Estampas Historia - Complejo Tehuelche
Los Tehuelches, también conocidos como Aónikenk o Patagones, fueron un pueblo indígena nómada de la Patagonia, cuya historia se remonta a la antigüedad. Su cultura se basaba en la caza y recolección, especialmente del guanaco, la cual se transformó tras la adopción del caballo. Actualmente, existen descendientes de este pueblo que residen principalmente en las provincias argentinas de Chubut y Santa Cruz, y se están realizando esfuerzos para preservar su cultura.

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Los tehuelches, aonikenk o patagones son un pueblo indígena de la Patagonia en América del Sur, cuyos exponentes actuales viven en Argentina.
El nombre complejo tehuelche ha sido usado por investigadores en sentido amplio para agrupar a un conjunto de pueblos amerindios de la Patagonia y la región pampeana. Diversos especialistas, misioneros y viajeros han realizado propuestas para agruparlos teniendo en cuenta la similitud de sus rasgos culturales, su vecindad geográfica y sus idiomas, aunque entre ellos se hablaban idiomas que no estaban emparentados entre sí, y su distribución geográfica era extensa.[2]
Nombre
Según el cronista Antonio Pigafetta, de la expedición de Fernando de Magallanes en 1520, este llamó «patagoni» a los indígenas que encontró en la bahía San Julián. En su Historia general y natural de las Indias el cronista Gonzalo Fernández de Oviedo en 1535 explicó que ...nuestros españoles les llaman patagones por sus grandes pies, con lo que está de acuerdo el historiador Francisco López de Gómara en 1552. De esta forma, el primer nombre que usaron los españoles para referirse a los tehuelches fue el de patagones. Sin embargo, algunos investigadores sin bases verificables especularon que Magallanes podría haberse inspirado en el monstruo con cabeza de perro de la novela Primaleón de 1512, llamado «Pathagon».[3][4]
De acuerdo a la opinión más difundida, la palabra tehuelche proviene del mapudungún chewel che, cuyo significado sería «gente bravía», «gente arisca» o «gente de tierra estéril».[5] Otra versión sugiere que podría derivar del nombre de una de sus parcialidades, los teushen, más la palabra mapuche , que significa ‘gente’ o ‘pueblo’.
El término "aonikenk" es una castellanización del nombre que se dan a sí mismos, aonek'enk, "sureño".
Fuente Wikipedia
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Informaciòn de PueblosOriginarios.com
Las comunidades que se ubicaban hacia el siglo XVI en los territorios limitados al oeste por la cordillera de los Andes, al este por el océano Atlántico, al norte por el sur de Santa Fe, Córdoba, San Luis y Mendoza, llegando al sur hasta los confines del continente abarcando la Isla Grande de Tierra del Fuego, conformaban una unidad cultural denominados por los mapuches como tehuelches (Chehuelches; "cheuel": bravo; "che": gente, "gente brava").
La penetración araucana o mapuche, produjo su disolución cultural, resultando un cuadro cultural complejo. El médico de la gendarmería argentina Federico Escalada sostuvo entrevistas con nativos tehuelches del norte de Santa Cruz y suroeste de Chubut en la década de 1940; en base a esos encuentros compuso su clasificación etnográfica conocida como "Complejo Tehuelche". En 1965 el antropólogo argentino Rodolfo Casamiquela (1933 -2008) revisó la clasificación de Escalada en su libro "Rectificaciones y ratificaciones hacia una interpretación definitiva del panorama etnológico de la Patagonia y área septentrional adyacente". La tarea de ambos investigadores permitió arribar a una síntesis de los componentes del llamado "complejo", que detallamos en la siguiente tabla, en la columna de la derecha hemos incluido algunas parcialidades y otras denominaciones que fueran utilizadas por distintos autores:
Cada componente presentaba diferencias respecto a los demás, pero participaban de una forma de vida común, por lo cual se acepta la especificación de "complejo" para definirla, teniendo en cuenta además la existencia de una lengua común a pesar de las variantes dialectales.
Los límites relativos de estas culturas nómades, era el río Chubut separando a los Septentrionales de los Meridionales, estos a su vez estaban divididos por el río Santa Cruz, los Penken al norte y los Aónikenk al sur.
Fuente:
Nuestros paisanos los indios.
Carlos Martínez Sarasola. Emecé 2005
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Época prehispánica
Hace 9000 años surgió la industria toldense, caracterizada por puntas de proyectil sub-triangulares bifaciales y raspadores laterales y terminales, cuchillos bifaciales y herramientas de hueso. Más tarde, entre los 7000 y 4000 años a. C., aparece la industria casapedrense, caracterizada por una mayor proporción de instrumentos líticos confeccionados sobre láminas, probablemente como una muestra de la especialización en la caza del guanaco, lo cual también está presente en los desarrollos culturales posteriores de los tehuelches. Desde ese momento y hasta la llegada de los europeos (inicios del siglo XVI) los pueblos patagónico-pampeanos poseían un modo de vida cazador-recolector en el que hacían uso de una movilidad estacional, desplazándose en pos de las manadas de guanacos y otros animales.
Llegada de los españoles
Según el cronista Antonio Pigafetta de la expedición de Fernando de Magallanes, este llamó «patagoni» a los indígenas que encontró en la bahía San Julián luego de su desembarco allí el 31 de marzo de 1520. En su Historia general y natural de las Indias el cronista Gonzalo Fernández de Oviedo en 1535 explicó que ...nuestros españoles les llaman patagones por sus grandes pies, con lo que está de acuerdo el historiador Francisco López de Gómara en 1552. De esta forma, el primer nombre que usaron los españoles para referirse a los tehuelches fue el de «patagones». Sin embargo, algunos investigadores sin bases verificables especularon que Magallanes podría haberse inspirado en el monstruo con cabeza de perro de la novela Primaleón de 1512, llamado «Pathagon».[33][34][35]
La llegada de los españoles implicó un conjunto de cambios en la cultura de los indígenas y se desataron entre ellos pestes (sarampión, viruela, gripe) que los diezmaron, particularmente a los septentrionales gennakenk.
Influencia de los mapuches
Desde antes del siglo XVIII hubo una importante actividad comercial y de intercambio de productos entre los habitantes nativos de las llanuras pampeanas y las sierras de la actual provincia de Buenos Aires, los de la Patagonia septentrional y los de ambas márgenes de la cordillera de los Andes. Existían dos ferias muy importantes en el Cayrú y en Chapaleofú. En estas ferias, llamadas "ferias de los ponchos" por los jesuitas de la época que las registraron (como Thomas Falkner), se intercambiaban diversos tipos de productos: desde productos ganaderos y de la agricultura hasta vestimentas tales como ponchos. El Cayrú se hallaba en la parte más occidental del sistema de Tandilia (en territorio del actual partido de Olavarría) y Chapaleofú hace referencia a las inmediaciones del arroyo homónimo, situado en el actual partido de Tandil.[36] Es así como, a partir de estos movimientos de personas para el intercambio de productos se produjo cierto intercambio cultural entre distintos pueblos que habitaban desde la pampa húmeda, pasando por la Patagonia septentrional y hasta la zona inmediata a la cordillera de los Andes (tanto en su margen oriental como occidental) hasta la costa del océano Pacífico. Este es el comienzo del intercambio cultural y los movimientos migratorios, entre los distintos pueblos entre los cuales cabe mencionar a los tehuelches, los ranqueles y los mapuches.[37]
La influencia comercial mapuche terminó produciendo una gran influencia cultural sobre los tehuelches y otros pueblos, al punto que se la denomina "mapuchización" o "araucanización" de las Pampas y la Patagonia. Buena parte de los tehuelches y de los ranqueles adoptaron muchas de las costumbres y el idioma mapuche, mientras los mapuches adoptaban parte del modo de vida tehuelche (tal como lo de vivir en tolderías) y con ello se difuminaron las diferencias entre ambos grupos, al punto que sus descendientes se refieren a sí mismos como mapuche-tehuelches.[38]
En este proceso, también hubo luchas interétnicas y hacia 1820 se libraron combates entre patagones y pehuenches a orillas del río Senguerr, otros combates se produjeron en Barrancas Blancas y Shótel Káike.
Para algunos historiadores argentinos -como Casamiquela- se trató de una invasión en que los mapuches casi extinguieron a los tehuelches septentrionales por medio de la violencia, pero el consenso académico actual es que se trató de un fenómeno más complejo. Esta supuesta invasión mapuche ha sido usada políticamente para negar legitimidad a las reclamaciones indígenas en el sur argentino, al argumentarse que se trataría de peticiones hechas por descendientes de los "invasores chilenos" y no por descendientes de los habitantes originarios.
La adopción del caballo
Se sabe poco de la cultura tehuelche anterior al caballo aunque su organización socioeconómica se parecía a la de los onas de Tierra del Fuego. La introducción del caballo por los españoles, animal al que conocieron a partir de 1570, transformó el modelo de organización social de los tehuelches: se formó en ellos un complejo ecuestre. Al igual que los amerindios de las grandes praderas de Norteamérica, los tehuelches también trabajaron las estepas de matorrales de la Patagonia, viviendo principalmente del guanaco y de la carne de rhea (ñandú o choique), seguida de la carne de huemul, venado, mara e incluso puma y jaguar, además de ciertas plantas (pues aunque tardíamente, aprendieron a cultivar la tierra). En cuanto a peces y mariscos, existían en ciertos casos tabúes: algunos grupos tenían, por ejemplo, prohibido el consumo de pescados. Sus grupos solían estar constituidos por entre 50 a 100 miembros.
La adopción del caballo significó una profunda revolución social en la cultura tehuelche: la movilidad que les deparó alteró las ancestrales territoralidades y modificó en gran medida el patrón de los desplazamientos, si antes del siglo XVII predominaban las trashumancias este-oeste en pos de los guanacos, a partir del complejo ecuestre tomaron gran importancia los desplazamientos longitudinales (de sur a norte y viceversa) estableciéndose extensos circuitos de intercambio: a mediados del siglo XIX los aonikenk trocaban sus pieles y moluscos por cholilas (frutillas, zarzamoras, calafates, semillas de pehuén, llao llao, brotes y cogollos de coligüe, etc.) y manzanas a los gennakenk del Neuquén, del Alto Valle del Río Negro y del llamado «país de las Frutillas» o Chulilaw (región delimitada aproximadamente al norte por el lago Nahuel Huapi, al este por las cordilleras bajas y morrénicas llamadas Patagónides, al oeste por las altas cumbres de los Andes y al sur por el lago Buenos Aires/General Carrera).
El caballo, o más exactamente la yegua, pasó a ser parte principalísima de su dieta, dejando en segundo lugar a los guanacos. Los selknam de Tierra del Fuego en cambio no dieron en desarrollar un complejo ecuestre comparable.
Fuente Wikipedia
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