión al mayor Calzadilla y á los oficiales que lo seguían, embarcándolos con destino á Buenos Aires, bajo la acusación de indisciplinados y disolventes.
El triunfo de los napolitanos, como llamaban los legionarios al círculo del coronel, exasperó á sus contrarios, que eran la mayoría y á causa de su disgusto diez y seis sargentos, si vale mi memoria, fueron arrojados con grillos al fondo de la caverna.
Se justificaba el rigor del Jefe asegurando que estos sargentos intentaban desertar robando la caballada de la legión, y ante un peligro semejante, en pleno Desierto, á la faz del enemigo, fuera exacta la versión como los napolitanos lo abonaban, fuera calumniosa cual lo sostenían sus rivales, el coronel se mostraba airado y resuelto á realizar un castigo tremendo y decisivo.
Para todos era incuestionable el fusilamiento de los sargentos, así como se había realizado la prisión y destierro del mayor Calzadilla, y la legión resolvió salvarlos."
(Estanislao Zeballos, Calvucurá y la dinastía de los Piedra)
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Nueva Roma
Hasta mediados del siglo pasado, la llanura bonaerense era propiedad exclusiva de las vacas, que vagaban a su antojo. Si se exceptúa un intento fallido de Bernardino Rivadavia, el primer proyecto de radicar agricultores en la Provincia de Buenos Aires se realizó en 1856, cuando el Gobierno aceptó la propuesta de un Coronel y Conde italiano, Silvino Olivieri, para fundar una colonia agrícola en tierras cercanas a Bahía Blanca. Así nació “Nueva Roma” en un valle ubicado a tres días de Salinas Grandes, capital del Imperio Pampa de Calfulcurá y a escasos kilómetros del futuro puerto de Bahía Blanca.
Según un mensaje que el Poder Ejecutivo provincial diera a conoce en la época, “la legión agrícola consta de seiscientos individuos y se halla provista de todos los elementos necesarios para la pelea, para el trabajo y para el bienestar del soldado” Pero el gobierno no había contado con la severidad del Coronel Olivieri. El régimen estricto de trabajo impuesto fue tan estricto que no tardó en provocar el descontento de los colonos – soldados. Dominada la primera rebelión, el jefe de la colonia se limitó a tomar prisioneros a los cabecillas y enviarlos a Buenos Aires. Sin embargo, a partir de entonces empleó métodos más terminantes.
De esta manera, el segundo intento fue reprimido violentamente y los dieciséis Sargentos que lo encabezaron, encadenados en el fondo de una caverna cercana. El rumor de que serían ajusticiados provocó el alzamiento de toda la legión. Simulando un ataque indio, los insurrectos atrajeron a Olivieri y su estado mayor a un descampado donde los asesinaron. Fue, por supuesto, el fin de la experiencia.
Dispersados los miembros de la legión agrícola, Calfulcurá prendió fuego al rancherío. Veintitrés años después, cuando las tropas de Roca acamparon en las cercanías, las vacas habían vuelto a pastar libremente en “Nueva Roma”
Envío y colaboración: Sr. Patricio Anderson
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Cuevas en forma de corazón y pozo (abajo)
Cuevas en el cerro y pozo central (cubierto con una tranquera)
del Fortín Nueva Roma caladas directamente en la piedra
predominantemente caliza. (fotos del forodelamemoria)
El primer Fortín Nueva Roma, fundado en 1851, estaba junto al arroyo, en un terreno bajo e inundable, y tendría un final trágico tras una sublevación. Luego se construiría el otro en lo alto del cerro que domina el ámbito con un pozo profundo en el centro y dos amplios habitáculos cavados directamente en la piedra, que para reconocerlos debimos subir en un vehículo Unimoc (gracias Sr. Omar Ortiz) por lo escarpado de la pendiente. La piedra caliza facilitó el trabajo que aún perdura En 1879, el corresponsal del diario "La Nación", que acompaña a la expedición de Roca, escribe: "...Dos habitaciones trabajadas en la roca viva, un pozo y algunos huesos humanos dispersos sobre una bella planicie, son las únicas reliquias que atestiguan el lugar en que se estableció la Nueva Roma".
Sitio de referencia:
La construcción de fortines
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